2

21 3 0
                                    


  Lo que les voy a contar a continuación transcurre entre el día en el que fuimos a la casa en el campo y ocho meses después.

  Nos quedamos a cenar en el campo, claro que le tuve que suplicar. Le pedí a Roberto y a su esposa Mónica, que preparan algo, y creo que sobreentendieron mi pedido, armaron una mesa en el patio a la luz de las velas y muy elegante todo.

-Jaja, perdón no creí que iban a preparar todo esto- le comenté a Melina mientras cenábamos.

-Está todo muy lindo no te preocupes- me dijo con la mirada caída y preocupada.

-¿Qué pasa, éstas bien?

-Sí, es que... ¿Qué crees que va a pasar después?

-¿Después cuándo?

- No sé, en un futuro, hoy me dijiste que querías estar conmigo por siempre... Es que...

-Si, ya se lo que dije, pero...

-Bueno no importa deja...

Había sido un momento incómodo, sentía que había algo que no me quiso decir, pero no me quise hacer la idea.

  Bueno después de cenar ya se imaginan lo que pasó, no es necesario detalles, pero si quieren que les aclare, esa noche fue de las mejores noches que viví.

***

  Las semanas que siguieron Melina y yo intentamos no ir muy rápido, no nos conocíamos bien, y durante un mes hicimos lo que generalmente se hacía antes, nos volvimos amigos, antes de eso éramos conocidos, bueno conocidos que se atraían, para mi ese mes de octubre no tuvo comparación. Ya entrando en las calurosas fechas de noviembre, Melina hablaba mucho de sus estudios, ya tenía 23 años, me decía que quería estudiar para diseñadora textil, pero... Ella era muy abierta, no sólo conmigo, con cualquier persona, no le importaba contar lo primero que se le venía a la mente, pero seguía con esa sensación de que algo no me decía.

  ***

  La había llevado a ver una película (un gusto que compartíamos con mucho interés), a la salida nos encontramos con Carolina, su mejor amiga, ya nos había presentado, y por si están pensando si nos llevábamos bien...estarán complacidos de saber que no; no había razón específica pero a Melina la hacía feliz que creyéramos que nos simpatizábamos. En fin Carolina estaba con un hombre, que no era su novio, yo no lo conocía pero parece que Melina si lo hacía.

Nos presentó.

-Fran él es Antonio, lo conozco de la secundaria es como de mis mejores amigos; Antonio él es Francisco mí..... Novio.

  Aclaremos que ese tal Antonio no me caía bien, pero lo que más me molesto fue que Melina dudará en decir "novio"... Ya llevábamos más de un mes, no le había dicho esa famosa palabra todavía pero... Tengo derecho a sentir una clase rara de celos.

-Es un placer Antonio- le dije mientras lo escaneaba de pies a cabeza.

-Me enteré de cómo conociste a Melina y ahora estas saliendo con ella, ja, ¿Es complicada la vida, no?

-La vida es simple nosotros decidimos complicarla- en ese momento no sólo en mi tono de vos, sino en todos mis rasgos faciales se notó la seriedad y el repudio que sentía. Como era de esperarse Melina me escuchó y cortó su entretenida charla con Carolina.

-Bueno chicos, me alegró verlos pero se hace tarde... Así que...

  Nunca me había alegrado tanto de irme de un lugar, pero mi pareja por otro lado no estaba feliz, y espero hasta que llegáramos a la puerta de la casa para reprochármelo.

FranciscoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora