Capítulo 11

2K 162 25
                                    

—¿Qué estás haciendo? —pregunté desconcertada mientras daba un paso hacia atrás, manteniendo la distancia inicial que había entre ambos.

Volvió a acercarse, y yo volví a retroceder, hasta que finalmente quedé arrinconada y el chico decidió volver a activar la conversación.

—¿Crees que me puedes evitar en mi propia fiesta? —preguntó disfrutando de mi mirada que, al acorralarme, le imploraba que me dejara escapar.

—No te estoy evitando —negué alargando algunas vocales ya que empezaban a surgir los efectos del alcohol.

—¿No?—preguntó mientras metía la mano en su bolsillo y sacaba un teléfono móvil, seguramente suyo. Comenzó a toquetear la pantalla táctil y antes de que me diera cuenta ya había encontrado lo que estaba buscando—. Entonces, ¿esto qué es?

Acercó la pantalla del aparato a mi rostro, mostrándome el mensaje que me había enviado unos días antes y que había dejado en "leído". Volví a releer el texto cruzando las piernas a causa de mis abundantes ganas de utilizar el retrete.

chrisschistad: ¿Buscando la manera de pedir disculpas, o lo harás el viernes en persona?

—Mira, te voy a ser sincera, tengo que usar el wáter—contesté cruzando las piernas—. Es una urgencia, ¡así que necesito que te vayas ya!—exclamé ya que sabía que no me iba a tomar en serio de otra manera. Realmente tampoco sabía si me iba a hacer caso si le gritaba, pero por lo menos lo intenté.

—No—contestó rotundo tras una carcajada provocada por la incómoda situación que estaba viviendo, al menos yo.

—¡Chris!—exclamé empujándole con fuerza, intentando echarle—. ¡Fuera!

—No me voy por dos razones: la primera es porque no me puedes echar de mi propia casa y, la segunda—tragó saliva para continuar, volviendo a acercarse—, es porque no me voy a ir hasta que hablemos—contestó con frialdad—. Así que si quieres usar el retrete, úsalo—le miré con odio durante unos segundos y decidió añadir una última frase cuando se percató de esto—. Me daré la vuelta.

—¡Vete de una vez!—exclamé enfadada.

—Mira, o esto o dejas que tu vejiga explote—condicionó—. No voy a dejar que te vayas.

—Está bien, date la vuelta ya—respondí ya que sabía que era la única manera de que cediera. Chris se dio la vuelta, colocándose delante de mí, dándome la espalda—. Cógeme esto—añadí colocándole mi bolso sobre el hombro.

Noté como empezaba a reírse, pero intentaba no prestarle atención. Miré de reojo lo sucio que estaba el retrete y decidí que no me sentaría. Procedí a desabrochar mi pantalón, bajarlo con torpeza, desabrochar el body, y bajar finalmente mi ropa interior.

—¿Te echo una mano?—bromeó, burlándose de mí, aún de espaldas.

Simplemente no respondí. Doblé mis rodillas, dejando unos centímetros de distancia con el inodoro y apoyando los brazos sobre las piernas para aguantar más la postura.

—¿Cómo puedes escribir tan rápido habiendo bebido?—pregunté mientras buscaba papel higiénico en la misma posición, aún sorprendida por la rapidez con la que había conseguido encontrar el mensaje que me había enseñado anteriormente.

—¿No te has dado cuenta de que no estoy borracho?—preguntó con ese tono vacilón que le definía a la perfección.

—¿No bebes?—pregunté extrañada—. ¿Eres abstemio?

—No soy abstemio—contestó riéndose ante la pregunta—. Simplemente no me emborracho en todas las fiestas—continuó—. Normalmente bebo, pero lo suficiente para seguir siendo consciente de mis actos.

Serendipia | Skam - Chris y WilliamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora