-¿Puedo hacerlo yo?.- Pregunto Micaela quien estaba emocionada por usar la maquina expendedora.
-Seguro, ya sabes como hacerlo.- Dijo Barbara orgullosa de ella.
Una vez Micaela tenía en las manos las galletas que había elegido se dirigieron a su salón de clases, el cual estaba solo ya que todos los alumnos estaban afuera disfrutando de la hora libre. Se sentaron en dos bancos juntos, había un silencio muy notorio desde que entraron a tal lugar, un silencio el cual Micaela decidió romper.
-Barbara...
-Que pasa?.- Pregunto esta atenta.
-Am... aún te caigo mal?.- Dijo en un tono triste el cual Barbara pudo notar.
-De que hablas?
- Tu al principio... tu... me... tu... gritaste.- La chica de ojos azules empezó a tener la respiración acelerada, casi igual que cuando rompió en vaso en la casa de Barbara.
-Eu, tranquila Micaela...-Trató de calmarla.- Mira... antes no es que la idea de hablarte pasara por mi cabeza, pero... las cosas cambian sabes?
-Cambiar?
-Si, cambiar, es cuando algo o alguien se convierte en otra cosa.
-Oh... Barbara...
-¿Que pasa?
-Tu... me ensañaste que es... amigos.
-Si, la gente la cual esta a tu lado, que puedes confiar, etcétera...
-Como se consigue uno de esos?.- Pregunto agachando la cabeza.
-Pues... simplemente tienes que ser tú misma, no intentes nunca ser algo que no eres solo por el hecho de querer estar con alguien, eso sería muy estúpido.- Al acabar de decir esto pudo darse cuenta que Micaela dio notar una pequeña sonrisa.
-Tú.. ¿Lo eres mía?... Una amiga?...- Tal vez la Barbara del pasado hubiera quedado en shock ante esta pregunta o hubiera simplemente dicho algo negativo hacía ella, a decir verdad la Barbara del pasado ni siquiera se atrevería a hablar con Micaela.
-Seguro, eso significa que puedes contar conmigo, ¿De acuerdo?.- La chica de ojos azules asintió.
Los minutos restantes fueron básicamente Barbara escuchando a Micaela de lo deliciosas que estaban las galletas, pudo notar que había un tono más alegre en su voz, un tono que le encantaba escuchar.
* * *
Al finalizar la clase, las dos chicas tomaron camino hacía el salón de Luli, ese día ella iría a la casa de Barbara a ver películas y probablemente comer... demasiado. En el trayecto Barbara pudo notar a Micaela muy seria, no estaba segura si debía preguntarle que le pasaba, no había pasado ni una hora desde que Barbara le dijo que podía confiar en ella, pero por alguna razón Barbara sentía mucha preocupación, así que tomo valor y le preguntó
-¿Estas bien?.- Dijo mientras aun caminaban.
-Seguro, ¿Porque no lo estaría?
-No lo sé, estas muy seria.
-Amm... es que... yo...yo...- antes de que siguiera intentando formular su frase, Barbara la interrumpió.
-Micaela, recuerda lo que te dije hace una hora, puedes confiar en mi...¿okey?
-Okey.-Micaela asintió.- Yo... puedo ir con... con ustedes?
-¿A mi casa?.- Pregunto Barbara y Micaela asintió ante esto.
-Niñera... mala.
-Oh.. tienes niñera, que aburrido... Bueno no veo alguna razón por la cual no vengas.
-Gracias!.- dijo con un tono alegre
Un vez llegaron al salón de Luli, Barbara le contó que ahora tenían una nueva integrante a sus planes, esto obviamente no le molesto nada a ella, solo se le hacía un poco raro que Barbara cambiara tan rápido su manera de tratar a Micaela, como paso de ignorarla a ser amigas tan rápido.
Sin más por delante se dirigieron a la casa de Barbara y pidieron una pizza, aprovecharon el tiempo y mientras esperaban que llegara vieron la gran cantidad de películas que les podía ofrecer Netflix, después de varios minutos se decidieron por empezar todas juntas a ver la serie "Orange is the new Black", no antes sin hacer una promesa de que no verían capítulos al menos de que estuvieran las tres juntas.
Se sentaron en el sillón ya que su pizza aun no había llegado, empezaron a pensar que el repartidor se había perdido, ya llevaba más de 30 minutos de espera, había cierto aburrimiento en el lugar, pero Luli y Barbara lo disimulaban con el celular en la mano, pero al parecer Micaela no cargaba uno.
-Ehh... Barbara...- Dijo Micaela sacando la mirada de Barbara de su celular para que se centrara en los ojos azules, en los cuales por su notoria belleza se quedo perdida unos segundos.
-Que pasa?.- Dijo volviendo a la realidad
-Puedo usar tu baño?
-Seguro, ya sabes donde esta...
Sin más Micaela se levantó y se dirigió a el, una vez cerro la puerta, Luli se puso más pegada a Barbara rápidamente dándole golpes en el hombro juguetonamente.
-AU!AYYYYY!.- gritó.- QUE TE PASA?...
-Cállate, no grites estúpida..- susurró.
-¿Que pasa?.- Dijo ahora en tono de susurro.
-Como que que pasa, ¿te gusta verdad?.- Preguntó y Barbara ante ello abrió los ojos tal cual platos.
-Que dices!!!.- dijo subiendo un poco en tono.- Claro que no, ¿Por qué?
-Ay vamos, es tan obvio, la manera en la que la miras, aparte es obvio que ella se esta pegando mucho a ti, tal vez hasta me olvides...
-No digas estupideces, simplemente soy amable con ella, obviamente una persona le agrada estar con otra si es amable.
-¿Y porque eres tan amable con ella?, hace una semanas la odiabas... Ni siquiera querías escuchar su nombre...
-Ay por favor, tu sabes que ahora es diferente. Sabes, eso estuve pensando hace unos días, creo que ya no soy capaz de odiarla.. Tal vez en el fondo aun duele que mi vida en la escuela no sea perfecta, pero no puedo culpar a esta Micaela...
-Suenas tan enamorada...
-QUE NO, YA CÁLLATE.- gritó.- YA NO DISCUTIRÉ CONTIGO.
-De acuerdo sigue negando que te gus...- no terminó si frase ya que se dio cuenta que la puerta del baño se empezó a abrir, obviamente Micaela estaba saliendo de el.
Después de unos minutos más llego la pizza y pusieron en marcha la ronda de capítulos de la serie. A decir verdad la serie era demasiado buena a opinión de Barbara, había escuchado que era basada en hechos reales así que lo hacía más interesante para ella. Perdieron la noción del tiempo, una vez terminados 5 capítulos, Luli, al ver el reloj se sorprendió.
-LAS 12 AM!! QUE CARAJO!.- gritó.
-Qué? En serio?.- Preguntó Barbara.
-Si, no pienso volver a casa a esta hora Barbara, me van a violar afuera.
-Esta bien, te puedes quedar.... Micaela, tu... ¿también te quedas?.- Le preguntó a la de ojos azules y pudo notar una sonrisa en ella.
-Si no te molesta...
-Para nada, solo, llama a tus papás.
-Seguro, me prestas tu celular?
-Claro.- Barbara le entrego su celular, no sin antes ponerle la clave.
Barbara no sabía que el hacer que Micaela se quedara a dormir cambiaría todo.
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:) Ya sé que tardo demasiado en actualizar, pero espero les guste esto <3<3