***De secuestros, envidias y misiones***

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Disclaimer: los personajes son propiedad de Hiro Mashima.

Aclaraciones:

Narración

"Pensamiento"

<<El capítulo contiene escenas sexuales. No son demasiado explicitas. No demasiado. >>


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|Six|


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***De secuestros, envidias y misiones***

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Al otro lado de la acera pudo distinguir una cabellera rubia que le llamo la atención, y en menos de un segundo supo de quien se trataba.

Sin duda ese día era su día de suerte. Quizá no, quizá la suerte nada tenía que ver, sino sus magníficas capacidades de rastreo, investigación y conocimiento geográfico.

Pese a verla entrar en el supermercado, no hizo nada para acercarse, mas se quedó al otro lado. Entro en la cafetería frente al supermercado. Se sentó en una mesa que daba a la ventana y se dedicó a no perder de vista a la mujer que era su presa.

No había razón para apresurarse, por lo que se mostró tranquila y pidiendo una taza de café siguió observando la entrada del supermercado, por esa puerta volvería a salir la dueña de ese largo y hermoso cabello.

Dejo de prestar atención cuando sus ojos se toparon con una figura que conocía.

Conocía muy bien.

Aquel hombre desvió la atención de su presa original. Esa era una oportunidad de oro, una que no se volvería a repetir y por lo tanto debía de aprovecharla. La mocosa rubia podía esperar, su encuentro con esa persona no. Si no se acercaba ahora perdería la oportunidad de volver a verlo y sumado a ello la capacidad de no llamar la atención que tenía esa persona... esta era una chance de una en un millón.

Pronto pago lo consumido y se encamino rauda al encuentro de su viejo conocido. No solo vería de casi una década a su antiguo novio y prometido, sino que, si jugaba bien sus cartas, podría terminar junto a él y enredada al cuerpo de aquel hombre que aun despertaba en ella sus bajos instintos y la llevaba al camino de la pasión desenfrenada.

Eileen Belserion, era alguien al que le gustaba ganar y siempre obtenía lo que quería.


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Mavis estaba comprando los víveres de la semana, a pedido de Ooba-sama. No tomo ninguna precaución debido a que el supermercado en el que se hallaba, estaba cerca a la casa donde se alojaba.

Salir y ser parte de la sociedad por un corto periodo, le resultaba liberador. Sin embargo sentía que estaba siendo descuidada, ese presentimiento la acompaño desde que salió de casa, y se instaló de forma definitiva al entrar en el establecimiento, cuando sintió una presencia que le perturbo de sobre manera y de pronto se sintió como una presa cuando está siendo observada por su depredador. A pesar de esa desagradable sensación, ingresó sin más demora al local de ventas y se adentró en los pasillos del fondo, alejada de la entrada.

CORAZONES ENTRELAZADOS  ―[Hiatus] ―Donde viven las historias. Descúbrelo ahora