Unos días después a principios de noviembre cuando la Navidad se empezaba a sentir un sábado Hannah me dijo que había invitado a una amiga para cenar, yo no vi problema alguno, prepare algo sencillo no era como que Hannah trajera muchos amigos siendo que si los tenía, ella era muy agradable y linda con todo mundo.
Ellas llegaron, Hannah entro primero la salude con mucho gusto y después a su amiga, yo la conocía.

-Mira amor, ella es Daniela Rodríguez-.

Mierda.

-Daniela él es Francis mi novio-.
-Hola mucho gusto Francis-.Ella me saludo e hizo como si no me conociera.
-Ho... Hola igualmente-.Estaba nervioso, era mal actor, malo ocultando.
-Huele delicioso Francis, siéntense ustedes yo serviré-.Exclamo Hannah.
-No, no, yo sirvo...-.Repuse en camino a la cocina.

La cena estuvo bien, yo no podía dejar de tener miedo pero en cambio Daniela actuó como si en su vida me hubiera visto, ella y Hannah conversaban, cuando terminamos Hannah recogió los platos y se dirigió a lavarlos.

-¿Por que haces esto?-.Interrogue en voz baja.
-¿Que cosa?, ¿Venir a cenar a casa de una amiga?-.
-No-Repuse torciendo los ojos-actuar como si nunca antes nos hubiéramos visto-.
-Es parte de, la confidencialidad y de mi labor-.

Me quede callado por unos segundos.

-¿Entonces no le dirás nada a Han?-.
-Claro que no, quiero, asi no "Sanare ni una puta alma"-.Agrego haciendo comillas con sus dedos.
-Si... lamento eso-.Conteste rascándome la nuca.
-¿Como vas con eso?-.

Yo la mire extrañado.

-Ya sabes eso de amarlo más a el que... a ella-.Dijo bajando el tono de voz.

Yo solté una pequeña risa, pero a juzgar por su mirada hablaba enserio para que le dijera.
Me levante de la silla y con la mirada la invite a la pequeña sala de estar para que hubiera menos posibilidades de que Hannah nos escuchara.

-Honestamente no es tanto que lo ame más a el que a ella... si no que ella no puede llenar el vacío que el dejo en mi ahora que no está... siento que nada tiene sentido si no es junto a él, que Hannah se gradúe, consiga un buen trabajo, nos casemos y tengamos una familia no me inspira para seguir, no me veo casado con ella y mucho menos con una familia, pero por alguna razón es lo que quiero, y la quiero mucho a ella pero... no de esa manera-.
-Como la casi psicóloga que fui, te digo que luches si eso es lo que quieres, y si es lo mejor para ti, que le encuentres sentido, pero como amiga de Hannah te digo que le digas la verdad...-.
-¿Que verdad?-.Cuestiono Hannah por detrás de ellos.

Estábamos tan concentrados que no nos percatamos de cuando Hannah se acercó hacia nosotros, pero a juzgar por su pregunta no había escuchado mucho.

-¿Que verdad me tienes que decir Francis?-.Pregunto pero directamente a mi, de una manera menos alegre.
-Que... que... no estoy seguro de este vecindario-.
-¿Como?-.
-No lo se, no me siento cómodo ¿Sabes?-.
-No entiendo si es perfecto para que lleguemos justo a tiempo a nuestra escuela o trabajos respectivamente-.
-Tienes razón, soy un idiota, este lugar es perfecto-.

Hannah pareció restarle importancia, pero la conocía, ella no estaba conforme con mi respuesta. Sin embargo ella se sentó a mi lado y empezamos a charlar entre todos.
Fue divertido hasta que ella y Daniela empezaron a hablar cosas de la escuela, profesores, materias, cosas del cerebro que evidentemente yo no conocía, en ese momento cuando me di cuenta que no encajaba en la conversación me levante.

-¿Vas a la cocina?-.Me interrogó Hannah.
-No, iré por unos cigarrillos-.
-¿Cigarrillos?-.Me pregunto extrañada.
-De clavo-.Agregue.
-¿Desde cuando fumas?-.
-Creo que desde los 14, un viejo mal hábito, ya vuelvo-.

Salí y camine, y camine, y camine hasta una tienda en la cual me negaron la venta de cigarros no.me creyeron que tenía 21 el grande y obeso señor que dijo parecía de unos 17.
Camine más, más, más y más hasta llegar a otra tienda en la cual no tenían cigarros de clavo, me negaba rotundamente a unos que no fueran de clavo.
Así que camine un poco más, esta vez no demasiado y tenían cigarros de clavo bastante baratos, fui a un parque que quizá por todos los árboles podría pasar por bosque.
Fume varios hasta acabar con un estómago revuelto y un dolor de cabeza.
No tenía el suficiente dinero para pedir un taxi de regreso, o para un mapa para saber mi regreso. Así que aunque quizá fue más largo seguí el mismo camino de regreso que de ida.
Llegue bastante tarde a casa, quizá a las 11 o 12 y Hannah aún me esperaba en la sala.

-¿Donde diablo te metiste?-.Me preguntó ella muy preocupada.
-Fui por unos...-.
-Si, ya se, pero demoraste demasiado, por un momento supuse que no volverías-.
-¿Por que había de hacer eso?-.
-Pues... fuiste por unos cigarrillos, es lo que todos dicen antes de nunca volver...-.
-Hannah, no me iría sin decir-.Dije abrazándola.
-¿Pero si te irías?-.

Yo por unos momentos me quede callado.

-¿Con la otra?-.Dijo ella con la voz quebrada.
-¿Otra?-.Pregunte soltando una gran carcajada.
-¡No es gracioso!, ¿donde estuviste esa noche cuando peleamos?-.
-Hannah yo...-.
-¡No mientas! Esa mañana regresaste con los labios hinchados, y sin ropa interior, los calcetines ni si quiera eran tuyos-.
-No es...-.
-¡Espera!, además tengo tiempo intentando hacerlo todo mejor y a ti ya no parece importarte, siento que te da igual, si soy cortante o si hablo, si tenemos sexo o no, si cocinas tu o yo, si salimos o voy a la universidad, siento que yo ya te doy igual, además Daniela dijo que tenías que decirme una verdad, ¿Que tan tonta crees que soy?, ¡No me trago eso de que "No te sientes cómodo en el vecindario"-.

No tenía nada que decir, le había sido infiel y se notaba.

-Solo quiero que me digas la verdad-.

No podía, no si sabía que la verdad la lastimaría.

-Nunca haría algo para dañarte, eres lo más correcto en mi vida-.Conteste dandole un beso en la frente.
-Entonces...-.
-Han, yo quiero estar contigo, la parte más inteligente de mi sabe que tú eres lo mejor para mi-.

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