Envíame flores.

Quien eres

No soy muy buena hablando pero este silencio entre harry y yo en su americano me está volviendo loca.
Expulsó las pocas palabras que me quedan y logró formar una frase.
-Quien eres?
Finge no escuchar mi pregunta y mantiene fija la mirada en la carretera.
Pero que mierda él, trate de sacar lo más simpático que pude de mí y es así como me paga.
Me inquieta estar aquí con el, es muy diferente a mi, me fijo en sus manos y se ve claramente una cruz en la mano, brevemente pienso tendrá más de un tatuaje?
Ya casi vamos llegando a casa.
Corrección a su casa, trato de sumergirme lo más que pueda en esta chaqueta para que mis padres no me vean.
Entra el coche y se baja, estoy por abrir la puerta cuando harry se adelanta y cierra la puerta de golpe, tiene los ojos llenos de deseo y lujuria.
Me mira y yo sé que entre nosotros dos jamás abra Química alguna.
-Déjame decirte quién soy, me presento Harry Styles, 28 años, tatuajes, cirujano y encantador.
Diciendo esto me pasa la mano por mis brazos y me da una sonrisa de lado.
-Esta bien Harry Styles pero tengo sueño y estoy agotada y aparte voy sin ropa. Y le vuelvo a preguntar:
-Ah y se me olvidaba una cosa, tú... Hm tú vives con Zayn?
Se lleva un dedo a la boca lo chupa, mirándome y se larga.
Qué rayos?!
Por favor necesito un maldito psicólogo por qué él me tendrá loca dentro de poco.
Entro a la silenciosa casa un olor a perfume de hombre invade el lugar y se oyen pasos en el piso de arriba, luego se escucha a alguien bajar escaleras abajo.
Es Zayn, y viene despeinado con una camisa media abotonada y sus jeans desabrochados.
Por lo que pude ver Harry me dejo aquí y a mandado a Zayn a ayudarme.
-Que a sucedido Anna, que desastre has echo?. Me pregunta desafiante y con los ojos levemente rojos.
-Nada, hacer como ustedes acostarme con un chico y listo. Olvidar el daño que me han echo. Dije divertida el porro me alegra la vida y al parecer no soy la única que está colocada.

-Tienes sueño Anna,ve a darte una ducha antes de acostarte.
-Sí capitán.
Dejé caer la chaqueta en el centro de la casa y subí por las escaleras.

Adentrándome más en las tinieblas.