Más cerca

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L Y O V O C H K A

"Más cerca"
EXTRA 4/5

Yaku abrió los ojos de golpe observando un hermoso cielo color rosa sobre él. Al sentarse, en seguida sintió un agradable olor a pasto mojado, y al mirar a su alrededor se dio cuenta que se encontraba en una especie de mirador natural, donde podía ver grandes prados verdes con muchas flores, árboles, y un campo repleto de dientes de león. El libero recordaba perfectamente ese lugar, ya que había estado en dos ocasiones, sin embargo ahora se encontraba observando aquel terreno llano desde las alturas.

"Nunca deja de sorprenderme el subconsciente de Lev, es increíble. Ahora me trajo cerca de las montañas..." pensó volviendo a recostarse sobre el pasto humedecido por un rato más. Sentía tanta paz interior en ese lugar que había sonreído de forma espontánea. —Pero ¿dónde se habrá metido? Siempre tengo que buscar a ese idiota...— murmuró poniéndose de pie con la intención de explorar el lugar en busca del menor de los Haiba. Los arbustos que tenía a su alrededor se fueron convirtiendo de a poco en árboles cada vez más grandes y robustos. Yaku se veía emocionado caminando sobre las raíces y algunos troncos caídos en el camino.

— ¡Yaku-san!— escuchó de pronto la voz del joven bloqueador quién parecía estar cerca.

Morisuke se detuvo de inmediato en medio del bosque y miró a sus alrededores para hallar el origen del grito. De pronto, escuchó un crujido de una rama por su derecha, y corrió entre medio de los árboles, esquivando arbustos y raíces en esa dirección para llegar a esa voz lo antes posible.

— ¡Lev!— gritaba Yaku corriendo cada vez más rápido. Un quejido de dolor escuchó en el instante que pisó algo blando en el camino. Se detuvo a unos pasos de allí y volteó a mirar; Lev estaba tirado boca abajo sobre la tierra con algunas hojas en la cabeza. Morisuke suspiró y se acercó con una larga y delgada rama hacia el cuerpo del menor. Después se agachó y comenzó a picarlo con la rama en uno de sus glúteos.

—Yaku-san, no sea cruel, estoy vivo...— se quejó Haiba volteando su cuerpo para quedar boca arriba sobre la tierra, observando a su senpai lanzar la rama lejos de él.

—No me digas que te tropesaste con una piedra...— dijo Morisuke mirándolo seriamente. Lev se sentó sobre el suelo, y sonrió posando su mano detrás de la nuca. Yaku volvió a suspirar, y lo ayudó a levantarse. Ambos quedaron en silencio y caminaron hasta llegar a una pequeña caída de agua. Lev parecía que necesita decir algo durante el trayecto, pero solo se decidió hablar hasta que vio a su senpai sentarse a contemplar el paisaje.

—Yaku-san, sobre lo que pasó ayer.— dijo mientras jugaba con sus dedos y se sentaba al lado de él. —Quería disculparme por mi comportamiento, yo no quise lastimarlo, lo siento.— añadió en voz baja con un tono que denotaba tristeza. Morisuke se volteó a verlo mientras pasaba una mano cerca del cuello para tocar la herida que su compañero de equipo había provocado.

—No fue nada, en realidad me desmayé por el susto.— Dijo Yaku con la vista en el suelo. —Estaba asustado cuando me mordiste, porque no sabía qué iba a pasar después...— añadió metiendo sus manos en los bolsillos. —El vodka que tomé también influyó. Es obvio, lo que viste anoche fue causado por el alcohol, yo no habría actuado así desde un principio...— recalcó enfadado.

Lev se sintió desanimado al escuchar las últimas palabras dichas por su senpai y no pudo evitar sentirse triste.

— ¿Me está tratando de decir que se arrepiente de lo que hizo?— Preguntó Lev con temor de mirar a Morisuke.

Ambos seguían sentados sobre unas rocas a orillas del riachuelo, el sonido provocado por la caída del agua era lo único que se escuchaba en ese rato de silencio.

—Por supuesto que sí.— Respondió Yaku con tono enfadado mientras sacaba las manos de sus bolsillos y tomaba rápidamente una piedra para lanzarla al agua. Las ondas se fueron expandiendo hasta llegar al límite del pequeño río.

Lev se había puesto de pie sin decir una palabra y había apretado ambos puños con fuerza mientras miraba su reflejo distorsionado en el agua. Morisuke seguía sentado lanzando más piedras, sin preguntarse el por qué el menor de los Haiba permanecía tan tranquilo.

—A usted todavía le gusta mi hermana, ¿verdad?— Preguntó repentinamente.

Morisuke se largó a reír de forma instantánea mirando a Lev, quien estaba de pie. Su sonrisa se fue borrando cuando vio la expresión seria del menor.

—Oye, ¿a qué viene eso?— Preguntó Yaku molesto y poniéndose de pie para verlo de más cerca.

—Yaku-san, ese recuerdo del cual usted se arrepiente, es uno de los momentos más importantes de mi vida.— Respondió Lev con la vista nublada.

Yaku abrió sus ojos de la sorpresa al verlo tan afectado. Los labios de Lev no dejaban de temblar, y en cosa de segundos, las lágrimas empezaron a fluir sobre sus mejillas. Con sus manos apretaba la tela de su pantalón y su respiración se fue entrecortando. Morisuke sintió un frío recorrer toda su piel y se quedó callado pensando en las palabras más adecuadas para explicar el malentendido.

— ¡Tonto!— Exclamó Morisuke con fuerza mientras intentaba sonreír. —De verdad eres tonto. ¿Qué haré contigo?

Haiba no entendía muy bien esa reacción de su senpai, pero la confusión no servía para detener sus lágrimas.

—Lev, deja de llorar como un bebé, ya estás grande.— dijo Yaku cerrando sus ojos. —Por supuesto que estoy arrepentido de lo que hice, pero no de lo que hicimos, es decir, ¿por qué debería estar orgulloso de haberme emborrachado al frente de tu padre? Eso no habla bien de mí, y de seguro dejé una mala imagen en tu familia...— agregó sintiendo que sus mejillas se ponían rojas. —Pero lo más importante, no quiero depender del alcohol para actuar de esa forma contigo. Quiero que sea algo natural, ¿me entiendes?

Lev se pasó una mano sobre sus párpados para secarse las lágrimas mientras lo miraba fijamente y preguntó: — ¿Eso quiere decir que se siente atraído por mí?

Morisuke hizo un puchero y miró hacia un lado, había terminado por quedar con el rostro completamente sonrojado, luego agachó su cabeza para que el rascacielos humano no lo viera y volvió a meter sus manos en los bolsillos. Lev no quiso esperar una respuesta y apoyó sus rodillas sobre las rocas, dejando su rostro a la altura del pecho de su senpai.

—Yaku-san, usted me gusta mucho.— dijo Lev abrazándolo posesivamente mientras cerraba sus ojos.

El libero correspondió el abrazo, sintiendo que su corazón latía tan rápido que por poco pensó que se volvería a desmayar.

Cuando ambos abrieron los ojos, se dieron cuenta que se encontraban abrazados en el mundo real convertidos en nekomimi.

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Continuará...

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Notas finales: Em, creo que el armario de Alisa será asaltado por unos gatos que van en pelotas por la vida ;u;

PD: Wattpad malvado (como 20 veces subiendo el capítulo)

Levochka (LevYaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora