Harry se paseaba tranquilo por los pasillos de la universidad, su belleza natural no dejaba indiferente a nadie, muchos le sonreían provocativamente pero él sólo sonreía con autosuficiencia.

Se dirigió a la cafetería y mientras hacia la fila se percato que en una mesa casi al final del recinto se encontraba aquel chico que tanto de había llamado la atención.

Decidió apresurarse y con la bandeja en mano, camino hacia el chico, pero fue en vano ya que Louis había terminado de comer y salió de la cafetería.

Harry suspiro, se sentó a comer pensando en ese pequeño chico que lo ha dejado hipnotizado con su belleza, jamás había visto a alguien así, sus ojos eran hermosos, su pequeña nariz, su lacio cabello y su cuerpo, su cuerpo era hermoso, tenía muchas más curvas que la de cualquier chica de la Universidad, Harry quería a Louis, Harry quería que Louis fuera su novio, aunque era muy apresurado así lo pensaba él.

Louis caminó hacia el baño después de salir de la cafetería, fueron sus nervios los culpables de su salida, pues llegó el chico nuevo y no quería que lo viera, ya fue suficiente con lo ocurrido en la clase, ese chico no dejaba de verlo, y Louis pudo imaginar el porque, se veía gordo, sus muslos, su estómago, sus mejillas, todo en el era gordo y de sólo imaginar que ese apuesto chico lo vio se sentía la persona más asquerosa del mundo, así que ahí estaba Louis en el baño, llorando y provocándose el vómito, su garganta ardía y sus ojos lloraban, al terminar se levantó y lavo su cara, arregló su polera, se vio al espejo y susurró.

-Esto de vomitar está haciendo efecto, mis estúpidas lonjas ya no se verán, seré perfecto, por primera vez seré lindo.

Sonrió y escucho el timbre, se dirigió a su clase, se sentó en una de las últimas bancas y observaba a las chicas que entraban al aula, tan perfectas, delgadas, el soñaba ser así, tan lindo, y que alguien se fijará en él, bajo la mirada y comenzó a dibujar en su libreta.

Harry iba caminado hacia el aula de su siguiente clase, esperando volver a ver al chico ojiazul, entrando al aula, lo vio, tan lindo y tímido, para su suerte la silla al lado del chico estaba desocupada y se sentó.

Louis no lo podía creer, el chico nuevo se había sentado a su lado, pero su felicidad duro muy poco, porque pensó que tal vez lo hizo para burlarse de su físico, como todas las personas lo hacían.

-Hola- Dijo un Harry sonriente.

-Hola-Respondió Louis en un casi inaudible susurro sin alzar la mirada.
Harry podía jurar que al escuchar la voz del chico sintió desmayarse, era una suave voz, se escuchaba tan delicada y preciosa.

-¿Cual es tu nombre?

-Louis.

-Lindo nombre, como tú -sonrió Harry.

Un gran sonrojo en las mejillas es lo tenía Louis ahora, miro a Harry y negó.

-Y-yo no soy lindo, nada en mi es lindo.

-Tienes razón, no eres lindo- Louis sintio algo en su pecho que lo incomodo bastante- eres hermoso y perfecto.

Louis no podía más, ese chico se estaba burlando de el, demasiado lindo, pero grosero.

-¿Puedes dejar de decir mentiras? -susurro un cabizbajo Louis.

Harry frunció el ceño, el no decía mentiras, a él verdaderamente le pareció hermoso Louis.

-Yo no digo mentiras, odio las mentiras.

-Claro que dices mentiras, ¡no soy lindo y mucho menos hermoso!

Louis estaba a punto de colapsar, ese chico le estaba mintiendo, apostaba que sólo quería lastimarlo, no aguanto más y salió del aula.

Inseguro. | Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora