Capítulo 4

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No sé cómo accedí a todo el lío que nos ha montado Henry, pero sí, aquí estoy, sentada en el mismo sofá de ayer, con unos pantalones hasta las rodillas negros, y con una camiseta básica negra que me he encontrado esta misma mañana al salir de la ducha.

Al bajar al salón, dónde habíamos quedado con Henry para hablar sobre el mini ejército suicida que quiere crear, he visto que todos llevamos la mismas ropas, y estoy haciendo mis esfuerzos por contener la carcajada limpia que quiero soltar ahora mismo.

La sala se va llenando poco a poco, y a las once, está con nosotros Henry, puntual como siempre, acompañado de un señor.

Bueno, señor tampoco, debe tener unos 6 años más que yo, así que mejor dicho, un chico.

Con unos ojos azules muy bonitos, y un pelo negro desordenado, el chico se acomoda al lado de Henry, y juntos se sientan en un sillón enfrente del mío.

-Hola alumnos, me alegro de que hayáis sido puntuales. Os presento a Gabriel, es un gran entrenador para lo que consta en el físico, que os ayudará mucho. Con tan solo unas cuantas clases, ya sabréis cómo paralizar a vuestro contrincante, cómo dejarle sin aire, e incluso cómo matarle con el cuerpo -dice con una voz neutra-

El tal Gabriel sonríe de lado. Wow, sexy. ¿Pero qué digo? Estoy a punto de entrar en una guerra en la que voy morir y estoy admirándo la sonrisa de mi entrenador. Soy guay. En fin. No tengo remedio, Katherine está en lo cierto.

-Encantado de conocerlos, soy Gabriel, es un honor para mí el hecho de poder ayudaros con todo esto -dijo con una sexy media sonrisa-. Yo y mi compañero, Uriah, que se incorporará mañana, os entrenaremos para machacar a todos los cabrones esos.

Una risa común se escucha en la sala.

Este chico es increíble, nos ha echo reírnos en estos momentos críticos.

Además es sexy, dice mi voz interior.

En fin, dejemos a mi voz interior...

Henry nos dice que debemos hacerle caso y que nos va a enseñar toda esta "mansión", como yo lo llamo, y dicho esto, abandona la sala.

Gabriel nos mira a todos y sonríe.

-Bueno, chicos, el entrenamiento duro, comenzará mañana, cuando también esté Uriah conmigo. Hoy tan solo os voy a enseñar todo este sitio y donde vais a tener que realizar los entrenamientos, y todo eso.

Gabriel hace un gesto para que le sigamos, y todos nos colocamos detrás de él, y le seguimos.

Entramos en una sala grande y con poco iluminación. Alrededor hay sacos de boxeo y en el centro un "ring".

Un escalofrío recorre toda mi columna, imaginándome las luchas cuerpo a cuerpo que realizaremos aquí y sigo a Gabriel, quien ya se está llendo hacia otra sala.

Antes de entrar en la siguiente, nos dice...

-Bueno, ya sabéis que cada uno sois de diferentes grupos de Armas, y que eso nos dará mucha ventaja sobre esos cabrones, pero hay dos Armas que debéis saber dominar todos, aunque sea un poco, ya que son las más sencillas de conseguir. Y esas son los cuchillos y las pistolas. Por eso para esas dos Armas hay dos salas únicamente para ellas. Esta -dice señalando la puerta que próximamente vamos a cruzar-, es la sala especial para los cuchillos.

Dicho esto, abré la puerta y nos deja ver el paraíso.

Una sala decorada especialmente con cuchillos de diferentes tipos. Todos son diferentes. Diferentes filos, diferentes mangos.

The Army |h.s & l.d|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora