Abendessen

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 Las hojas de aquel libro siguen pasando mientras que la chica sigue leyendo atentamente cada una de ellas.

<< La noche que estaba esperando por fin llego, las brillantes estrellas posaban en el manto oscuro de la noche, me estuve preparando para ti, una camisa azul oscuro, mi pantalón de vestir único para esta situación, un abrigo lo justamente apropiado para que convine y mis zapatos de vestir cómodos.

 Pasé a buscarte a tu casa, pensé un poco en lo que podrías utilizar, pero al verte fue mejor de cualquier combinación que pude imaginar, un vestido negro hasta un poco más arriba de la rodilla, un cinturón con unos diseños plateados sosteniendo con firmeza el vestido a tu cuerpo por las caderas y unos tacos negros con partes plateadas, con un look que lo mejoraba todo, un cabello hasta la altura de los hombros de un color rojizo, todo eso y como la luz reflejada de la Luna te iluminaba, daba el escenario perfecto.

 Te lleve al restaurante cerca de la playa, al lado de ese camino tan largo pasando por un parque y más lugares hasta llegar al puerto, el restaurante tenia una apariencia vintage, una mesa cuadrada de madera y un florero marrón con unas hermosas flores junto al menú, nuestros asientos son unas sillas negras con el diseño de un león en la parte atrás del respaldo, todo era maravilloso al menos para mi, la calefacción lo volvía aún más acogedor. Te ayude a mover la silla para que te pudieras acomodar tranquila y en lo que yo me sentaba ya tomaste uno de los dos menús, miraste con asombro, no sabías que escoger, lo cerraste y me preguntaste "¿Qué comeremos?", le dí un vistazo rápido a la cata en busca de algo bueno y el menú más solicitado parecía estar bastante bien, te miré y con una sonrisa te dije "Pues.. Siendo honesto, ¿que te parece la Causa Limeña para empezar y luego el Rack de cordero y lo terminamos con un helado casero con un almíbar de roza?" Lo consideraste un segundo y dijiste que si.

 Al esperar que un mozo nos atendiera comenzamos a charlar, me contabas de todo lo que te había pasado en la semana, te oía con mucha atención y en un par de ocasiones me preguntaste si estaba bien al tener la mirada concentrada en ti, me dio algo de vergüenza el que te detuvieras únicamente para que dijeras algo así luego de haber hablado de cosas interesantes, al final tú vida lo es más que la mía, y es genial, porque me encanta oírte hablar. Y en mitad de la charla se aparece un mozo al fin, nos toma nuestra orden y se va, nos miramos y nos reímos, nos sentimos como verdaderos adultos en este sitio, sin que nadie nos moleste, sin que nadie interrumpa algo a menos que sea muy necesario. "Algún día vas a tener que prepararme un plato de comida, me lo debes." Dijiste entre unas pequeñas risas, asentí y es verdad, te lo ofrecí antes y sigo sin cumplirlo, ¿que clase de persona soy? 

 Antes de lo que pensamos estábamos terminando el primer plato con unos vasos llenos de jugo mientras comentábamos que tal estaba el mismo, te hable un poco de como estaba compuesto ese plato y pude notar que ponías atención, cosa que pocos hacen y viniendo de ti es fenomenal. Vino el segundo y este llego con un vino que hacia del plato una maravilla. Demoramos más solo porque disfrutábamos demás el platillo mientras tomábamos el licor para hacer el marinaje. Y el ultimo una sencilla genialidad, pero seguía con su encanto. 

 Al haber terminado con el postre, pediste un café y yo un té de manzanilla, siendo ya bastante tarde, como las once de la noche precisamente, nos quedamos haciendo sobre mesa en ese restaurant, comentábamos como nos pareció el menú y la estábamos pasando bien. Hasta que llego la hora de irse, pero sin antes dejar una propina para el mozo que nos atendió.

 Cuando salimos, caminamos por esa calle extensa al lado del mar, pasamos por algunos parques, ibas con tus tacones en las manos ya que eran incómodos de llevar puestos todo lo que estábamos recorriendo, las estrellas seguían brillando y la luna seguía ahí, reflejando la luz sobre ti que estabas delante de mi, era como si fuera un enorme foco, dabas tus pequeños saltitos con tus pies y yo te observaba con admiración mientras lo hacías. En la caminata hablamos más de todo un poco, de la gente, del futuro, de las decoraciones para una casa o lo que sea que se nos viniera a la mente.

 Luego de eso te lleve a tú casa, ya era como la 1 de la mañana, estabas cansada y aún así hacías lo posible para estar despierta, te acompañe hasta dentro, te recosté en la cama, me despedí de ti dejándote una carta sobre la mesa para que la leas en cuanto despiertes, cierro tu puerta y arrojo las llave a través de una ventana que daba a tú habitación.

 Ese día, no lo olvidaré en esta vida, ni en ningún otra si es que la hay.>>

Atte: Stef Elov.

Para: Reika Alanad.

"También lo recuerdo.." La chica abraza el libro con mucho cuidado para no romperlo. "Esa fue una gran noche." Dijo la chica emocionada.

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