Capitulo 2: El juez Bernabé

82 0 0
                                    


Capitulo 2: El juez Bernabé

El alboroto de scroffi llegó hasta sus padres que amablemente vendían las cosechas. Scroffi gritó y gritó para que lo ayudaran mientras era arrestado por el policía. Sus familiares corrieron al lugar para ver qué sucedía, trataron de explicarle al oficial cual era el problema y este les empezó a contar lo sucedido.


Entonces, más policías se acercaron, con forcejeos y jalones ordenaron a la familia de Scroffi a que retiraran su venta , su carruaje y que los siguieran a la corte del Juez Bernabé que estaba a 30 minutos del mercado.


Así, los policías, Scroffi y su familia fueron llevados a la corte. Los ciudadanos los miraban con desprecio, odio, y más de alguno que otro les aventaba jitomates en sus caras para así burlarse de ellos por el acto que ellos no cometieron.

Durante el trayecto, su madre se sentía destrozada, su padre enfurecido y sus hermanos menores tristes, era algo que no podían soportar, "¿Qué pasaría si Scroffi fuera arrestado?"se preguntaba a si misma la señora.


Al llegar, el lugar eragrandísimo, con un decorado excepcional, los pisos y muebles eran demadera de caoba, el tribunal relucía a pesar de que el lugar no tenía una gran iluminación,La luz que entraba era por unos ventanales de colores que incluían figuras deespadas, guerreros y nombres raros, a pesar de ello, la luz era lo suficientepara que fuera visible el lugar 

Al llegar, el lugar eragrandísimo, con un decorado excepcional, los pisos y muebles eran demadera de caoba, el tribunal relucía a pesar de que el lugar no tenía una gran iluminación,La  luz que entraba era por unos  ventanales de colores que inclu...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El juez levanto de su silla, era un tipo gordo de edad media, alrededor de 50 anos, de cabello blanco completamente, vestía de gabardina negra con toques rojos y un pantalón del mismo color, camisa blanca reluciente y llevaba consigo un mazo.

Bernabé: -¿De qué os te han acusado chamaco?-
Scroffi: -Soy inocente- suspiró -me han acusado de golpear y robar a un niño, el cuaderno era totalmente mío, me ha pertenecido desde hace tiempo- replicó y replicó
Bernabé: -Como no hay evidencia, os declaro preso en cadenas, por... – Pauso momentáneamente -no se- pauso por segunda ocasión -20, años- dijo en tono burlón.
Scroffi: -¡Pero si yo no miento, no soy culpable de las calumnias de las que me han acusado!-
Bernabé: -Un momento jovencillo, ¿Cual es vuestro nombre?-
Scroffi: -¿Mi nombre? Pues verá, me llamo Scroffi-
Bernabé: -Nada más ¿Scroffi?, ¿Sin apellidos ni nada?-
Scroffi: -No señor, desde que tengo memoria-

El oficial el cual lo había apresado miro uno de los ventanales y discretamente se dirigió a Bernabé, y con pocos murmureos hablo con él:
Oficial: -¿No le suena peculiar el nombre?-
Bernabé: -No, ¿Por qué os decir? ¿Acaso hay algo que saber?-
Oficial: -El acaso no será Sr. Scroffi, el de la leyenda, vea la inscripción arriba del cáliz-

Bernabé volteo a ver el cáliz que se encontraba en un altar de piedras, el cáliz era de oro puro y tenía grabada la inscripción "SR.SCROFFI", el cáliz estaba enfrente de un ventanal recordado con un dibujo de un humano muy parecido a Scroffi con la misma vestimenta que llevaba.
El juez Bernabé salto de alegría. La alegría rebosaba en el, hacia extraños movimientos con su cabeza que hasta su papada y cachetes zangoloteaban por su cara; gritó a los policías que custodiaban a la familia de scroffi: -Corran, Corran, llamen al rey, al virrey, al pueblo, el es el elegido-

Los oficiales enseguida subieron a sus caballos y salieron del gran jurado a toda prisa. La gente se asomaba al oír los sonidos de los caballos que galopaban a toda prisa, más rápido que ninguna otra ocasión vista, mantuvieron el ritmo así hasta que recorrieron la gran ciudadela.

Antes de salir de ella se asomaba un gran castillo, con un lago alrededor en forma de círculo, También había puerta de madera que se mantenía fija con cadenas a la pared, que se usaba como puente por el cual los oficiales entraron, dejaron a los caballos en la entrada del castillo, y corrieron por una alfombra roja hasta llegar al trono del rey.

Uno de los oficiales agotado se inclinó y pronunció unas palabras al rey: -Mi rey- trago saliva -le ha hablado Bernabé- tomo aire -Ha llegado el elegido como la profecía dijo-

El rey Zomian, se levantó de su gran trono, un trono reluciente por el oro del cual estaba hecho. Al momento de levantarse, se observó su gran capa roja que caía sobre la alfombra del mismo color rojo, también se observó su corona, la cual era reluciente y muy vistosa con uno que otro diamante incrustado.

Zomian era rey desde hacía mucho tiempo, pero tampoco era viejo, si acaso tendría unos 30 anos, su pelo era largo y lacio color negro, llevaba barba en forma de candado bien cuidada, Zomian era fuerte y se notaba en su musculatura. Era rara la vez que alguien lo veía, y casi nunca salía del castillo, usualmente se quedaba en las sombras, mirando un viejo retrato de su difunta esposa. En el pueblo existían muchos rumores sobre el fallecimiento de la reina pero ninguno era cierto

Zomian: -¿Que os has dicho? ¿Has venido desde muy lejos para blasfemar?-
Oficial: -No mi rey, Sr.Scroffi ha llegado al tribunal de Bernabé. Es el mismo que la leyenda narra; joven granjero, con arapos viejos, tiene que ir a verlo mi rey-
Zomian: -Si se tratase de una farsa contad que su cabeza será degollada ante todos los ciudadanos-
Oficial: -Lo juro ante usted y los dioses que es verdad-

El rey Zomian caminó por la alfombra con paso firme, un hombre de gran poder en la región, Se dirigió a unos escuderos y con voz firme le gritó: -Preparad 10 escuderos en caballos, y Preparad mi caballo-
El escudero asintió con la cabeza y corrió con su lanza a los demás escuderos; un ejercicio de hombres armados de lanzas, espadas y arcos de acero, sus armaduras plateadas brillantes a la luz del sol, junto con sus cascos y escudos.

De pronto el escudero llegó con un caballo enorme a comparación de los demás, color negro, su mirada desataba miedo ante cualquiera que lo viera. Pelo reluciente, cargaba herraduras de acero en sus pezuñas. Detrás de él 10 escuderos en caballos cafés.
Entonces el rey Zomian se subió al caballo negro, se postro firme, mirando al puente de madera, luego miro al horizonte y con un suspiro gritó a los 4 vientos: Arre.
El caballo corrió dejando a los 14 caballos cafés (10 escuderos y 4 oficiales).

Se veía un verdadero ejército liderados por el rey. Corrían y corrían los caballos haciendo ruido a su paso, la gente los miraba con entusiasmo, unos se arrodillaban ante tan majestuosidad de rey, otros aventaban flores en señal de devoción, uno que otro chiflaba, todos estaban a su dirección, en cuestión de segundos pasaron los demás caballos y fue justo ahí cuando los ciudadanos corrían tras de ellos para ver qué acontecía.

La Espada SagradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora