Capitulo 7

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Me fui caminando, puesto que mi casa quedaba cerca, pero me aburría mucho así que decidí mañana ir en bicicleta. Si mal no recuerdo hoy llegaban todas mis pertenencias de California. Tendría mi guitarra, bicicleta y mis pinturas y libros.

Pero tendría que acomodarlas.

Seguía aburrida así que me puse mi gorra de los Yankees de Nueva York y seguí caminando pero esta vez me puse a cantar Cellophane de Sia. Así nadie podría distinguir me, ya que según me imagino todos los alumnos de mi escuela vivían ahí y no me interesaba que me descubrieran. No me gustaba que la gente sea "amable" solo por lo que tienes. Quería que me descubrieran por como era y por lo que soy capaz de hacer. Aunque eso traería muchos problemas, sería mejor seguir en el anonimato o con otra identidad.

Extendí los brazos, mire al cielo y cante sin importar quien me viera o escuchara.

Electricity floods my brain,
Can't hide the pain,
Can't hide the pain,
When you're wrapped in cellophane.

Ni bien termine de cantar sentí como caia al suelo por el impacto que provoco chocar de frente contra lo que me pareció que era una persona.
Pero no pude sentir el piso duro porque alguien me tenía agarrada de el brazo y la cintura a centímetros del suelo.

Levanté la cabeza y me encontré con unos ojos verdes como las hojas de un pino en pleno verano, unas pequeñas pecas que parecían formar finas constelaciones en su rostro y una sonrisa amable.

-La próxima vez mira bien por donde caminas- hablo riendo, su voz era tan suave y cálida como una brisa de verano.

-Perdoname, yo de verdad que no estaba viendo- dije un poco rápido- gracias por ¿Salvarme? No se como ponerle una acción a lo que hiciste. De todas formas gracias pero tengo que irme.

Me pare y me di vuelta, y seguí caminando hasta que siento como me toman del brazo. ¿Otra vez? En serio que tienen los neoyorquinos con tomar del brazo a la gente cuando está se quiere ir.

- Lo que ibas cantando, era muy bonito y profundo- lo mire con la boca abierta- y si te lo preguntas si, te escuché.

- Pues, nadie te pidió que opines,y si tanto te molesta, enserio me tengo que ir- dije tratando de soltarme pero obviamente no pude.

- Oh, lo lamento, no me presenté, que maleducado de mi parte- y ahora quería sacar su lado caballeroso, si claro, ni el se lo cree- me llamo Mason Jackson-

Soy yo o acaba de decir Jackson... Naaaaa seguro que es otra familia, además es un apellido muy común, y que también el viva en este barrio de niños ricos.... Seee, de seguro debe ser otra familia, ¿o no?.

Me tendió su mano pero yo no la estreché, okey es mentira, se la estreché un poco/mucho más fuerte de lo normal. Después de todo mi mamá decía que si le estrechas la mano a alguien, debes estrecharla bien fuerte para que el otro sepa que no estas para juegos.

- No es un gusto Mason- dije soltandome- me tengo que ir- me di la vuelta y empecé a caminar- hasta nunca-

Llegue a la casa, (si, todavía no podía decirle "mi casa", aún me sentía como una intrusa viviendo ahí) entre y vi a
Cristina en la mesa del comedor viendo unos papeles y a Gaby en la cocina, las saludé y me dijeron que habían llegado mis cosas, que estaban en el pasillo de arriba junto a la puerta de mi habitación.  Les agradecí y subí las escaleras.

Vi las cajas que contenían la ropa y los libros, junto con otra llena de fotografías y mi cámara. Junto con pósters de bandas como Coldplay, Fall Out Boy, Green Day, OneRepublic y American Authors.

Lleve las de ropa, fotos y libros a mi cuarto. Otras cajas tenían pinturas, pinceles, cuadernos con dibujos y lienzos (pocos en blanco y la mayoría pintados) las dejé a un lado. Baje para buscar a Cristina o a Gaby y me encontré con mi padre y Helen.

- oh, hola Annie, ¿que tal tu primer día?- preguntó mi padre.

Por los dioses del Olimpo, que pregunta más estúpida.

-genial, o eso creo- suspiré, este día había sido de todo menos lindo- en fin, les quería preguntar algo. ¿Puede ser que, considerando lo enorme que es esta casa, de casualidad tengan algún cuarto que no usen que yo pueda ocupar?

Se quedaron pensando unos minutos y luego respondió mi padre.

- Si, de hecho el segundo piso no se usa mucho, hay un cuarto libre que siempre quise utilizar como sala de música, allí hay un piano, ¿verdad Helen?- ella asintió- puedes usarlo, solo hay un sillón y unas cajas. La llave está en el cajón de la mesa al lado de la puerta. No creo que nadie lo use. Así que, hija mía, a partir de ahora es todo tuyo-

- gracias papá, y esa era la idea utilizarlo como estudio para música y arte- lo abrace- de verdad gracias.

El se quedó un poco pasmado pero al final me devolvió el abrazo.

- Frederick cariño, ¿qué hora es?- preguntó Helen.

- Son las cinco, mierda como pasa el tiempo, debemos ir a preparar todo- dijo mi padre.

- Tienes razón quedan solo tres horas debemos apresurarnos- dijo Helen.

- Lamento interrumpir, pero de qué están hablando- exijo.

- Sabía que de algo me olvidaba- me miro- hija hoy va a ver una fiesta aquí en la casa, vendrán unos amigos de la familia y del trabajo con sus familias porque hoy se celebran  los veinte años de la empresa-

- Okey, gracias por decirmelo ahora, me sirve de mucho enserio- digo con sarcasmo- ¿y cuál es el problema?-

- Pues... Queríamos aprovechar para presentarte a nuestros amigos, ya sabes cómo parte de la familia- dijo Hellen- es más, creo que tengo un vestido precioso para ti-.

Conté hasta diez.... mil.

- No en serio, gracias Helen pero los vestidos no van conmigo, es más las fiestas no me van. Yo... Aprecio el hecho de que ustedes quieran que yo vaya, pero estoy bien así como estoy, siempre estuve bien. Así que gracias pero no gracias- dije.

- Annabeth, nosotros solo queríamos .....- interrumpi a mi papá.

- Ya. Está todo bien, yo me quedo arriba, ordenando y ustedes disfruten de la fiesta, puede ser que baje por comida. Pero de verdad, no quiero molestar. Además no me siento muy bien. Otro día de seguro que los acompaño pero hoy no me siento bien- finalice.

Volví a subir ignorando pensando de nuevo en las palabras que dije. No voy a ir a esa fiesta y punto. Llevé las cajas que quedaban al estudio y también el estuche de la guitarra con esta dentro.

Busqué la llave y abrí la puerta, era una habitación con dos paredes de color gris y una color marrón café. Estarán preguntando: ¿No son cuatro paredes? Exacto, pero la otra pared era un ventanal gigante ocultado detrás de unas cortinas marrones claras. Que dejaban ver desde lo alto de la casa, la calle y la casa de enfrente junto a grandes edificios de fondo y el sol que comenzaba a ocultase detrás de estos.

Definitivamente una vista hermosa. Hasta que se vio estropeada por la figura de una mujer, un hombre junto a dos chicos, y a uno yo lo conocía.

Definitivamente hoy no era mi día,y estaba segura de que tampoco sería una semana muy linda.

Cuando la luz del sol desapareció por completo ahora iluminando la calle por los postes de luz podía distinguir al idiota de Percy Jackson.

Nunca Juzgues A Un Libro Por Su PortadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora