× cero ×

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La fuente de inspiración de Abby era Abel.
Cada cosa que dibuja era él.
Ella lo admiraba en silencio.
Lo admiraba porque era como él y él como ella.
Silenciosos y siempre andaban solos.
Lo único que faltaba era saber el por qué.

Ella se cuestionó el  hablarle. No perdía nada.
Pero, no.
No tenía caso.
Ella solo podía mirar.
Lamentablemente, la inseguridad le podía más.

Entonces, alguien la llama.
Abre el celular y es un número que no conoce.
Sólo tenía el de su padre y su madre.
Era extraño.

Tan sólo presionó el botón verde y una voz apareció:

No te conviene enamorarte de él.
No caigas en lo mismo.
No seas así, Abby.
Me pregunto por qué nunca has girado a verme.
Porqué nunca estoy en tus sueños.
Si tu siempre estás  en los míos.

Si tu siempre estás  en los míos

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Envueltos en cicatricesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora