Capítulo 7

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Surgió un nuevo tipo de economía con la comida ahora que el forraje era más variado. Los api eran muy apreciados, y el Azotador hizo varios buenos tratos por bayas, raíces y un poco de carne. Thor tomó mi bolsa y la cambió por mí. Si lo hubiera hecho yo, no habría podido conseguir nada en absoluto.

Este tipo de comercio significaba que aquellos que eran afortunados con sus hallazgos comerían bien, y los que no lo fueran tendrían hambre. Tenía sentido. La comida se hacía cada vez más escasa a medida que el frío crecía con fuerza. Thor compartió sus cacerías conmigo, y por extensión todo lo que yo encontré, era suyo. Al menos comí lo suficiente para sobrevivir cada día. Imagine qué habría pasado con aquellos que crecieron demasiado débiles para recolectar comida, tal vez fueron dejados morir.

Durante cuatro días estuve saliendo con el Azotador a recolectar. Thor no me había vuelto a llevar a cazar, tal vez a los otros cazadores no les gustó, y un buen jefe se ocupa de escuchar los susurros de la tribu.

Frecuentemente nos desviábamos del grupo principal, lo cual entrañaba un gran riesgo. Pero las recompensas, cuando llegaban, eran mejores con sólo dos de nosotros, o mejor dicho, tres de nosotros. Frigga no había dejado que el Azotador saliera de su vista desde que volvimos tan tarde. Ella insistió en ir con nosotros mientras vagábamos aunque el peligro fuera mayor.

"Onu ta berid, den yu sten radi prida derk. Yu fritlin da woo nech." dijo ella, señalándolo a él.

El Azotador se veía complacido y avergonzado, una combinación peculiar que mostraba mucho amor en su ojo.

Tragué con fuerza y traté de ignorarlo. Yo nunca tendría eso.

Los tres nos las arreglamos para reunir suficiente comida para intercambar, pero no mucho más. Thor trajo pequeñas presas, pájaros y roedores en su mayoría, pero era suficiente para la tribu.

Después de cuatro días, Thor no volvió.

Tampoco ninguno de los otros cazadores. La tribu no estaba preocupada, si seguían a las grandes presas no volverían simplemente porque estaba oscuro. Yo mismo lo sabía bien. Frigga estaba un poco preocupada, como una madre lo estaría por su hijo, pero yo no.

Bueno, un poco.

Sólo un poco.

Sobre todo porque normalmente dormía en la cama de Thor, pero sin él aquí no tenía permiso para ello.

Si no volvía, no comería carne. Y a mi me gusta la carne.

Aunque si él murió, mi vida terminaría rápidamente, así que la carne no era realmente un problema.

Se me permitía preocuparme por morir, eso era normal.

Así que yo estaba preocupado por la cama, el suelo era duro y el fuego sólo calentaba un lado de mí a la vez, así que tuve que me la pasé girando.

Ni siquiera tenía pieles para cubrirme. Nada que pudiera considerar mio.

Pero aparte de todas esas preocupaciones extremadamente prácticas, definitivamente no estaba preocupado.

Me tumbé en el suelo y traté de mantenerme caliente rodando mucho. Los miembros de la tribu habían comenzado a usar ropa de piel adecuada, no sólo taparrabos, pero yo no tenía nada de eso. Tenía algunas en mi antiguo hogar, pero eso estaba muy lejos y nadie me iba a dejar ir a buscarlas.

Traté de no temblar mientras el viento frío soplaba a través de la cueva. Esperaba no enfermarme de la congelación negra, que aparecía en dedos y pies. Había visto cazadores que se enfermaban, y ya no eran cazadores. Me metí los dedos debajo de mis axilas e hice bolita los dedos de los pies. De niño me había aterrorizado la visión del frío negro. Un hombre tenía toda una mano negra y solía intentar agarrar a los niños con ella cuando éramos traviesos.

Cavemen // ThorkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora