27.

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La fiesta había estado bacán, o sea, según yo porque la Lin estaba feliz, raja cura pero feliz, las chiquillas no sé donde estaban, cuando me dedique a hacer de niñera con el Rodri  las perdí de vista a todas, recapitulando la noche anterior después de hacer dormir al negro me fui a buscar algo pa tomar, pero me aburrí ya que las fiestas no son na lo mio y subí de nuevo a estar con el Rodri, estaba durmiendo a pata suelta y se veía tan adorable, ternura pura ojalas y fuera así siempre ah, la casa de la Vania tenia hartas piezas pero estaban todas ocupadas y opte por acostarme al lado suyo igual como que mi idea no era dormirme así que me puse a su lado nomas y se me fue a negro todo. En la mañana cuando desperté estaba tapada y el Rodrigo me estaba abrazando, seguía durmiendo el flojo culiao, mire el reloj que estaba en la pared de reojo y cache que iban a ser las 1, ¿Ke? impactada, moví suavemente al Rodrigo hasta que abrió un ojo, con ese ojo me miro, sonrió y volvió a cerrarlo.

— Oye, van a ser las 1, despiertate.— Lo único que salio de su boca fueron quejas y uno que otro "no" en susurro, además de abrazarme más fuerte, puso su cara en mi pecho y se volvió a quedar dormido, dame paciencia señorrrr.

— Rodri.— le dije suavemente mientras le hacia cariño en el pelo, así bien modo regaloneo.

— OE YAPO!— apareció la Vania dando un portazo.— Vayan a ayudar a hacer el almuerzo.

— ¿El almuerzo?— dijo el Rodrigo, que oh milagro, despertó.

— Sípo, con las chiquillas estamos ordenando y limpiando y ustedes por haberse quedado pelandose aquí les toca hacer el almuerzo.

— Vania! no nos estábamos pelando.— le dije roja como semáforo en rojo ah.

— Ya bajen a la cocina.

— Sí patrona! — le respondió el Rodrigo y me puse a reír.

Bajamos a la cocina e hicimos unos tallarines con salsa para comer nomas; eramos las chiquillas y el Rodrigo así que no había que hacer tanto tampoco. — œ si la Camila come por 3.— no vengai a molestar a mi Camila aquí. — aer peleala. — nopo:(. Peleas culias que tengo conmigo misma.

— Oye les quedo muy rico.— dijo la Camibella.

— Ay gracias miamor.— le tire un beso.

— Sipo quizás que cosas hacían en la cocina que quedo tan rico. — dijo la Lin moviendo las cejas.

— Ay hueona desubicá.— le respondí mientras tomaba agua pa no ahogarme.

Nos quedamos todo el resto del día en la casa de la Vania viendo películas y jugando y como a las 6 nos fuimos para la casa con el Rodrigo, como vivíamos cerca po, me reia tanto con él.

Si te hubieras avispao' seriamos felices. [Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora