Biblioteca

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Ya era pasado de las nueve  de la noche y William aun seguía en el tejado con Daniela, esta bostezo y William supo que debía irse para que ella descansará.

—¡¿Daniela?!, ya es tarde –beso su cabello–debes dormir,mañana tenemos universidad– susurro.

Daniela que yacía recostada en el pecho de William se giro para verlo con sus ojos soñólientos y sonrió.

William tenía razón ya era demasiado tarde y mañana era la entrega de la primera parte de su trabajo de fin de semestre y tenía que llegar a tiempo, así que se levanto de su cómodo lugar y ambos bajaron del tejado para coger rumbos distintos–no si antes fundirse en un abrazo y un golpe amistoso en el hombro de William.

Daniela subió a su habitación y se fundió en sus sueños.

          📖📖🌜📖📖

Al amanecer, Daniela volvió a quedarse dormida y se le hacía tarde;–William ya llevaba casi 20 minutos abajo esperándola en su auto y Daniela aún no estaba lista.


Al llegar a la universidad Daniela se despido de su amigo y se fue a su salón, donde la profesora Muerent ya estaba en el salón, esta le sonrió y se cruzo de brazos.

—señorita Tomlinson, ¿tarde otra vez?– todos rieron pues Daniela era conocida por su mal hábito de llegar tarde a clases–¿esta vez con que escritor nos trasnochamos?–hablo otra vez la profesora, mientras Daniela se ubicaba en su asiento y sonreía avergonzada– Nicolás Spark ¿tal vez?– pronunció de manera divertida y todos acompañaron a la profesora con sus risas.


Daniela sacó su trabajo y se lo mostró a la profesora, - a pesar de todo Daniela era buena alumna, la mejor de hecho y era muy querida por sus maestros pues la pasión en sus escritos daba evidencia de su interés y amor por cada materia.

Esa tarde Daniela se refugió en la biblioteca de la universidad en busca de inspiración para terminar su trabajo.


  Una voz conocida voz, la distrajo de se lectura.
—¿aquí estás?–William se asomaba con una sonrisa de lado por el respaldo de la enorme estantería llena de viejos libros.

—vamos mi loca lectora, se hace tarde y debo llevarte a casa–extendio su mano.

Daniela lo miro con cara de niña recién descubierta en una travesura y tomo su pesado libro y cogio la mano de su amigo.


— necesito terminar mi trabajo– Daniela para defenderse y seguir a William fuera de la biblioteca–no llevo mucho tiempo ahí.

Miro su reloj y habían pasado tres hora y media  desde  que salió de su última clase, ya casi eran las cinco y media de la tarde y aun no había almorzado. —Estaba tan sumergida en su lectura que no se dio cuenta de la hora y olvido comer, William se dio cuenta de su preocupación.

—quieres pizza o comida china?–ofreció William.

Una vez más William le leía la mente, –aveces pensaba que este era mejor lector que ella, pues era experto adivinando sus pensamientos.


Daniela sonrio y asintió

— pizza y un helado de napolitano!–contestó.


William la miro divertido y negó con la cabeza al oír su pedido–Un  día de estos se iba a enfermar por es clases de convenciones culinarias.


William llevaba casi hora y media observando a su amiga en la biblioteca leyendo hoja tras hojas,–se fascinaba de ver la agilidad que poseía su amiga cuando de leer se trataba y le daba risa sus gestos de niña enamorada al leer, y una que otra vez se permita espiarla mientras leía sin que ella lo supiera.

William calculaba la hora en que su amiga iba a leer a la biblioteca de la universidad y se escondía para verla,– si tan solo Daniela bajara su libro se daría cuenta de que hay alguien que la mira y suspira por ella de la misma manera que ella lo hace con sus libros.


Sin embargo Daniela, prefería el mundo paralelo que le ofrecía la biblioteca.–En su fantasiosa cabeza, la realidad le parecía insuficiente, le parecía tosca y prefetia la suavidad que los libros le provocaban.

Juntos se fueron a su destino, mientras ella suspiraba buscando estrellas, el la miraba ignorando la luna que ya amenazaba con salir.

La Luna es Real. 🌙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora