Capitulo 8

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Genial, simplemente genial, no tenía que lidiar solo con la fiesta y las personas "de la alta sociedad" que vendrían, sino que ahora también me enfrentaba a el hecho de que Jackson estaba ahí y probablemente también estarían varios chicos de mi escuela y peor aun de mi clase.

Solo espero que mi padre no les diga que yo estoy ahí, en la misma casa. Porque si iban a estar los amigos de mi papá, era obvio que estarían Thalia y Jason, y honestamente no quería hablar con nadie.

Seguía mirando a la puerta, donde todavía estaban. Me preguntaba quien sería el otro chico.¿Su amigo?¿Su primo?¿Su hermano? Ni idea.

El se dio vuelta, sabía que alguien lo estaba mirando y comenzó a mirar para todos lados. Rápidamente antes de que mirara hacia aquí me aleje de la cortina y la cerré.

Encendí una pequeña lámpara que iluminaba apenas lo necesario en la habitación, pero que daba un aspecto acogedor.

Puse música para que el hecho de ordenar una habitación entera fuera más ameno. Por lo tanto Wherever I go de OneRepublic comenzó a sonar por un mini-parlante lo suficientemente alto como para que no tenga que escuchar todo lo que ocurría en el segundo y primer piso, y lo suficientemente bajo como para que los demás no escuchen.

Inevitablemente me puse a tararear la canción.

Puse la guitarra en un sillón pequeño junto al piano. Todas las partituras las guardé en una caja sobre este. Los lienzos terminados los puse sobre un estante alto para el cual tuve que subirme en una silla. Los que estaban sin terminar los deje a un lado del estante. Los acrílicos y todos los tubitos de pintura los deje todos sobre una cómoda sobre los cajones, y en vasos del tamaño de floreros y en algunas cajas todos los pinceles, lapiceras y lápices de colores.

En una vieja caja encontré unas fotos de paisajes hermosos y los repartí por toda la habitación.  Llené un cajón de la cómoda con metales, alambres, hilos, pedazos de madera, cosas rotas o partes de juegos, vidrios de colores, todas cosas que uno normalmente echaría a la basura, pero que yo se que algun dia servirán para algo.

Cuando terminé, me paré en la puerta y admire todo. La luz tenue, el ventanal oscuro a causa de las cortinas, las mesas, el piano, los instrumentos, todo. Era hermoso.

Pero algo le faltaba.

Recordaba la tira de grullas hechas en origami de colores que colgaba de mi anterior cuarto, aquella que hice con mi mamá cuando era pequeña. Desafortunadamente no la tenía conmigo, por lo tanto tendría que hacer una nueva.

Tenía un poco de hambre así que bajaría a la cocina por algo de comer y luego pasaría por mi cuarto a buscar hilo y cartulinas de colores.

Me puse mis lentes de pasta blanca y negra, me até el pelo en una coleta alta y me armé de valor. 

Esto sería una misión suicida si salía mal.

Cerré la puerta con cuidado y bajé las escaleras. Llegué hasta la planta baja. Estaba desierta. Me pareció raro, siendo las 10 de la noche, pero luego escuché varias voces provenir desde el comedor.

Me asomé apenas y pude ver la mesa larga llena de gente que apenas y ni conocía. Todos parecían reirse y hablar animadamente entre sí mientras cenaban. De cierta forma era adorable.

Allí se encontraban, Thalía y Jason con sus padres, el imbécil de Percy Jackson junto a su familia, Piper junto a sus padres, y otras personas a las cuales no conocía.

Sentí un par de miradas sobre mi, así que tan rápido como me asomé salí de ahí. 

Si mi memoria no me fallaba, la cocina estaba apartada del comedor, y se podía entrar por ella desde afuera donde había otra puerta. Salí por la gran puerta principal tratando de no hacer demasiado ruido. Lamentablemente cuando cerré la puerta esta dio un gran estruendo, y todos los murmullos lejanos pararon al instante.

Nunca Juzgues A Un Libro Por Su PortadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora