A Hard Day's Night

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Después de un largo y agotador día de ensayo George llegó a su casa a las 22:05. Con una voz cansada saludó a su mujer Olivia, la cual al ver su estado se preocupó y le sugirió que fuera a dormir.

—¡Pero mira esas ojeras! Ve a dormir un rato mientras preparo la cena.

—Bueno, Olivia—Asintió con la cabeza.

Llegó a su cama y no reparó en quitarse la ropa, sólo sus zapatos ya que no quería ensuciar el recién lavado cubrecama.

No pasaron muchos minutos hasta que logró dormirse, aunque al rato un fuerte grito lo despertó. Salió rápidamente de la cama y fue corriendo a la cocina, donde yacía el cuerpo ensangrentado de su mujer. A su lado, con una sonrisa psicótica, su exmujer Pattie.

—¿Pero qué has hecho, mujer? ¿Estás loca? Llamare a la po...

No pudo terminar de hablar ya que Pattie le clavó una aguja en el cuello e inyectó un calmante. Dos segundos después George se desvaneció en el suelo.

Después de un largo rato fue despertando de a poco, su miedo crecía al ver que estaba atado a su cama, mientras era observado por su exmujer.

—Pe... ¿pero qué te pasa? ¡Desátame ya, loca!—Pedía con nerviosismo.

—¿Piri qui ti pisi?—se burlaba Pattie—Con esa actitud nunca te dejaré ir.

—¿Por qué haces esto? Yo no te he hecho nada malo.

Pattie tomó un cuchillo, y mientras que con él rozaba a George, dijo:

—¿Cómo que no? ¿No recuerdas que tú me has traicionado? Me has sido infiel muchas veces, lo sé.

El miedo del músico se apoderaba de su cuerpo.

—No...No, Pattie, escucha...

—¡NO QUIERO OIR TUS MENTIRAS!—Gritó enojada y clavó el cuchillo en una de las piernas de Harrison.

El aullido de dolor no se hizo esperar, mientras que sin piedad y con movimientos de serrucho comenzó a cortarle la pierna.

Los pedidos de que pare, y el grito acompañado de llanto de George no hicieron nada para que deje de hacerlo. Luego de agonizantes minutos la pierna se separó de su cuerpo acompañado por un mar de sangre.

George pedía a gritos que la desate, que lo perdonara.

—¿Perdón? Tú eres el monstruo sin corazón, y tu muerte será el perdón que necesito.

Acto seguido Pattie prosiguió a clavarle el cuchillo en una de sus manos, causándole el mayor dolor posible.

Las horas pasaban y ella continuaba torturando al pobre músico.

Eran las 7 de la mañana y el sol se asomaba por la ventana, e iluminaba el rostro sangriento de George.

Harrison, masacrado y a punto de morir por toda la pérdida de sangre pudo ver por última vez de su mujer, ya que Pattie sostenía de los cabellos su cabeza.

Antes de cerrar sus ojos por última vez, Harrison le preguntó.

—¿Tú eres el demonio?

—¿Sabes una cosa? Creo que sí.

Una última cuchillada atravesó el corazón del músico.

Y de repente abrió los ojos. Estaba en su cama, respirando agitado pero sin ninguna lastimadura. ¿Acaso eso fue una pesadilla? Miró el reloj, que marcaba las 22:10.

Aliviado se levantó, se calzó y fue a la cocina a ver cómo estaba Olivia.

—¡Oh, Olivia! ¡Estás bien!

—Claro que sí—dijo extrañada—¿Qué te paso? Estás todo sudado.

—Nada, hermosa, sólo una pesadilla.

Harrison abrazó fuertemente a su mujer cuando sintió que tocaban la puerta y besó a Olivia antes de ir a abrir.

Se apoyó en la puerta en la puerta y preguntó:

—¿Quién es?

—¡Hola, Geo! ¡Soy yo, Pattie! ¡Abre, tengo algo muy especial para ti y para Olivia!

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Este cuento no es mío, lo escribió mi amigo NahuelRipamonti para este libro, el cual está subido por tercera vez :'v 

Cuando encuentre mis propios cuentos, los voy a subir. Espero encontrarlos todos ;-;

Beatles de terrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora