Capitulo 5

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Un día lluvioso, a decir verdad casi una tormenta, pero la maldita escuela no le importaba y no cancelaban las clases.

Estaban las dos mejores amigas en el salón de clases, tenían tiempo para hablar antes de que llegara el profesor.

-Así que la ayudaste.- Le dijo Luli a Barbara

-Si pero no fue nada grande, simplemente le ayude a sacar algo de la maquina.

-Bueno pero ella te abrazó después!!! 

-CÁLLATE! Solo lo hizo porque estaba emocionada.

-Sisi lo que digas y que paso después?

-Pues nada, después de eso me fui a clas...- La frase no pudo ser terminada puesto que Barbara sintió que alguien le tocaba el hombro.

-Am... Eres Barbara Martinez?.- Le pregunto una señorita que estaba vestida bastante formal, posiblemente era alguna secretaria.

-Si... ¿Porque pregunta?

-Acompáñeme.

Y asi fue Barbara acompaño a la señorita hasta la dirección, donde después se le indico que esperara, a los pocos minutos la secretaría volvió.

-Mire señorita Martinez no planeo quitarme mucho de su tiempo, simplemente me tiene que responder unas preguntas, ¿Conoce a Micaela Suarez?

-Am... Si, ¿porque?

-¿Que tipo de relación tiene con ella?

-Pues, ninguna, apenas le hablo.

-¿Cuando fue la ultima vez que la vio?

-Ayer en la cafetería, ¿Qué esta pasando?

-Vera señorita Martinez, hoy los padres de Micaela vinieron a la escuela preocupados porque al despertar no estaba su hija en casa, pensaron que podía estar acá, pero según el registro ella falto el día de hoy, así que estamos intentando saber donde esta.- Barbara empezó a sentir preocupación.- Es todos señorita, gracias por su cooperación.

Barbara salió de dirección y por suerte ya no tenía más clases así que se dirigió a el carro para irse, se subió y arranco, no iba a gran velocidad ya que no quería tener ningún accidente, la calle estaba demasiado resbalosa a causa de la lluvia fuerte que había, después de unos minutos estaba a unos segundos de su casa, mientras más se acercaba pudo notar algo raro en su puerta, era Micaela,estaba completamente empapada, sin dudarlo se bajo lo más rápido y corrió hacía la puerta, tomo la mano de la chica de ojos azules y entro a su techo donde no le podía caer una gota de agua.

-Micaela, ¿que haces aquí?

-Yo... Tú... no estabas hoy aquí.

-Pues no, tenía que ir a la escuela, igual que tú, tus papas están preocupados, ¿Porque estas acá?

-Hoy.. volvieron las cosas malas.

-¿Las pesadillas?.- Micaela asintió.

-Tú... las calmaste la ultima vez y creí... yo creí que podías de nuevo.

-Oooh... Mira Micaela eso yo no lo puedo controlar.- Micaela agacho la cabeza.- Mira... Te daré algo de ropa seca, siempre que vienes acá estas toda mojada, quédate aquí.

Barbara fue a su cuarto y saco una pantalón y un blusa blanca larga, iba a paso lento de regreso a la sala cuando escucho el sonido de algo de vidrio romperse lo que hizo que corriera, al llegar vio la escena de un vaso roto en el piso y Micaela con una expresión que parecía que estaba a punto de llorar, rápidamente Barbara se acercó a ella.

-¿Qué paso?

-Yo...yo...yo..perdón, no quise hacerlo...yo...yo..-La respiración de Micaela estaba acelerada.

-Eu... esta bien, no te preocupes es solo un vaso...- Pero eso no la calmo, así que Barbara se dirigió a su alacena donde tenía muchísimos vasos más.- Micaela mira..- Ella volteo.- Tengo muchos más, no es un problema.- Se volvió a acercar a ella.

-Lo siento...- Ahora estaba más calmada.

-Esta bien... Que te parece si te cambias.- le entrego la ropa.- Y luego te llevo a la escuela para que le hablen a tus papas.

-De acuerdo.- Dijo la chica que ahora tenía una respiración normal.

-Bueno... Puedes entrar al baño, ya sabes donde esta.

Una vez Micaela lista, Barbara la subió al carro y la llevo a la dirección de la escuela donde ella supuso que se harían cargo de llamar a sus padres, sin más que hacer volvió a carro y condujo a casa, en el trayecto Barbara se estaba planteando una sola cosa, algo que estaba dudando hace tiempo pero que ahora lo podía confirmar, ya no odiaba a Micaela. De alguna manera todo el enojo, llanto, dolor que alguna vez le hizo pasar ya no existía, porque ella había cambiado, Micaela ya no era la chica popular que le hizo de su escuela un infierno, ya no era la chica que la molestaba cuando la veía...

Ella no podía odiarla, no ahora.

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Quiero mandarle un saludo a mi mamá que me esta presionando para que apague la computadora <3  Me despido, besos


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