Capítulo 15: en la playa

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Me empezaba a desesperar, mis dedos golpeaban nerviosamente el suelo del ascensor dónde estaba sentada, cogí mi teléfono nerviosa y miré la pantalla, ya eran las 17:35 y no había ni una sóla rayita de cobertura... Me preguntaba si alguien estaría preocupado por mi, o igual buscándome, aún que que tonteria, había desaparecido cuarenta minutos.

Intentaba mantener mi cabeza en cualquier otra cosa que no fuera que estaba en un espacio tan reducido. Pensé como habria reaccionado Edward, me daba mucha lástima que después de recuperarlo como amigo me hubiera pasado eso, ¿quién en su sano juicio encierra a alguien en un ascensor? Agaché la cabeza y la puse entre mis rodillas encogiéndome, y ya que no tenía mejor distracción empecé a hablar sóla:

-Bueno...veo que no voy a salir por un tiempo-mire las cuatro paredes en las que estaba encerrada-¿por qué alguien querría encerrarme aquí? ¿tan mala he sido?-sollocé

Entonces de golpe se encendieron las luces blancas del ascensor y yo levanté la cabeza mirando la puerta, escuché el pitido que indica que has llegado a tu piso y entrecerré los ojos mientras las puertas se abrían, de golpe algo se abalanzó sobre mí y me abrazó fuertemente, me costó asimilar lo que estaba pasando, pero aún así le devolví el abrazo

-Te echaba de menos..-era Edward..

-Han sido cuarenta minutos, creí que te habrías ido..

-Creiste mal, estaba preocupado, nunca faltas, entonces vine a verte y Anna me dijo que te habías ido ya y cuando fui al ascensor y vi que lo habían desconectado sospeché...Darcy que susto-le abrazaba protector

-Bueno estoy bien, tampoco es tanto...

-Tienes razón..¿al final vamos?

-Claro, sobra tiempo ¿no?

Él asintió y salimos del ascensor dirigiéndonos al coche de Edward, guardé mis cosas en él y me senté en el asiento del copiloto

Miré el pequeño cajón donde guardaba antes su CDs y aún estaban ahí todos

-Nunca cambiarás-dije por el desorden

-Es que ya nadie me ayuda a limpiar el coche..-yo le ayudaba antes de todo

-Ahora te puedo ayudar yo, pero más te vale no ensuciar demasiado-le adverti con un dedo

-Lo intentaré-sonrió

Puse la radio y de fondo se escuchaba una cancion que me sonaba demasiado, Edward empezó a tararearla mientras con las manos en el volante tamborileaba con los dedos, empezamos a hablar de temas sin mucho sentido, de pequeñas cosas sin importancia, pero reíamos como dos niños, y nos sonreíamos como hermanos, hasta que llegamos a la playa...

-Vamos a ir a la cabaña

-¿Aún la tenéis?

-Si-sonrió-no iba a dejar que la vendieran con todo lo que pasó allí...-sonrió haciéndome recordar...

No dejes que me vaya...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora