Capitulo 3

379 43 10
                                    

Esa noche, obviamente Barbara no pudo dormir fácil como la mayoría de las veces, no era cómodo tener a la persona que odiaba dormida en su casa. Después de unos minutos dando vueltas en la cama consiguió dormir, pero volvió a despertar al sentir que alguien le tocaba el hombro, tardo unos segundos más en poder abrir bien los ojos y darse cuenta que la chica de ojos azules al parecer estaba en frente de ella.

-Micaela, que carajo haces aquí?.- Preguntó con enojo, pues había interrumpido su siesta.

-Mire, cosas malas.- Dijo Micaela, Barbara pudo notar que estaba asustada.

-Cosas malas?

Micaela asintió y con su dedo indice se todo con delicadeza su sien derecha.

-En la mente?... Oh, tuviste una pesadilla.- Dijo Barbara y la chica asustada volvió a asentir.

-Todas las noches.

-Bueno, sinceramente no puedo hacer nada para ayudarte, solo tienes que volver a dormir, igual que yo así que por favor vuelve al sofá.- ordenó pero Micaela no se movía.- Vamos! Tengo que despertar en unas horas!.

Después de insistir unos minutos, decidió que nunca conseguiría que volviera a el sofá.

-Sabes que de acuerdo! Yo iré al sofá, tu quédate acá en la cama, pero por favor solo déjame dormir!.

Salió del cuarto y se dirigió a la sala donde estaba el lugar donde iba a dormir, una vez ahí se dio cuenta que había olvidado su almohada y su sabana con la otra chica, al regresar a su cuarto se dio cuenta que Micaela ya estaba completamente dormida, usando su almohada y sabana, molesta, salió por segunda vez del cuarto y durmió en el sofá sin algo que la cubriera ni algo en lo cual podría acomodar su cabeza. Después de unos minutos de por fin encontrar una posición cómoda, se relajo y cerró los ojos, se dio cuenta de que había un olor diferente, no era malo, a decir verdad era demasiado rico, pensó unos segundos de quien era ese olor.

-Es de Micaela idiota.- pensó.

Sin más dejo de concentrarse el olor y se quedo profundamente dormida. Como antes había dicho, se levanto unas horas después por el molesto ruido de la alarma del celular, froto sus ojos y se dirigió a hacer su rutina diaria, lavarse los dientes, ducharse, preparar el desayuno. Al acabar todo esto, de inmediato fue a su cuarto para despertar a la chica de ojos azules.

-Ey... Micaela.- Dijo tocando su hombro delicadamente como había hecho ella unas horas atrás.

-Mmmh.- Ella poco a poco fue abriendo los ojos.

-Tenemos que ir a la escuela, te llevaré a la dirección y después ellos hablaran a tú casa, seguro tu familia esta preocupada por ti.

Micaela solamente asintió, se levanto y siguió a Barbara hasta su auto, subieron y se dirigieron a la escuela. Tal y como lo planeo Barbara, la dejo en la dirección, no sin antes decirle a la directora todo lo que había pasado esa noche.

-No se preocupes, llamare a su familia inmediatamente. Ha hecho muy bien en ayudarla anoche, espero que sepa eso.- dijo la directora.

-Si, para serle sincera no me agrada del todo, pero obviamente no la dejaría en la calle... Bueno me puedo retirar?.- preguntó.

-Seguro, en unos minutos le toca tu siguiente clase, tenga un buen día señorita...

Barbara salió de ahí y como había dicho su directora, en unos minutos le tocaría su siguiente clase así que fue a el salón y la tomo sin preocupaciones ni distracciones. Al finalizar fue a la cafetería donde se encontraría con su mejor amiga para contarle todo lo que había pasado esa mañana y  lo que se supone que haría la directora. Y así lo hizo, su amiga no estaba tan sorprendida puesto que ella había sido parte de la idea de que Micaela se quedara en su casa y que al día siguiente la llevara a dirección, en realidad, ella tuvo toda la idea.

Solo faltaba una clase para que pudiera volver a casa, antes de tomarla, necesitaba ir por su libro a su casillero, se dirigió a el, una vez llegó puso su código, saco el libro y al cerrarlo se dio vuelva para volver a su salón.

X: Tonta, tonta, tonta, tonta...- Barbara escucho que a sus espaldas alguien estaba diciendo esas palabras una y otra vez, dio la media vuelta para encontrarse con Micaela en su casillero que estaba a unos cuantos separado del suyo.

Pudo notar que a Micaela se le habían caído los libros, al parecer ella se enojo mucho, pues aparte de estarse insultando a ella misma, con su puño izquierdo empezó a dar golpes, no muy fuertes, a su propio casillero. A decir verdad Barbara tenía un buen corazón como para no detenerla, ella se estaba haciendo daño. Se acerco.

-Ey... Para, te vas a lastimar.- Al decir esto Micaela volteo a ver a Barbara, se quedó unos segundo viendo sus hermosos ojos cafes.

-Lo siento.- Dijo Micaela.

-No te disculpes conmigo, discúlpate con tu puño, le haz hecho daño.- dijo Barbara sarcásticamente.

-Lo siento.... puño.- Al parecer Micaela no lo tomo a juego puesto que miro a su puño y se disculpo realmente, Barbara soltó una carcajada pequeña.

-Era broma...

Barbara se agacho y tomo los libros de la chica y se los entregó, Micaela abrió su casillero y los metió, Barbara sin más que hacer dio la vuelta y dio unos pasos.

-Eyyy...- Dijo Micaela y Barbara volvió a voltear, al hacer esto se encontró con la sorpresa de que Micaela le estaba entregando una caja de chocolates.

-Y esto porque?.- Preguntó ella tomando esa caja.

-Por... anoche.- dijo sonriendo.

-Oh... Gracias.- Sin más interrupciones dio la vuelta y se dirigió a su clase, a la cual estaba un poco tarde ya, pero no le importo realmente, después de todo, consiguió una caja de chocolates.

***

Probablemente cada capitulo tengas más de mil faltas de ortografía pero...

1.- Siempre escribo en la madrugada toda modorra.

2.- Me la pelan todos.

Besoooooooos, me despidoooooo.

MemoriesWhere stories live. Discover now