Día 5

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Jueves.

Estaba en mi ultima clase antes del almuerzo. Todavía no había hablando ni con Sam ni con Sophie, pero tenia que hacerlo.

La clase terminó, me dirigí a la clase de Sophie , matemática, la vi salir y me le acerque hasta quedar a su lado.

-Estas enojada conmigo?

-No, solo no te entiendo, no entiendo porque ahora quieres estar bien con el cuando antes no podías estar en la misma habitación sin tener un ataque de pánico. Es como si... como si... 

-Como si qué?

-Como si te gustara Kendall.

Y ya no pude contestar. Jamás había pensado en lo que yo sentía por Kendall. Yo no sentía nada, ni odio, ni afecto, nada.

-Por dios, no! Yo solo no lo sé, creo que el hecho de que él quiera hacer las pases conmigo, hace que yo lo reconsidere. Además, si te pones a pensar, yo jamás lo he enfrentado, jamás le he hecho saber todos los problemas que tengo, en parte, gracias a el.

-Sí, tienes razón, o eso creo. Pero aun tienes que hablar con Sam, el si que esta enojado, muy enojado.

-Si, eso haré.

Nos dirigíamos al salón de Sam cuando escucho que alguien me llama. Sophie y yo nos giramos al mismo tiempo y veo como Kendall se acerca a nosotras con una gran sonrisa.

-Hola.- Dice mirándome.- Y hola, Sophie.- Dice saludando a Sophie, la cual parece mas sorprendida al darse cuenta que el sabe su nombre de que le haya hablado.

-Hola.- Contestamos ambas.

-Em, solo quería confirmar que vendrás a mi casa luego de la escuela, mi madre no estará así que podremos estudiar sin que nos interrumpa para ver que hacemos.- Ambos reímos, Sophie emboca una sonrisa ligera, pero esta desaparece dándole lugar a una mueca de horror.

Miré a donde ella miraba y vi como Sam nos miraba con odio, luego se daba vuelta y seguía su camino hacia el comedor.

Dejé a Kendall con Sophie y corrí detrás de Sam, lo alcance casi llegando al comedor.

-Sam! Sam espera!- Lo agarre del brazo y lo giré.- Lo siento okey? Solo deja que te explique, por favor.

-No quiero escucharte! No puedo creer que quieras hacer las pases con el! El te hizo daño, y no importa si el no lo sabia o cualquier mierda que haya dicho, te ha hecho daño, y quien a sido el que corría a tu lado cuando el te hacia mierda? Yo! Yo y Sophie, nosotros tuvimos que secarte las lagrimas y quedarnos contigo en tus ataques de pánico cuando el, ese bastardo estaba ahí riéndose de ti con sus amigos, contándoles lo que te había hecho!

-Sam tu no lo entiendes.

-ENTONCES DIME! DIME QUE NO ENTIENDO!- Me grita.

-El en verdad lo siente. Y tu no lo viste cuando estábamos en mi casa, la tristeza se notaba en sus ojos. Tienes que entenderlo.

-Tienes razón, tengo que entenderlo, pero no lo hago.- Dicho esto, me dejo sola, y avanzó hasta que los demás chicos me impidieron seguir viéndolo.

Unos segundos después, Sophie llego acompañada de Kendall.

-Déjalo, ya se le pasará. Solo dale tiempo.- Dijo mi amiga, poniéndome una mano en el hombro.

Me giré y me encontré con un Kendall confundido.

-Kendall!, lo siento, sí, si voy a ir hoy, te veo en la practica. Adiós.- Dije mientras me dirigía a la biblioteca.

Busqué todos los libros de matemática que necesitaba y me los llevé, la hora del almuerzo ya casi terminaba.

Me dirigí a mi ultima clase.

Al salir, no me encontré con Sophie, ella ya estaría dirigiéndose a su casa para luego poder ir  hacer alguno de los 15 deportes que hace.

Fui directo a la practica y me subí a las gradas. La mochila de Kendall estaba ahí. La agarré y me senté con ella en las piernas.

Pero esta vez era diferente. Cada vez que Kendall anotaba o tacleaba a alguien y era aclamado, miraba en mi dirección. Y sonreía. Yo reía, porque pensaba: el me esta sonriendo,  y yo me rio, si eso le pasara a cualquier chica en esta escuela, se desmayaría y quedaría con ese recuerdo para toda la vida.

Al finalizar la practica, Kendall se dirigió a las duchas y salió a los 15 minutos.

-Toma.- Dije alcanzándole su mochila.

-Gracias, vamos?- Dijo extendiéndome la mano para ayudarme a bajar de las gradas.

Tome su mano y estaba por dar un saltito cuando tropiezo con algo y caigo directo a sus brazos. Kendall me agarra como puede, pero con torpeza, eso hace que sus manos se posen con fuerza de mi trasero, el cual, gracias a dios y a todos los dioses de los traseros voluminosos, no me da ninguna pena.

-Dios! Casi te matas!

-Y tu debes sentirte muy bien por el hecho de que me salvaste la vida y de que tienes las manos en mi trasero.

-Ay! por dios! Lo siento!- Y al momento me deposito en el piso.

-No te preocupes.- Digo riendo a carajadas.- Vámonos.

-Si, vamos.

Llegamos a su casa y nos dirigimos a su cuarto.

Faltaban unos minutos para que me vaya, luego de guardar mis cosas, me dirijo a la puerta. Ya en ella, me giro y Kendall y yo quedamos a milímetros de distancia.

-B-bien, ya me voy.

-S-si okey, te veo mañana.

Me dirigí a mi auto y llegué a mi casa en menos de 5 minutos.

Ya que no tenia internet, al llegar, mi celular vibró con la llegada de un mensaje. Era de Kendall, pero de hace unos segundos.

Kendall.:

Hoy estuvo genial, tu estuviste genial. Te veo mañana:)

No recuerdo haberle dado mi numero a Kendall, pero da igual.

Luego de leer el mensaje, fui directo a mi habitación y espere a que mi madre llegara.

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Esperanza llorando la noche que Kendall fue a su casa en multimedia.

Saludos.



  





Porque te amo, Esperanza.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora