Capítulo 5

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Desperté acurrucado en los brazos de Thor, mientras su madre traía su desayuno. Thor estaba a punto de meter algo de los granos que recolectamos en su boca cuando me acerqué. Sumergí mis dedos y recogí todo lo que pude. Él se volvió hacia mí, con indignación en su rostro, pero se detuvo cuando me vio meter todo mi dedo en mi boca y chupar lentamente. Me lamí muy bien el dedo para dejarlo limpio. El rostro de Thor se llenó de deseo.

Para cuando el tazón estuvo vacío y Thor me empujó sobre mi espalda, yo había comido alrededor de la mitad. Esperaba que Thor no notara su estómago vacío hoy, ya que eso aumentaría mis posibilidades de éxito mañana.

El Azotador no estaba contento conmigo. Había observado con su ojo entrecerrado cuando conseguí exitosamente comerme la mitad del desayuno de Thor. Había intentado decir algo en cierto momento, pero Thor le gruñó y procedió a atacarme mientras su padre lo miraba con desaprobación.

Lo miré por encima del hombro de Thor y no pude evitar la sonrisa que se deslizó en mi rostro. Eso fue estúpido. Mi posición en la tribu estaba lejos de ser segura, pero la expresión de rabia en el rostro de el Azotador me llenó de una cálida sensación que hizo que mi piel hormigueara mientras mis caderas se movían hacia arriba para encontrarse con Thor.

Después, en el campo, el Azotador caminaba lo más rápido que podía, tratando de hacerme tropezar, pero yo era joven y fuerte y seguí su ritmo fácilmente. Frunció el ceño y empujó una bolsa hacia mí.

Trabajé bien por la mañana, recogiendo los granos maduros rápidamente y de forma correcta. Los granos estaban empezando a caer al suelo, en pocas semanas no quedaría nadie para recoger. Me pregunté qué haría la tribu una vez que hubiese desaparecido el suministro. No había visto ningún otro tipo de comida hasta ahora. Esperaba que las cosas no fuesen demasiado escasas, o que hubiera otro tipo de comida que todavía que recolectar para que la tribu comiera. De lo contrario pasaríamos un mal invierno y mis posibilidades de supervivencia serían inexistentes.

Me tumbé en el suelo durante el descanso del mediodía y tiré distraídamente de la hierba. Había algunas flores apenas fuera de mi alcance; Dudaba que el Azotador me dejara recogerlas.

Mi atención fue atraída por un niño de unos siete u ocho años de edad. Se acercó a mí con pasos audaces, pero pude ver el miedo en sus ojos. Detrás de él, tratando de fingir que no estaban prestando atención, estaban sus amigos. Se acercó lo suficiente para hablarme.

"¿Erd yu ta Urgdu?" preguntó.

Lo miré sin entender. Estuve captando palabras por aquí y por allá, pero aún no reconocía esa.

"¿Urgdu?" repetí.

Inclinó la espalda, levantó los brazos como garras y mostró los dientes con un gruñido.

"Urgdu." dijo de nuevo.

Monstruo.

Negué con la cabeza.

"Du Urgdu." dije, esperando haber acertado con la palabra no. Juzgando por qué tan seguido la escuchaba decir cuando hablaban de mí, tenía confianza en que sí.

Giró su cabeza, pensativo.

"¿Pwo wa erd yu den?" me preguntó.

Estaba perplejo. Pensé que entendí 'qué' y 'tú'. ¿Quizás me estaba preguntando qué era yo?

"Jotun." Dije, nombrando a mi tribu. "Yo soy Loki de la tribu Jotun".

"Yo-ton." Repitió. Estaba más relajado ahora que yo no me había convertido inmediatamente en una bestia devastadora y no traté de matarlo.

Cavemen // ThorkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora