Capitulo 1

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El condenado despertador empezó a sonar al lado de mi tímpano esta mañana. No podía dormir más así que me desperté, me fui a darme una ducha, no me molesté en peinarme, me cambié con unos vaqueros y una remera de Vans of the wall con dibujos y me puse mis converse negras. Me ate el pelo en una trenza y fui abajo.

En mi cuarto estaba todo puesto en cajas debido a que hoy me mudaba de San Francisco, donde vivía con mi hermano Malcolm y mi madre, a Nueva York para poder ir a vivir con mi padre.

Mi mamá hace un mes atrás falleció en un accidente de avión, desde que pasó eso, mi hermano y yo vivimos con mi mejor amiga Thalía Grace y su familia, hasta que todos los trámites estén listos para irnos con mi padre. Esa noche habíamos decidido dormir en nuestra antigua casa para poder empacar las cosas, mi hermano se mudaría a su propio departamento aquí en San Francisco. Yo siendo menor de edad, me tengo que ir con mi padre, ya que el junto a mi madre se divorciaron siendo yo muy pequeña.

En fin, baje las escaleras y me encontré a mi hermano en la cocina tomando un café con leche.

- Buenos días Ann- me saluda.

- Hola Malcolm- no le dije buenos días ya que odio decirlo, por eso siempre contesto con un "hola ¿que tal?".

- ¿Que quieres desayunar?-

- Tomaré un café-

- De acuerdo- dijo- ya terminaste de empacar?-

- si, necesito que me ayudes a bajar las  cajas, así cuando llegue el camión, las pueda llevar a Nueva York-

- okey- yo me di vuelta y mire a través de la ventana de la cocina, recordando cuando mi mama siempre nos preparaba el desayuno antes de irse a trabajar, como iba a extrañar esta ciudad. Sin darme cuenta una lágrima resbaló por mi mejilla.

Malcolm debió de darse cuenta, ya que de levanto de su silla y me abrazo.

- Tranquila, todo va a estar bien, harás nuevos amigos, y estoy seguro de que te irá genial en ese instituto, y estoy seguro de que en la "escuela especial" aún mas- dijo haciendo comillas en esas palabras.

- Gracias Malcom- le di otro abrazo- más allá de que tenga una muy buena oportunidad, voy a extrañar todo y a ti también-

- Yo también- me respondió.

El resto de la mañana me dediqué a prepararme, puse las cosas elementales en una mochila para llevar conmigo en el avión. En la mochila llevaba mi celular, un cargador portátil, mis audífonos, un par de libros, un cuaderno para dibujar, unas hojas pentagramadas, y por ultimo, un estuche con unos lápices, lapiceras, y fibras de colores.

Cuando termine eran las 2 de la tarde, el avión salía a las 2:30, así que agarre mi mochila, y mi maleta que tenía la ropa que usaría y alguna que otra cosa (mi computadora, unos parlantes que funcionan por bluetooth, etc).

Le di una última mirada a la casa, cuando me acordé de que me olvidaba algo. Fui hacia un cuarto que nadie había visto, excepto mi mamá y yo. Abrí la puerta, era una especie de "salón de bellas artes", como nos gustaba llamarlo a ella y a  mi. Había un piano contra una pared, un par de guitarras en unos percheros, una flauta traversa y otra dulce sobre el piano, un atril con un lienzo a medio pintar en él y una estantería llena de óleos, acrílicos, temperas, acuarelas y pinceles de distintos tamaños.

Rápidamente metí todo en unas dos cajas y grite- Malcolm!!!!- rápidamente el subió.

- Ann, que pasa? Vamos, vas a perder el avión-

- Ayúdame a bajar la guitarra, ponla en su estuche y también las dos flautas- le ordene. Rápidamente el bajo con las cosas y subió.

- Rápido! Son las 2:15- me dijo.

Levanté un tabla del piso de madera y saqué de ella una caja que había escondido.

Como alma que lleva el diablo, bajamos las escaleras, subimos al auto y mi hermano manejo apresurado hacia el aeropuerto. Cuando llegamos mire mi reloj de muñeca azul y gris. Eran 2:25! Me abrí paso entre la gente y llegué justo cuando iban a cerrar las puertas.

