No dejes que me vaya...

Capítulo 12: de vuelta a los dieciséis

Me desperté y fui hacia el baño, me asusté de mi propio reflejo, mis ojos estaban inyectados en sangre y estaba pálida a pesar de haberlo sido toda mi vida, pero eso era demasiado, no podía seguír así.

Era cierto que lo había querido y nunca lo había olvidado, pero, ¿que quería?, no iba a volver y el seguiría enamorado de mi, suponiendo que algún día lo llegó a estar, mi decisión fue la mejor y nunca la cambiaría, pero no podía verle a la cara sin sentir lo mismo que la primera vez.

Me duché dejando caer el agua por mi cuerpo para relajar mis músculos que estaban contraídos, salí y fui a mi habitación, me cambié y baje las escaleras lentamente hasta llegar a la cocina, donde cogí una manzana

-Darcy, esta tarde hemos quedado con los chicos, ¿vale?

-Vale-suspiré

-¿Te sigue gustando no?

Asentí cansada, durante tres años me hice la misma pregunta hasta que le volví a mirar a los ojos y supe la respuesta al instante.

-No quiero, pero así es, tres años han pasado y aún no le he olvidado, creí que si, pero le mire a los ojos y...me perdí...

-Darcy, lucha por el, ya no somos adolescentes, mereces ser feliz

-Pero me volverá a dañar, estoy segura

-Darcy, él ha cambiado, no es el mismo, creo que deberíais hablar

-No, no quiero ser rechazada, prefiero seguir como hasta ahora, cada uno siguió su camino

-Si, pero ahora en un cruce de caminos se han vuelto a unir, dandoos la oportunidad de volver a empezar

-Lo pensaré-dije saliendo de la cocina

La mañana pasó lenta, no tenía ganas de hacer nada, pero poco a poco se acercaba el momento..

Eran las cinco y fuimos a nuestras habitaciones para cambiarnos, bajamos ya arregladas y tocaron al timbre, Anna fue a abrir

-Hola chicos, pasad

Mire la puerta esperando a ver simplemente a James y Edward, pero de la mano de Edward estaba la morena de la noche pasada, sentí una punzada de dolor y sonreí ampliamente disimulando, ya tenía práctica, lo había echo durante tres largos años

-Hola princesa-saludó James

-Hola principe-le cogi del cuello y le besé la mejilla, como había echo siempre

-Hola Darcy-dijo Edward

-Edward...

-Bueno Darcy, te presento a Jennifer, es la novia de Edward

Sonreí ampliamente para mostrar que no me importaba

-Encantada-le di la mano, ella la estrechó sonriendo

-Igualmente

Mire a Anna y ella sonrió, yo hice igual y luego me di cuenta

-Oye esto no es justo, soy la carabina, todos en pareja y yo marginada-dije riendo

Anna rió conmigo

-Tranquila, ya te presento yo chicos

-¿No tienes novio?-preguntó Jennifer y yo negué con la cabeza-parece mentíra, pareces perfecta

-Y lo es-afirmó Edward, eso pareció molestar un poco a Jennifer, yo sólo sonreí y no hice caso, quería jugar conmigo, como siempre.

-Tranquila Darcy, hoy también viene Alex

-¡Cuánto tiempo, que ganas!-di pequeños saltos de alegría

-Esta muy..-miró a James-tú me entiendes-me guiño el ojo

Salimos de la casa y llegamos a un parque, al ver a Alex girarse corrí hacia el

-¡Alex!-se  giró y sonrió

Me abrazó con fuerza y yo igual, pero entonces me levantó del suelo dándome vueltas, reí fuerte

-Pequeña estas preciosa-dijo mirándome de arriba a abajo para parar en mis ojos

-Gracias Alex

Los demás llegaron a dónde estábamos y le saludaron todos.

La tarde se pasó rápido entre risas e historias de todo lo que había ocurrido desde que me marché, en una tarde volvimos a los dieciséis, habíamos dejado a Jennifer hace un rato en su casa porque tenía que estudiar, nosotros seguimos solos, hablando sin problemas, como en los viejos tiempos, pero entonces llegó la hora de irnos, pero cuando cruzamos el parque oímos unos ruidos extraños y nos acercamos, al mirar por detrás de unas ramas fije la vista y vi lo que estaba pasando.

Edward se acercó para mirar

-Mejor no mires, no es para tanto-dije nerviosa

-Déjame, quiero ver lo que es

-No es nada, tranquilo

-Darcy no me asustes, ¿qué pasa?

-Nada no..

Pero con mi distracción pasó y vio lo que ocurría, ante la luz de la luna vi su rostro palidecer y su sonrisa borrarse

-Me ha engañado..-susurró para él

James y Anna se habían ido por otro camino y pensé que habria sido la mejor opción, pero de algúna forma creo que tenía que verlo

-Edward..-me miró como si lo hiciera por primera vez

-Lo siento...

-¿Cómo?

-Lo siento, ahora se lo que sentiste, tú me querias

-Amaba-susurré muy bajo

-Me siento un idiota

No sabía que hacer, así que opté por abrazarle,el me devolvió el abrazo

-No es tú culpa-dije tranquilizándole

-Si lo es, si le hubiera prestado mas atención igual..

-Cuando alguien te engaña nunca eres tú el culpable, entiendo que ahora lo sientas, pero no lo eres, tú no le has sido infiel

El miró el suelo

-¿Verdad?-pregunté

Él sólo afirmó con la cabeza poco convencido, le cogí la mano y lo arrastré prácticamente hasta mi piso, abrí y avisé a Anna, subimos las escaleras y lo llevé a mi habitación haciéndole sentarse en la cama

-¿Que ocurre?-dijo confundido, con los ojos rojos de intentar no llorar

-Toma

Le entregué una foto que me dio él tiempo atrás, salíamos los dos sonríendo y abrazados por detrás, era de cuando teníamos quince años, miró la imagen y sonrió tristemente, luego le dio la vuelta y yo me puse de rodillas delante de él

-"No dejes de sonreir nunca, porque tú sonrisa me hace fuerte...

Puede que las cosas cambien, y que nada vuelva a ser lo mismo, pero aún así sonríe, merece la pena..."

Él me miró confuso, yo sólo sonreí intentando animarle

-Merece la pena-le dije, me miró extrañado

-¿Por qué guardas todo esto?

"Porque no te he olvidado" quería decirle, "porque es imposible", pero no podía...

-Porque todo lo que pasó me importó...