40. Agonía

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LUKE

Continúo navegando por este lugar, hay demasiados lugares a dónde podría ir y encontrar a Camila es cada vez más difícil y menos probable. Sé que quizás a estás alturas Meghan ya sabe que he escapado y esté tras de mí justo ahora, pero realmente no me interesa, sólo quiero encontrarla, quiero verla incluso si esto me cuesta la vida.

Estoy por dar un par de pasos cuándo alguien me detiene, ni siquiera puedo voltear a ver quién ha sido pues siento un gran golpe en mi cabeza y caigo al suelo inconsciente.

No sé cuánto tiempo pasa cuando comienzo a abrir mis ojos lentamente, cuando recupero la conciencia comienzo a sentir un gran dolor en el cuello, quizás es por la manera en la que me encuentro. Estoy atado a una silla, mi boca está cubierta con cinta y mi cabeza duele como el infierno. Me remuevo en mi lugar cuando veo a Meghan acercarse.

—Realmente me impresiona que sigas creyendo que vas a poder más que nosotros, tu ingenuidad te hará caer cada vez más mientras sigas aquí —Responde, me quedo mirándola con la mismas ganas que tengo de acabarla —Tengo dos noticias para ti, una buena y otra mala ¿Cuál quieres primero?

Ella alza una ceja y después sonríe. Sabe que no puedo responder con una esta jodida cinta.

—¿Qué? No te escucho pero creo pensar que has dicho la mala —Responde burlona —Bueno, la mala es que Camila ya ha despertado y la buena, es qué cómo ya me has hecho perder mucho mi paciencia he decidido que acabaré a Camila justo ahora, aquí frente a tus ojos.

Ella chasquea los dedos y uno de los hombres se da la vuelta y se va, después de algunos momentos regresa junto a otro hombre, quién sostiene a Camila en brazos, ella tiene las manos atadas y cinta en la boca al igual que yo. Parece dormida o inconsciente.

Comienzo a moverme con brusquedad para lograr liberarme y llegar a ella pero no lo logro, sin embargo, cuando Camila escucha mis quejidos, abre los ojos y se gira hacia mí, comienza a moverse con inquietud así que el hombre la baja dejándola en el suelo.

Meghan se acerca a Camila y le quita la cinta de la boca.

—¿Luke? ¡Luke! —Al instante en que escucho su voz, la vida parece regresar a mí. Mi corazón duele al verla tan débil y cansada y no poder estrecharla en mis brazos —¡Suéltenme, por favor! ¡Por favor!

Sus lágrimas salen con rapidez. Meghan se cruza de brazos mientras nos observa.

—Déjenla ir, que se despidan, así será aún más doloroso para ambos y mucho más divertido para mí —Dice Meghan, Camila se gira hacia el hombre y éste comienza a quitarle las sogas de las manos, cuando por fin la libera, Camila no duda en correr para llegar a mí. Toma mi cara entre sus pequeñas y frías manos y se acerca a besar todo mi rostro, una y otra vez.

Cierro los ojos al sentir su tacto, su cercanía.

—Por Dios Luke, ¿Qué te han hecho? —Miro de nuevo el azul en sus ojos, ellos se llenan de lágrimas al mismo tiempo que ella se dedica a quitar la cinta de mi boca —Mira lo que te han hecho, amor.

Ella inspecciona los golpes y moretones de mi cara y finalmente las lágrimas caen por sus mejillas. Me acaricia con tanta delicadeza.

—Tranquila, tranquila cariño, estoy bien —Le digo tan pronto mi boca queda libre, ella me abraza con mucha fuerza, finalmente puedo respirar de nuevo. Sentirla así de cerca me devuelve la vida —Estoy bien, estaremos bien.

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