Capítulo 7

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Maratón 1/3

—Hola, Kassandra—respondió a través de la línea la misma voz grave de la noche anterior—. ¿Qué tal?—Añadió.

—Bien, Mark—contesté sin gran entusiasmo—.  ¿Tú cómo estás?

—Bien, ahora mismo estoy desayunando.

—¿Son las diez allí?—pregunté por la diferencia de horario.

—Y media—añadió.

—Cuando me llamaste estaba en clase—contesté.

—Lo siento, aún confundo la diferencia entre Londres y París a la hora de llamar a Oslo—se disculpó—. ¿Qué tal anoche con tus nuevas compañeras de instituto?

—Bien, terminamos de ver la película y volví a casa de Ada, son muy simpáticas—contesté por la línea sentándome en uno de los bancos del patio—. ¿Y tu noche?

—Me alegro —continuó—. Estuve editando algunas fotografías hasta tarde, son de una entrega para el lunes.

—¿Te quedan muchas por retocar?

—Pocas, ya tengo preparadas la mayoría de ellas— respondió y tras un breve silencio decidió prolongar la duración de la conversación—. En un par de semanas voy a Oslo.

—¿A Oslo?—pregunté extrañada. Apoyé mi teléfono entre mi hombro y mi oreja, para poder tener las manos libres y rascar mis uñas—. ¿Por qué?

—Tengo que ver cómo va el caso, aunque me mantenga en contacto con la policía a través de emails y llamadas, prefiero presionarles un poco en persona.

Esa frase fue como una especie de golpe para mí. Aún mi herida era reciente y estaba abierta, por lo tanto hablar sobre ese tema era como vertir vinagre sobre ella. Y más aún con Mark, quien aunque pretendiera fingir que estaba mejor para animarme, aún no lo había superado. Aunque sinceramente no creo que sea algo que se pueda superar, simplemente tendríamos que vivir con ello.

—¿Hay algo nuevo?—Pregunté dolida, tomándome un momento para poder responder con tranquilidad, pero también con algo de esperanza.

—No, ya sabes, las mismas pruebas y evidencias—responde—. Bueno, de hecho no quiero quitarte tiempo de tu descanso, tienes que comer algo—comenzó a acelerar sus palabras, intentando evitar hablar del tema anterior—. Si quieres esta tarde o mañana te llamo y hablamos más—añadió finalmente.

—Te avisaré cuando termine de estudiar—agregué abatida a causa de su respuesta—. De hecho tengo que ir al comedor ya, sino no tendré tiempo para desayunar—añadí cambiando radicalmente mi tono, con muchas más seguridad y energía.

—Cuídate —contestó como despedida.

—Hasta luego—respondí levantándome del frío banco de piedra, cortando la llamada.

Fui de camino al espacioso comedor, para reunirme con las chicas y así poder desayunar. Las busqué con la mirada y encontré la mesa donde estaban, que se encontraba bastante alejada de la puerta que comunicaba el comedor con el patio. Cuando llegué estaban todas las chicas desayunando, menos Vilde, quien justo llegaba cuando estaba a punto de sentarme.

—¡Hola!—saludó Noora con gran entusiasmo—. ¿Qué estabáis haciendo?

—Yo estaba hablando con una chica de segundo que estuvo en la fiesta anoche—anunció mientras tomaba asiento a mi lado y se retiraba el pelo de la cara, haciéndose una cola, para poder comer con más comodidad—. No os podéis creer lo que ha pasado con Chris al final.

Serendipia | Skam - Chris y WilliamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora