Ir a ver a Regina ahora. De acuerdo. En mitad de la noche. Todo va bien. Archie ha perdido completamente la cabeza. Pero bueno, no lo puedo culpar, mi estado no es mucho mejor: mis pasos me guían hasta la suntuosa mansión blanca sin poder evitarlo. Porque me agarro al consejo del grillo como a una sublime excusa para explicar mi presencia en la casa. Al llegar a destino, me paro. Las lágrimas salen. Este lugar me obsesiona desde hace semanas. Solo deseo una cosa: volver cueste lo que cueste. ¿Cómo he podido ser tan débil? ¿Cómo he sido tan cobarde? Es tiempo de enfrentarse a las cosas. Asumir lo que deseo desde lo más profundo de mis entrañas: estar con ella. Día y noche. En los buenos y malos momentos. Besarla, pelear con ella, hacer el amor, reír, enfadarnos y vivir. No sentir más esta ausencia insoportable. Nunca más.
Mientras contemplo la gran puerta de la entrada cerrada, me viene una loca idea. Ya no quiero perder tiempo. Comienzo a trepar al gran árbol que da a la habitación de Henry. Si me caigo, corro el riesgo de hacerme alguna buena fractura, pero no me importa. He perdido mucho tiempo dudando, reprimiéndome. Me deslizo poco a poco por la gran rama que lleva hacia la ventana. Rompo ligeramente el cristal para poder introducir mi mano y abrir el cerrojo. Cuando lo consigo, abro la ventana de un golpe seco y salto hacia la habitación oscura. Expiro ruidosamente. No me doy cuenta de que me he herido la mano sino cuando la sangre se desliza por mis dedos. Me da igual. Despacio, avanzo en la oscuridad y me dirijo hacia la habitación de Regina. Allí, petrificada ante la idea de que ella reaccione odiosamente ante mi presencia, me quedo de pie, sin moverme, observando detenidamente su rostro dormido. La luna deja entrar algunos pálidos reflejos a la habitación. Entonces, distingo los trazos del rostro dormido de mi amor. Me doy cuenta de que nunca entes la había visto tan íntimamente. Estoy completamente conmocionada. Los pálidos reflejos no esconden nada de su belleza. Sus cabellos negros desordenados sobre la almohada, su respiración ligera, su espalda desnuda, todo es perfecto. Hasta el menor detalle. Sin poder hacer nada para evitarlo, siento mis lágrimas deslizarse. Las enjugo y suspiro. Me siento avergonzada por aparecer en su casa como una intrusa viciosa y voyeur. Comienzo a lamentar mis acciones. Doy la espalda a la cama y observo la habitación. El olor de Regina se esparce sobre cada objeto. Respiro profundamente, impregnándome de ese aroma adormecedor por una última vez. Me dispongo a huir, cuando una voz ligeramente dormida me llama. No una voz, SU voz.
«¿Miss Swan?»
Me doy la vuelta de prisa. Comienzo a sentir pánico. ¿Qué va a pensar? ¿Y qué va a decir? Para mi gran sorpresa, no parece enfadada. Incrédula, sí, pero no vislumbro ninguna cólera en su rostro recién despierto. Yo no respondo nada. Tengo miedo. Seguramente parezco una imbécil, parada ahí, delante de su cama, observándola con ojos de búho. No hago ningún movimiento. Me mira por un momento, sus ojos cautivadores buscando probablemente una respuesta silenciosa. Después, se libera de su cobertor y se acerca lentamente hacia mí. Escucho a mi corazón martillear como si ese ruido saliera de cada pared de esa habitación.
«Emma...¿Qué haces aquí?»
Dejo de respirar. Ella acaba de llamarme por mi nombre...Solo había sucedido una vez hasta ahora...Y ese tuteo...Eso me vence. Yo flaqueo. Trago con dificultad, incapaz de proferir ninguna respuesta.
«Emma...»
Su voz se dulcifica, adquiriendo casi una suave tonalidad. El deseo surge como un terremoto, un rugido sordo proveniente de mi bajo vientre, haciendo vibrar cada uno de mis miembros. Mi cuerpo la reclama. Sin embargo, soy incapaz de moverme. Todos mis sentidos están en tensión. Deteniéndose a mi altura, su rostro a algunos centímetros del mío, hunde su mirada en mis ojos esmeraldas. Y por primera vez, sé que no me va a rechazar. Pasa un dedo por mi mandíbula con una dulzura infinita. Mi corazón deja de latir. Ella mira mi boca y veo que se muerde sutilmente su labio inferior. Ese gesto marca el comienzo de mi fin. Tengo tantas ganas de besarla que se hace algo doloroso. Sin embargo, estoy petrificada. Tengo miedo. Tiemblo. Debe verse porque ella sonríe ligeramente.
![](https://img.wattpad.com/cover/96513709-288-k485413.jpg)
ESTÁS LEYENDO
¿Hasta cuándo?
FanfictionTRADUCCIÓN del fic francés Jusqu'où? de OnceuponDreamer. No puedo impedirlo. La quiero, a ella. No lo comprendo. Pero me abandono...¿Hasta cuándo? Estas son las palabras del fic original, no quiero poner nada más, para no romper la sorpresa del fic...