Capítulo 35

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Me desperté sin ganas ni de abrir los ojos, estaba agotada, física y emocionalmente, todo lo que había planeado para mis perfectas vacaciones de verano, se ha desvanecido en un abrir y cerrar de ojos.

Una lágrima recorrió mi mejilla, me la limpié bruscamente y me arañé con la pulsera que llevaba, de un salto fui a ver si tenía sangre, "genial lo que me faltaba, ahora se pensarán que me auto-lesioné para dar pena", me dije. 

Me lavé la cara y recogí mi pelo en un moño casual y bajé a desayunar.

-Buenos días- dije sin ganas, solo estaba mi madre, mi padre se fue a trabajar temprano y mi hermano salió a desayunar con sus amigos.

-Buenos días hija- me contestó mi madre con una sonrisa de oreja a oreja, se notaba lo feliz que está por no dejarme ir a mis queridas vacaciones- ¿pero que te ha pasado en la cara?  

-Nada mamá, mientras me lavaba la cara me arañé con el metal de la pulsera- dije elevando la mano para mostrarle la pulsera.

-Ah, bueno hoy tenemos que hacer una limpieza a fondo a toda la casa- dijo sin darle importancia.

-Vale.

Desayunamos en un silencio incómodo, recogimos la mesa y nos pusimos manos a la obra con la limpieza, mientras limpiaba se me hizo la mañana eterna y cuando por fin terminé, me vestí, cogí las llaves del coche, el billete de avión y el móvil, sin decirle nada a mi madre fui directa hacia la agencia para cancelarlo y ver que va a pasar con todo lo pagado.

Nada más aparcar me sonó el móvil y sin mirar quien es:

-Dime

-Malak, ¿dónde estás?- decía mi hermano y por su voz se le notaba nervioso- estoy en casa y no te he encontrado y mamá tampoco sabe nada

-No te preocupes Aimen, estoy en la agencia, ahora en unos minutos vuelvo

-¿qué haces allí?

-Cancelar el billete, ya no lo necesito

-Ni se te ocurra pedazo de loca, sal de allí ahora mismo y vuelve a casa, tenemos que hablar

-No. Cuando lo cancele ya hablamos, si tardo más no me devuelven el dinero.

-No importa ven ahora mismo que es urgente.

-Aimen ¿que más te da esperar unos minutos?

-¿Dónde estás?

-En la agencia al lado del supermercado ¿Por?

-No te muevas de allí y ¡NO HAGAS NADA HASTA QUE YO LLEGUE!. dijo la última frase prácticamente gritando.

-Va...Vale- dije por aquel tono que ha utilizado se nota que le pasa algo.

Tardó más de lo normal, no sé porqué si dijo que estaba en casa, no está tan lejos. Lo que más me preocupa es qué le pasaba, nunca lo vi así.

Iba a llamarle cuando lo vi bajar de su coche a través del espejo del retrovisor, llegó hasta mi coche y abrió la puerta.

-Dime que aún no has ido a la agencia- su mirada tenía algo extraño que no pude descifrar

-Eh...- empecé a decir pero me cortó

-Cabezona, te dije que no hagas nada, joder Malak ¿porqué no haces lo que te digo aunque sea por primera vez en tu vida?- dijo bajando la mirada

-Eii calma, pero ¿qué mosca te ha picado?, que no he ido a la agencia aun- dije mientras veía que los músculos de su cara relajarse

-Bien entonces.

-Pero me vas a decir ¿a qué viene todo esto?

-Sí, que vas a ir al viaje y que mi madre acepta.- me dijo con media sonrisa

Sé que algo no va del todo bien, la noticia me ha encantado y estoy a punto de saltar y gritárselo a los cuatro vientos pero me contengo.

-¿Ha pasado algo más?- esperaba una respuesta pero no me contesta- Te has peleado con mamá ¿verdad?

-Sí, nunca le levanté la voz y tú lo sabes, me arrepiento muchísimo pero tenía que explicarle que tú ya no tienes 7 años- dijo mientras una lágrima recorría por su mejilla- ahora no puedo ni mirarla a los ojos Malak, espero que me perdone.

-Aimen, no debías hacerlo, si yo acepté el hecho de que no vaya, lo tenía más que asumido- y abrazándolo- lo siento, has llegado a esta situación por mi culpa.

-No digas eso tonta ya se le pasará- dijo quitándole hierro al asunto y yo no pude hacer otra cosa más que sonreír.

Nos dirigimos a casa cada uno en su coche, al llegar mi madre seguía con la misma sonrisa.

Mi hermano y yo nos miramos sorprendidos, se supone que tendría que estar enfadada, pero ese simple gesto hizo que mi hermano se relajara y por tanto a mí me hizo más feliz.

Fui a mi habitación para asegurarme de que no me faltara nada, cuando ya me aseguré como tres veces que no me olvidaba alguien llamó a mi puerta:

-¿Se puede?

-Hala, ¿y esa amabilidad de donde ha salido?- le dije a mi hermano haciéndome la sorprendida- pasa anda

-Ya sabes no me gusta pasar por lo mismo que la última vez que entré sin llamar, ¡NO!, que mal se pasa...- dijo provocándome una carcajada al acordarme del día que entró a mi habitación y yo estaba poniéndome la camiseta del pijama, el pobre se tiró un mes sin poder mirarme a la cara.

-Para que veas la magia que tiene el simple gesto de tocar la puerta antes de entrar- pero al ver que se ponía rojo, dije para cambiar de tema- ¿y bien, necesitas algo?

-Ah sí, traía una cosa que se te olvidaba para el viaje- dijo mostrándome una caja que llevaba en la mano

-Hala, que pasada de tacones, me encantan, gracias gracias- dije lanzándome a abrazarle

-De nada pitu, ya sabes que hace tiempo que no te regalo nada-dijo giñándome un ojo mientras se encaminaba hacia la salida.

Me dejó en una nube de felicidad, las cosas no podrían ir a mejor.

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Llegó el día más esperado por mí sobretodo, me acompañaron todos al aeropuerto, allí nos despedimos y mi madre como siempre dramatizando y llorando y como siempre mi lágrimas no tardaron en salir. 

Iba directa a subir cuando una mano me cogió del brazo, no me giré pero me paré a analizar su tacto, y por su tamaño supuse que era un hombre, "será ¿Fouad?" pensé antes de girarme, mi corazón empezó a latir desbocado, con mi mano libre la puse sobre mi pecho con miedo a que mi corazón salga disparado y casi no podía respirar, mi piernas no podían sostenerme por más tiempo, ¿Cómo voy a reaccionar si es él? ¿Qué le digo?¿Qué hago?....



¿Destino?©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora