A la mañana siguiente en el trabajo el no estuvo, cuando hice la rutina después de cenar que cabe destacar Hannah cocino delicioso y reimos mucho, antes de ir a dormir decidí ir a su apartamento a buscarlo.

-Francis, ¿Qué haces aquí?-.
-Quiero que hablemos, al principio yo establecí límites...-.
-Y yo los rompí-.Interrumpió.
-Si, pero eso no es lo que importar lo que importa es que no sé cómo diablos lo hiciste, me enamoraste de nuevo, las cosas con Hannah ahora se han echo excelentes, pero no puedo dejar de sentirme culpable-.
-Por lo que hicimos-.Comento.
-No sólo por eso, si no más por qué te amo más a ti de lo que puedo amarla a ella-.

Él me veía, y había lágrimas en sus ojos.

-Fran estamos en Los Ángeles, ¿Recuerdas todas esas veces que me decías que escapáramos a New York, San Francisco o Los Ángeles? Aquí estamos, el destino nos puso aquí, a los dos, juntos, como lo dije años atrás-.
-Gregg yo... En los últimos días me di cuenta que no tengo ni la más mínima idea de cómo hice para estar tantos años si ti-.
-Ya no tendrás que ser así...-.
-Supongo que en los próximos años sin ti averiguaré un camino-.
-F no-.
-Mi vida será perfecta, y no es contigo, lo siento Gregg... Te amo-.
-Y yo te amo a ti Francis-.

La historia se repitió 3 años después pero con los papeles invertidos...
Salí de su departamento, salí del edificio, salí de su vida.
Al llegar a casa me repetía una y otra vez Es lo mejor, mi hogar es aquí; junto a Hannah tratando de convencerme.
Pasó una semana y recibí una llamada de Madie.

-Hey Francis, ¿Sabes por qué Gregg no contesta las llamadas?-.
-No, no lo hago-.Respondí haciendo una mueca que ella obviamente no podía ver.
-Cuando lo veas ¿Podría decirle que me hable de favor?-.
-Madie tu hermano y yo...-.No me dejó terminar de hablar.
-¿Qué pasa entre ustedes dos?-.Pregunto interrumpiendo.

Aja, seguro Gregg no te contó...

-No hablamos más-.
-¡¿Qué?! ¡¿Porqué?! ¡Creí que eran amigos de nuevo!-.
-No sabemos ser amigos y... Las cosas son mejor de este modo-.

Seguí hablando con Madeline, no le explique bien como habían sido las cosas, él no dijo nada más de su hermano, los 3 días siguientes hablaba a diario insistiendo cada vez más en que fuera a buscar a Gregg a su casa y le dijera que le llamara a Madie.

-¡Francis por favor!-.
-¡Ya te dije que no!-.
-Vamos, ¡Es muy importante!-.
-¿Qué es?, ¡Ni si quiera me lo has dicho!-.
-Es de mi abuelo, su salud se está deteriorando, necesitamos hablar con el, quizá es tiempo de... Despedirse-.

Yo sabia cuán apegados eran ese par de hermanos a su abuelo que tan importante era ella para ellos. No podía negarme.

-De acuerdo Madie, hoy después del trabajo iré al departamento de Gregg y le diré que se ponga en contacto contigo y tu familia-.
-Gracias Fran, sabía que entenderías-.

Fue muy incómodo para mí en el trabajo ver las manecillas del reloj avanzar sabiendo que entre más avanzarán más cerca estaba de verlo, antes de ir a casa llegue al gran edificio donde vivía, en cuanto entré me dirigí con la recepcionista una señora de unos 30 y tantos con un maquillaje un tanto mal hecho, estaba ahí para darle una carta que yo hice pero Madie me dictó por teléfono y estaba de su parte.

-¿Para quién es joven?-.
-A para él 2B, con Greggory Wright-.
-¡Uy no joven! El ya no vive aquí-.
-¿Cómo de que ya no vive aquí?, 2B Greggory Wright-.
-Ya no vive aquí-.
-Pe... Pero, yo hace poco estuve aquí...-.
-Se fue hace 3 días-.
-¿No sabe a dónde?-.
-Si, New York, por lo que leí le dieron la oportunidad de irse a trabaja en algo de libros, creo que al principio rechazo pero cambio de parecer y... Pues ya se fue-.
-¿Cómo sabe usted eso? ¿Dónde dice que lo leyó?-.
-Pues mira, acá entre nos toda la correspondencia pasa por mis manos y en veces cuando estoy aburrida pues me pongo a chismear un poco, solo un poco-.

Hice caso omiso a su comentario y mejor seguí investigando.

-¿Sabe cuándo volverá?-.
-Dudo mucho que lo haga, se llevó absolutamente todas sus cosas-.

Yo para ese entonces me quede con la mente en blanco.

-¿Algo más joven?-.
-Nada, gracias-.Concluí y salí de ahí a buscar un teléfono público, llame rápido a Madie.

Sonaba y no parecía que me contestaría, no contesto, me ganaron las ansias y marque el celular de Gregg, tampoco contesto ¿Qué tal si algo le pasó en el camino? Decidí volver a llamarme a Madie quien enseguida contesto.

-¿Bueno?-.
-Madie soy yo Francis-.
-Fran, ¿Ya dejaste la carta?-.
-¡No! La señora de recepción me dijo que ya no vive el ahí, que le llegó una carta para algo de trabajar en New York y se fue hace 3 días-.
-Tienes que estar bromeado, Gregg no se iría sin decirme nada, ¡El me diría!-.
-¡Pues no lo hizo!-.

Estaba gritando, por qué aunque no me gustara me alteraba, después de todo era Gregg.
Había silencio del otro lado de la línea.

-No era mi intención gritarte Madie-.
-No, supongo que tienes razón-.
-Quizá perdió su celular y con la mudanza ha estado demasiado ocupado como para llamarte, debe de haber una explicación-.
-Eso espero, si sabes algo de él avísame por favor-.
-Por su puesto...-.

Ganas no me faltaban para decirle que si por favor ella sabía algo de el me avisara a mí también, pero no podía decir eso. Después de todo Ahora nadie sabe lo que hubo entre nosotros y no habrá nadie para desahogarme...
Y las cosas serían como lo habían sido años antes, solo que me encontraría más solo, me sentiría culpable, e incluso teniéndolo todo me sentiría vacío.

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