Me quedé mirando las nubes durante toda la tarde. Estaba demasiado cansada como para seguir pensando en lo que madre había dicho y que tanto me había dolido. "Sabes lo importante que es para mí que recuperemos lo que era nuestro" Eso era lo único que le importaba. No me había percatado de que alguien se había sentado a mi lado porque estaba con la cabeza gacha entre las rodillas.
- ¿Qué es lo que ocurre, Vera? - preguntó Joel - ¡Cuentamelo! - rogó. Yo no pude decir nada, me limité a mirarle a los ojos. En ese momento me entraron muchas ganas de llorar porque las lagrimas estaban a punto de deslizarse por mi rostro y eso hicieron. Comencé a llorar delante de él.
- ¡Tranquila! - me pidió mientras intentaba abrazarme - No quiero ver llorar a esos ojitos tan bonitos.
- Es que.. - comencé a decir.
- Cuéntamelo, te sentirás mejor. - dijo mientras se acercaba a mí y me daba un dulce beso en los labios. Con ese gesto me sentí mucho mejor y tuve el valor de contarle lo que me ocurría.
- Verás... - comencé mientras me acariciaba las manos - A mí me gusta mucho ir a la ciudad con don Alfonso porque me lleva al teatro. - dije pero al verlo molesto decidí tranquilizarlo - No siento nada hacia él. Hoy por la mañana he montado con él a caballo, me ha llevado a dar un paseo y me ha llevado a comer a su casa. Momento en que aprovechó para pedirme matrimonio.
- Pero tú no le amas. - dijo mirándome fijamente mientras sus ojos azules mostraban que estaba a punto de ponerse a llorar.
- No porque te amo a ti Joel. - dije acercando mi rostro al suyo - Madre se ha enfadado conmigo porque dice que si me caso con él recuperaría lo que era nuestro.
- Piensa en nosotros... - dijo mientras se le quebraba la voz - Yo también te amo.
Me acerqué a él iba a besarle de nuevo pero me detuve.
- SI tanto dices que me amas... - dije - ¿Por qué le has regalado un libro a mi hermana?
- No se lo regalé. - dijo mirándome mientras buscaba mi mano de nuevo - Lo estaba leyendo y ella me pidió que si se lo prestaba. Para mí solo existes tú. - dijo dulcemente.
Se levantó y se puso a mi altura. Me agarró por la cintura; estaba dispuesto a besarme de nuevo pero estaba esperando mi aprobación pero no había nada que yo más deseara que eso. Quería que nos quedáramos así para siempre que el tiempo se detuviera y que solo fuéramos Vera y Joel. No la hija del antiguo dueño de las bodegas y el asesino que acabó con su vida.
A pesar de serlo, yo no podía dejar de amarle. Estuvimos mucho rato juntos, haya que me di cuenta de lo tarde que era. Pero no quería ver a mi madre después de todo lo que había dicho.
- Vera. - dijo Joel jadeando separándose de mí - ¿Recuerdas lo que te conté? - preguntó.
- ¿Lo qué? Me has contado muchas cosas. - respondí.
- Te dije que habíamos encontrado una caja con vino tóxico y que lo habían mando analizar. - dijo. Es que ya he acabado la jornada laboral y me gustaría pedirte un favor. - pidió - Tengo que tirar ese vino porque es letal y cualquier cliente que lo beba acabará muerto. Tengo que ir a recoger a mi hermano al colegio porque mi madre ha caído enferma. ¿Podrías hacerlo por mí?
- Por supuesto.
- Deshazte de ellas pero sin levantar sospechas. No le hemos contado nada al jefe porque podría causar el despido de varios de sus empleados incluyendo el mío propio.
- No te preocupes, ve tranquilo yo me encargo.
Antes de irme me besó de nuevo. No quería que se acabara nunca y lo profundizó un par de veces hasta que se dio cuenta de que tenía prisa. Me sentía un poco culpable de lo que había hecho. Le había besado aún sabiendo que mi hermana tenía sentimientos hacia él. Sabía que el me amaba a mí, el mismo me lo había asegurado y quería creer en sus palabras. Tenía que advertir a mi hermana así que me dirigí hacia la cocina antes de ir a las bodegas. Como supuse mi hermana estaba allí
- ¡Sol! - la llamé - pero quien se giró fue mi madre. Me dijo que se había ido a su cuarto a hacer los deberes.
Me fui pero para salir de la cocina hay que cruzar el comedor y allí mismo se encontraba el padre de Alfonso.
- Buenas tardes señor. - saludé.
- Buenas tardes señorita. - respondió - Me gustaría que usted me hiciera algún postre. Me han dicho que hace tartas realmente buenas.
No quería quedarme a hacer el postre. Tenía que encontrar a mi hermana. Necesitaba verla, quería hablar con ella. Pero también debía hacer mis obligaciones y prepararle la tarta mi jefe el cual me paga por trabajar y permitió que nos quedáramos en una casa al lado de las bodegas. Si me negaba a hacerlo podría llegar a perderlo todo por el mar temperamento de don Alfonso. Así que decidí regresar a la cocina y prepararle el postre que me había pedido.
- ¿No ibas a buscar a Sol? - preguntó madre tan pronto me vio - ¿No necesitabas hablar con ella?
- Claro que necesitaba hablar con ella pero el padre de Alfonso me ha pedido que le haga una tarta y no puedo ir a verla antes de cumplir con mis obligaciones. ¿No quiere que nos echen no? - pregunté.
- Cariño, ya se la preparo yo. Ve a hablar con tu hermana pero no salgas por ahí - me dijo - Sal por aquí. - dijo mientras separaba el montón de madera que estaba taponando una salida la cual desconocía.
- Gracias madre.
Dije antes de irme a modo de despedida. Me fui corriendo a mi casa pero por el comino tropecé con algo y caí al suelo.
- ¡Cuidado! - gritó alguien - ¡Es la segunda vez que nos tropezamos! Tienes que empezar a mirar por dónde vas pero también tengo que admitir que esta vez me gusta más que la primera.
- ¿Por qué? - le pregunté a Joel.
- Porque puedo besarte. - respondió sonriendo mientras se acercaba a mí y me besaba - Me encanta tu sonrisa - dijo viendo que yo también estaba sonriendo.
- Y a mí la tuya Joel, pero tengo que encontrar a mi hermana.
- ¿Es muy importante lo que tienes que hablar con ella? - preguntó.
- Sí, demasiado. - dije dándome media vuelta sin despedirme de él y comenzando a caminar. Pero antes me di media vuelta - ¿No tenías que ir a ayudar a tu hermano? - pregunté.
- Sí, pero el jefe me ha convocado para una reunión. - dijo mientras alzaba los hombros.
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Sed de Venganza ©
Cerita PendekLa historia trata de Vera Reverte una chica que perdió a su padre, el dueño de las bodegas más importantes del país, y el suceso la cambió por completo. Tiene que cumplir la promesa que le hizo, pero por alguna razón, se da cuenta de que va ser más...