La caída de un guerrero

22 2 0
                                    

La pena del guerrero vencido es absoluta tristeza, ¿no lo crees así?
Es alguien que lleva la esperanza en todo cuerpo en la batalla, esa fe en que ganar podría salvar su reino de la posesión de dictadores o esclavistas ruines que buscan someter dichas tierras.
El audaz hombre con armadura empuñando con espada mano junto con un escudo, piensa en la cena que le espera en casa con su mujer esperándolo.
La gran valentía al derrotar a los enemigos en primera línea lo llenaban no sólo de lo anteriormente dicho, sino también de adrenalina que corría por su sangre cual veneno para infectar a todo el cuerpo.
Esa seguridad, esa ilusión, son destruidos cuando se confió demasiado, una espada lastimó uno de sus brazos, pero el hombre fuerte y con coraje no sintió dolor, ni siquiera frenó a ver que tan grave era, el sólo quería seguir luchando por el bien de su gente.
Es así cuando mas tarde las tropas enemigas se retiran, para quien sabe cuando volver y en el momento de pausar y revisar los daños por si mismo, vio que la herida se había infectado y que la cantidad de sangre que perdió puede que no le quede mucho tiempo de vida.
Él sabía que lo habían lastimado, pero cuando vio la herida empezó a sentir el dolor intenso, sintió como de apoco sus órganos internos no funcionaban bien, y el guerrero sin más, cayo con un simple golpe.
Ya en el suelo, casi sin aliento siente que falló en su misión, es cierto, él junto otros guerreros pudieron repeler éste ataque, pero quizá el siguiente sería más duro, más .. Desafiante.
Continúa pensando, cree haber fallado también a su pueblo y a su mujer, ya que no cuenta con la vitalidad necesaria para volver.
Pero con un último respiro entre quejas y tos, logró decir una palabras al viento, que éste llevaría por todo el poblado que el protegía "Lo siento *tos* fallé , y ahora espero sean gloriosos. *tos tos* Y tu, amada mía, espero verte en otra vida, nos quedaron cosas por vivir... *tos* ".
El guerrero desplomado en el suelo con una mirada agonizante y llena de tristeza, pero con una sonrisa complacida por lo que dijo, se fue sin decir nada mas.

Mis pequeños relatosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora