Todas las noches era igual. Sus ojos oscuros y su expresión seria contemplaban las estrellas como si fueran un tesoro, algo que debía de proteger. Pero no sabia el por que, era algo que si se lo arrebataran, no podría vivir.
O al menos eso pensaba el kazajo quien suspiro al pensar en lo que el denominaba "la historia típica del héroe y la princesa" ya que para el ese tipo de pensamientos eran totalmente absurdos. Para el la historia es siempre la misma, el héroe desde el inicio tiene una princesa destinada para toda su vida y lo único que hace es hacer bobas batallas para encontrarla y que al final se casen tengan sus hijos y bla bla bla.
-solo puro cuento de hadas- dijo cerrando un libro llamado "El príncipe de la luna" el cual relataba la historia de un príncipe con cabellos oscuros como la noche, de ojos hermosos también oscuros pero chocolatosos y una piel blanca como la leche, el cuento relataba como ese príncipe tenía un gran caballero que lo protegía, de como aquel príncipe buscaba casarse con alguien que ame y no con la princesa que el tenía destinada y de como lucho por un final distinto, de como descubrió que aquella persona destinada era su caballero y al final decidió huir de el de aquel lugar donde ya se le tenía planeado un futuro que no era para el.
El kazajo vio la portada de aquel libro el cual era su favorito, una portada que tenía la luna dibujada en un cielo estrellado y la silueta del príncipe que se mostraba con una flor mientras que las letras del titulo estaban escritas de una forma delicada y de un color dorado. A pesar de ser un libro infantil lo adoraba demasiado pues fue un regalo de alguien que apreciaba mucho: su madre.
Dio un ligero suspiro y cerro sus ojos con lentitud cayendo dormido bajo aquel árbol en la colina donde se encontraba leyendo para distraerse de lo que seria viajar al día siguiente para una competencia de patinaje en Japón.
Mientras tanto en otra parte del mundo...
Un japones estaba en la pista entrenando para la competencia que sería en dos días y de verdad quería poner su esfuerzo en los bailes de los cuales nunca dijo que canciones usaría, ni siquiera a Víctor se lo había dicho.
-Yuuri, es algo tarde ¿no crees que deberíamos ir a casa? Mañana puedes practicar también- dijo un peliplata para luego bostezar aun pensando en el aguante del menor por que habían pasado varias horas en las que el seguía practicando.
-uh... Si... Tienes razón discúlpame Víctor- dijo un japonés mientras salia de la pista para ponerse los protectores en aquellas cuchillas e ir a ponerse sus zapatos.
El peliplata vio como se retiraba pensando en como alguien como Yuuri podía ser alguien tan lindo y tímido y que con abrir y cerrar de ojos se podía convertir en el ser mas sexy que puede haber. A Victor le gustaban esas facetas del japones en si, en otras palabras a el le gustaba el japones... Una lastima para el que su amor no era correspondido pues Yuuri veía a Victor como un amigo o incluso un hermano que siempre estaba ahí para apoyarlo, el había rechazado al peliplata con toda su amabilidad para no lastimarlo, le pidió que se quedase con el pero que no podía aceptarlo por que no se sentía listo para una relación y menos con el soltero mas codiciado del mundo.
A pesar de la insistencia del ruso, aquel japones se seguía negando hasta que el ojiceleste decidió dejarlo en paz y seguir siendo su entrenador. Víctor aceptaba eso, al menos por fuera pues por dentro le dolía que el japonés no fuera suyo, que prefiriera a otro ser en vez de a el.
Mientras tanto en Yu-topia...
-¿esos dos tarados aun no llegaron?- decía cierto ruso menor el cual estaba dejando las maletas en la habitación que le habían dado con una expresión seria y con el ceño fruncido.
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Mi Principe De La Luna (Yuri On Ice)
Fiksi PenggemarOtabek siempre pensó que todas las historias de amor eran únicamente para los cuentos de hadas y que nunca pasaría algo así en su vida, que era una bobería. Pero todo cambiaría en su viaje a Japón. Mientras que Katsuki Yuuri soñaba con aquella histo...