Le di un último abrazo antes de subir al avión y me susurró al odio- cuídate, no dejes que nadie te haga sentir inferior, si te molestan recuerda que tú eres mil veces mejor porque eres mi hermana- dijo antes de que una asafata me dejara por lo menos decirle algo.

- señorita, perdone pero debe abordar- asentí

- cuídate hermanito- me volteo y empiezo a caminar por el pasillo- ¡Como no me llames o me vengas a visitar, te tiro al Tártaro de cabeza!- yo y mis maneras de despedirme.

Una vez en el avión saque mi celular y me puse a escuchar música (con audífonos), y guarde la caja que había sacado del piso de mi casa en la mochila. Era una caja como de zapatos que contenía las pertenencias más preciadas de mi madre y unas fotos de ella. La oculte debajo de la madera un día después de que ella muriera.

El avión se elevaba rumbo a Nueva York, a tener que empezar una nueva vida, por lo menos Thalía me dijo que ella también se mudaría alli, ya que a su padre lo transfirieron de su trabajo a una oficina más cercana a la empresa. Pero eso no quitaba el hecho de tener que enfrentarme a una escuela nueva en la que soy la rubia nerd, que se la pasa leyendo todo el día, cuando no puede tocar música o pintar.

Como es eso de que me gusta pintar y tocar música. Pues no solo me gusta, lo amo. Y es algo con lo que si no le tengo, no puedo vivir, por eso fue mi apuro de bajar todas las pinturas, la guitarra y las flautas. Mi madre además de ser arquitecta, en su tiempo libre se dedicaba con pura pasión a tocar música y a pintar. Ella me enseñó a tocar el piano, la guitarra y la flauta traversa y dulce. También me enseñó a dibujar y a ver las cosas y el mundo  mi manera para luego dibujarlas a mi modo en un papel, o trazarlas con pintura en un lienzo.

Soy tan apasionada en la música y en el arte como lo era mi madre y desde hace un mes esa pasión también se convirtió en necesidad. Cada vez que tocó un instrumento o dibujo algo puedo sentirla a mi lado, conmigo, como si nunca se hubiera ido.

Ella mantenía en secreto que pintaba y hacia música como una profesional, hasta llego a ganar varios premios y concursos por su talento. Porque se guardaba eso, no? Verán, no estaría bien visto que una arquitecta de una  empresa de primera, se comporte o actúe como una "hippie", o se libere más y aparente no ser profesional, como algunos dirían, o que una gran artista nacionalmente reconocida, sea una aburrida arquitecta en su mayor tiempo. Ambos son polos opuestos, uno mas académico y otro artístico.

Pero a mi mamá no le importaba, hacia ambas cosas para nunca ser o estar aburrida. Lamentablemente, lo tuvo que mantener en secreto si no quería que la expulsaran de su trabajo o que no lo permitieran exponer más sus obras, tanto musicales, en la orquesta sinfónica y otras, como plásticas, exposiciones en galerias muy conocidas en Estados Unidos.

Sin duda alguna yo quiero ser como ella, Atenea Olympia. Y para eso, siempre soy la mejor en mi instituto, académicamente hablando, para que pueda entrar a una buena universidad. Y aprovechando, que me mudo a "La Gran Manzana" haré todo lo posible para asistir a una escuela de arte muy prestigiosa, donde podías tomar clases de música, actuación, pintura y baile. Estoy segura de que si logro entrar allí mi carrera como artista despegara.

Y por lo menos uno de mis sueños se podrá cumplir, honrando la memoria de mi madre.

Quien se atreva a interponerse en mi camino... Dudo mucho que quiera volver a acercarse a mi.

Y con todos estos pensamientos, mis ojos se cerraron y me entregué a los brazos de Morfeo.

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1365, el número de palabras que escribí.

Esta es la segunda historia que escribo, espero que les guste. Aquí todos nuestros semidioses favoritos son mortales y llevan una vida común.

Podrá Annabeth pasar desapercibida como ella quisiera? La juzgarán por lo que ven, o por lo que ella es?

Voten, comenten, lean, hagan lo que quieran. No me voy a enojar con ustedes.

Hija de Poseidón, latinoamericana y sin corazón fuera 🐬🐬🐬🌊🌊🌊🐚🐚🐚💦💦💦


Nunca Juzgues A Un Libro Por Su PortadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora