Vida de gatos

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L Y O V O C H K A

"Vida de gatos"
EXTRA 3/5

Alisa había terminado la llamada con un suspiro de alivio. Lo de Yaku se podía asemejar con una herida provocada por una pelea común entre gatos, algo que no requería  llevarlo de urgencia a una clínica. Volteó a darle la noticia a su hermano, percatándose que también se había transformado en un gato y se llevó la palma de su mano a la boca por la sorpresa, y caminó hasta donde se encontraban los dos felinos acostados, dejando sus rodillas apoyadas en el suelo para poder observarlos detenidamente. Lev se veía muy animado rozando su nariz y lamiendo el pelaje de la cabeza de Yaku. Parecía que llevaba un buen rato haciendo eso, porque el pequeño gato tenía el pelo húmedo y aplastado en esa zona.

—Lyovochka, ¿lo estás peinando?— preguntó Alisa en voz baja mientras sonreía. Lev maulló y continuó pasando su lengua sobre Yaku. —Deberías dejarlo descansar.— murmuró la joven acariciando la orejas de su hermano. Lev cerró sus ojos y comenzó a ronronear al mismo tiempo que detenía sus mimos a su senpai. — ¿Sabías  que el ronroneo de los gatos tiene un poder curativo?—  Lev paró sus orejas al oír la pregunta y su ronroneo se fue haciendo cada vez más audible, al cabo de unos segundos, apoyó su mentón cerca de las orejas de Yaku para que el sonido le llegara mejor.

Alisa se tranquilizó al ver cómo la respiración de Yaku ya no era tan agitada, pero de pronto esa calma se vio interrumpida cuando vio un movimiento brusco de una de las patas del pequeño animal, que había durado apenas un parpadeo. Esa pequeña sacudida en su cuerpo  había logrado despertarlo de golpe. Sus ojos comenzaron a abrirse lentamente. Alisa sonrió y le dio aviso a su hermano el cual seguía recostado al lado del minino. Lev se levantó en seguida, y comenzó a moverlo con una de sus patas.

—Lyovochka, déjalo tranquilo.— Regañó Alisa tomando a su hermano del cuello y levantándolo de la cama. El gato gris tragó saliva y miró a su hermana por unos segundos. Luego, la joven volvió a dejarlo suavemente sobre la cama y acarició su cabeza. —Cómportate, o no dormirás con Yakkun.

Lev parecía un gato arrepentido, al regresar cerca de Yaku, quedó a una distancia prudente para no tocarlo. Yaku, por su parte, se levantó y maulló un par de veces. Parecía que no entendía mucho la situación, pero al ver a Alisa tan grande y a Lev, en su forma de gato, se sentó sobre la almohada y miró con los ojos entrecerrados a Lev.

El gato gris, curioso de saber lo que pensaba su senpai, se le acercó lentamente, y rozó sus bigotes con los de Yaku, el pequeño gatito anaranjado reaccionó mal y tomó el rostro de Lev con ambas patas sin sacar sus garras y comenzó a gruñirle.

— ¡Lev, ya es suficiente!— Gritó Alisa preocupada. —No quiero pelea de gatos en mi casa, más les vale que tengan una buena convivencia de ahora en adelante. —añadió mirando a ambos gatos con enfado. — ¡Ay! no puedo enojarme con ustedes, son tan lindos.— dijo Alisa posando las palmas de sus manos sobre sus mejillas y sonrojándose. —La verdad es que extrañaba tu forma de gato, Lyovochka, quiero cepillar tu cabello. Y Yakkun, eres como un gatito bebé, ven aquí. — añadió tomándolo cuidadosamente con ambas manos y frotando su rostro en el pelaje de Yaku. —Eres tan suavecito.— decía con los ojos cerrados. Yaku no le agradaba para nada esas muestras de afecto, pero al ver que Lev estaba enojado, comenzó a ronronear y a correspender esas caricias.

Lev, aprovechando que seguía sobre la cama, sacó sus garras y  comenzó a rasgar el cobertor. Alisa no tardó en darse cuenta y dejó a Yakku sobre la cama.

—Lyovochka, no, eso no se hace.— dijo Alisa tomando a Lev entre sus brazos. —Ya entendí, no debo tocar a tu novio. — le susurró para que Yaku no escuchara. Lev de inmediato le brillaron los ojos y emitió un maullido. El libero, sin entender por qué los Haiba se veían tan felices, bostezó. Acto seguido, Lev también le entró sueño, y finalmente Alisa imitó la acción de ambos gatos. Eran cerca de las una de la madrugada, y todos querían irse a dormir.

—Muy bien, es hora de irse a la cama.— dijo Alisa dejando varios cojines sobre el suelo alfombrando. Primero tomó a Lev y le ordenó que se recostara, luego tomó Yaku y lo dejó  muy cerca de su hermano. —Yakkun, procura descansar y no moverte mucho. No vayas a tocar tu herida. Y Lyovochka, no lo molestes mientras duerme. Mañana los llevaré temprano al templo de gatos, así que aprovechen de descansar, buenas noches.— Ambos gatos maullaron al mismo tiempo, como si fuera una respuesta, provocando que Alisa riera.

Ya con la luz apagada, ambos gatos, que se encontraban sobre almohadas y cojines, empezaron a ronronear bajo. Yaku se había acomodado cerca de la panza de Lev para que le llegara más calor, quedándose rápidamente dormido. En cambio, Lev, había sido el último en dormise, ya que quería asegurarse de que Yaku tuviera un ritmo normal en su respiración.

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Continuará...

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Notas finales: Esta historia está en sus capítulos finales uvú

Levochka (LevYaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora