La Espada Sagrada

El Templo Divino (Parte 1)

Con esa advertencia Scroffi y mina bajaron del caballo, intrigados y asustados.
El templo era de color café quemado por lo que se apreciaba de la vegetación descubierta.

Mina: Debemos entrar, ¿Cierto?

Scroffi: Claro, No tendrás miedo ¿O si? (dijo un tema burlón)

Mina: miedo yo?, no

Scroffi: Pues bien, entremos, Tu solo no te separes de mi, ¿Ok?, hay peligros desconocidos y ambos los vamos a enfrentar. Asi que no toques nada, no hagas nada sin que te lo diga yo ¿vale?

Mina: Entendido, no tocó nada y no me suelto de ti (Mina agarró a Scroffi por la espalda y lo dos tuvo fuerte mente)

Scroffi arrancó un palo de un árbol viejo de la entrada y con fricción hacia la pared lo encendió.
Los dos viajeros entraron al templo con solo una antorcha y sus bolsas cargadas de lo que pudieron. Ambos estaban muertos del pánico por dentro pero no podían darse por vencido.

Entraron alumbrados por su mediocre antorcha, las paredes medio visibles eran de piedra café con sangre derramada, era un gran pasillo al cual no se observaba fin, mientras mas avanzaban se encontraban cadáveres en putrefacción devorados por escorpiones, había esqueletos y toda clase de bichos extraños que procuraron hacerles daño a nuestros jóvenes héroes sin embargo huían por el fuego.

Caminaron alrededor de 30 minutos por ese sendero hasta que las paredes estaban hechas de Cráneos humanos; hasta que llegaron al interior del templo, un gran espacio donde absolutamente todas las paredes estaban hechas de esqueletos, donde también había antorchas y  el sonido del caer de lo que parecía agua roja, gota por gota el sonido se hacia mas grande.

Encontraron en el centro del área un guantelete dorado, junto con una armadura brillante bañada en oro, que relucía aun sin haber luz, ellos de a cercaron a verla con detalle.

Una voz aguda y susurrante de hizo presente:
-"Ahhhhh, buscad mi tesoro, eso molestarse demasiado, y por eso vosotros morid a mi merced"-

Scroffi: (Agitó la antorcha por todos lados) ¡¿Quien eres?!

De las sombras varios ojos gigantescos parpadearon, una sonrisa llena de colmillos manchados de sangre y unas tenazas salían.
Era absolutamente una aberración de criatura: Cola de escorpión, docenas de ojos de distintos tamaños, la sonrisa colmilluda saliente de un ojo mas grande que los demás, con piernas similares a las de una araña peludas y rígidas.
-"Insignificantes gusanos del exterior, soy quién derroto a un hijo de los dioses, soy la pesadilla de los simples mortales, soy, soy, soy el mismisimo Ercasam"-