CORAZONES ENTRELAZADOS ―[Hiatus] ―

***De ángeles demoniacos, miedos y extinción***

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Disclaimer: los personajes son propiedad de Hiro Mashima.

Disclaimer 2: La portada fue hecha por RutEchegarayNavarro. Muchas gracias querida. 

Aclaraciones:

Narración

"Pensamiento"

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|Seven|

***De ángeles demoniacos, miedos y extinción***

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El reloj le comunicaba que ya habían pasado más de dos horas desde que Mavis había salido a hacer las compras.

Dos largas horas de espera.

Cabía la posibilidad que la chica se entretuviera por allí, pero lo desecho cuando recordó que la idea de hacer la comida ese día era de Mavis y había prometido apresurarse.

Sentía que algo no estaba bien, su intuición se lo comunicaba. El ambiente olía a peligro; lo presentía, allí estaba el miedo de perder a un ser querido de nuevo.

Emprendió el camino hacia la ciudad lo más rápido que pudo, para evitar que algo malo pasara.

Con el corazón palpitante en un oscuro presagio.

"No por favor. Debo llegar a tiempo"

Empezó a correr a pesar de ir con una falda que no le permitía extender mucho las piernas, así que agarro un costado de la prenda y lo rompió. En ese momento su movilidad fue mucho mejor.

El camino junto al arroyo, cruzando el puente, era el que todos allí usaban, y es que era el más pacífico y de hermosa vista; a pesar de ser tranquilo era seguro. Pero al no ver a nadie se temió lo peor.

Llego al supermercado, pregunto al dependiente si la habían visto, le dijeron que si, pero que ya hacia bastante tiempo desde aquello.

Se desesperó aún más.

"No"

Pasó por el parquecillo, y pasó de largo el puesto de helados, pero volvió sobre sus pasos, se detuvo a examinar y analizar. Vio la cantidad de niños ahí, disfrutando del refrescante helado y el salto de una niña le recordó a Mavis. Era probable que se detuviera ahí, después de todo ese día era caluroso y a ella le gustaban las cosas dulces.

"Bien. Estas yendo por buen camino"

Sí, era más que seguro que había comprado un helado y el vendedor le dio fe de ello. Ya no tenía pistas que seguir, pero ese no era un obstáculo. Se detuvo, cerró los ojos, vio todo alrededor solo con la mente. Sopeso todas las probabilidades, las rutas a seguir, imbuyéndose en el ambiente para ver todo lo que se le haya pasado por alto y lo que no. Analizo cada paso, desde la casa hasta el supermercado y desde allí hasta donde estaba en esos momentos.

Vio más allá de sus acciones.

"Ya lo tienes"

Abrió los ojos.