Un sueño jamás se olvida

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Corriendo en un callejón vacío e iluminado, mi rutina de ejercicio apenas había comenzado, el sol estaba a la mitad del cielo, y todo el lugar estaba iluminado por su luz.

El calor de éste me da, siento que me cocina todo el cuerpo mientras pienso que hacer cuando vuelva a casa. Me detengo dos segundos para recobrar el aliento, cierro mis ojos y de la nada todo estaba oscuro, al ver  la luna que se mostraba en el cielo, entendí lo que sucedía.

No era el mundo real, de nuevo caí en éste mundo de fantásticas ilusiones y llena de mi propia imaginación, mis sueños.

Éste lugar me aburre, si pienso en algo mágicamente aparece o sucede lo que quiero, ser millonario, volar, ir al espacio, absolutamente todo, aunque no siempre es así, a veces éste mundo pareciera tener mente propia, además de la mía claro, a veces son tan fascinantes que me ilustran, a veces futuros posibles con personas que quizá conozca, pero a la vez puede mostrarme el peor mundo lleno de miedo, horrores, masacres y o destrucciones naturales.

Pero.. En el mundo real, hay un algo, un algo que me hace sentir en un sueño despierto..

— Ahh.. Ojalá pudiera hacer algo más entretenido en vez de pensar tantas cosas — expresé mi opinión y mi pensamiento en voz alta.

— ¿Y por qué no empezamos? — una voz dulce se escucha a lo lejos.

— Wow, no sabia que mi mente podía imaginar a otras personas a la perfección, casi me convence, debo de salir del callejón.

— ¿Tú mente? — La chica sin perder su tono dulce, pregunta bastante confundida. — Pero si es tu mente.. ¿Cómo es que llegué hasta aquí? Además desee que fuera de noche y así fue al instante.

— Ésto es.. Imposible.

Mi mente se bloqueo por un segundo, no sabía que decir, no sabía que hacer, estaba ahí esperando que dijera algo, que le dé sus respuestas, no sé que...

— Vamos, deja de pensar, pasemos una linda noche. — Sus ojos se clavan en mi.

— Pues me arreglare rápido, tomará más que un respiro.

La ropa de ejercicio desapareció y una casual y cómoda vestimenta tomó su lugar.

— ¿Así está bien? — Mi rostro se avergüenza un poco.

— Perfecto, vamos, vayamos a cualquier sitio donde podamos observar éstas estrellas falsas, después de todo, "estamos" en tu mente.

El mundo se detuvo, y solo podía escuchar mi corazón, pero cuando le di mi mano.. Desperté, y jamas volví a tener ese sueño.

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