Capitulo 65

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Sehun comenzó a seguirlo mientras le decía que no podía enojarse por ello. Reí por lo bajo al igual que Xiumin y Luhan.

—Se pelean siempre, pero a los dos segundos están como si nada hubiese pasado —dijo el rubio divertido.

Mi celular comenzó a sonar. Detuve mi paso y lo busqué en mi mochila. Miré la pantalla y el número que aparecía era desconocido.

—Vamos Park, estamos por llegar tarde —dijo Luhan.

—Vayan yendo —les dije y me alejé un poco para contestar — ¿Hola?

—Lo intente, juro que lo intente —su voz paralizó mi cuerpo —Pero no lo comprendiste y no me hiciste caso.

— ¿Qué es lo que realmente quieres, maldita sea? —pregunté nervioso.

—Yo quise hacer las cosas por las buenas y tú me obligaste a hacerlas por las malas. Tú no lo puedes dejar bueno, yo voy a ayudarte a hacerlo.

— ¿De qué estás hablando? —dije sin entender.

— ¿Dónde está D.O ahora, Chanyeol? —me preguntó.

Mi corazón se detuvo en ese mismo momento. Solté el teléfono y comencé a correr lo más rápido que pude hacia la salida. La luz de afuera se veía lejana y yo sentía que mis piernas jamás iban a llegar hasta allí. Salí casi volando hacia el exterior y miré hacia donde estaba el estacionamiento. D.O salía del auto.

—¡D.O! —le grité. Él levantó la vista y me sonrió. Y entonces un auto negro salió de la nada y se detuvo a su lado. Unos hombres salieron de allí y colocaron sobre su nariz un pañuelo — ¡NO!

Corrí hacia ellos pero fue demasiado tarde. Se lo llevaron.

Corrí hacia donde se había dirigido el auto, pero ya se había alejado demasiado.

— ¡NO! —volví a gritar mientras sentía aquella sensación de impotencia en mi pecho.

— ¡CHANYEOL! —Me giré a verlos y Luhan y Xiumin venían corriendo hacia mí — ¿Qué pasó?

—Se lo llevaron —dijo mientras me daba cuenta de ello. Mis ojos se llenaron de lágrimas.

— ¿Y D.O? —preguntó a Xiumin.

—A D.O —susurré.

— ¿Qué? —dijo él sin poder creerlo.

—Tranquilo, Chanyeol... vamos a encontrarlo. Necesitamos llamar a la policía y ¿Por qué se lo llevaron? —dijo mi amigo.

—Mi padre —dije y lo miré a los ojos.

Luhan asintió levemente y estiró la mano para entregarme el celular que había tirado antes de salir corriendo. Lo tomé y sin pensarlo marqué el número de su celular.

— ¿Qué pasó, hijo? —me preguntó al atender.

— ¡¿Dónde está maldita sea?! ¡Por tu bien no le toques un pelo porque juro que voy a encontrarte y a acabar contigo! —dije mientras apretaba los dientes.

—Solo estoy intentando ayudarte. Quiero salvarte, aunque no lo creas.

— ¿Por qué no me dejas en paz? —Mi voz se quebró y las malditas lágrimas comenzaron a salir de mis ojos – No le hagas daño, por favor.

—Por eso mismo es que quiero alejarlo de ti, hijo —susurró él como si estuviera con alguien – Él es el que va a acabar contigo si no hago algo.

— ¡No, por favor, no le hagas nada! —grité.

—Me lo vas a agradecer algún día —dijo y colgó.

Dangerous ObsesionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora