—Deberías tener cuidado, bebé.
Jack. Era ese tedioso pelirrojo, mi vecino.
Mi corazón empezó a latir tan fuerte que parecía querer escaparse de mi pecho, al igual que mi respiración rápida.
¡Reacciona Emma!
Cuando recuperé la estabilidad de mi propio cuerpo, me aleje de él como si fuese agua y yo aceite.
Girándome para enfrentarlo, mi respiración se detuvo al verlo sonreír coquetamente juguetón.
—¿Qué se sintió caer por mí?
—¡Payaso! —fue lo único que salió de mis labios con torpeza, el calor en mis mejillas estaba empezando a traicionarme debido su intensa mirada.
No, no, no.
¿Qué me pasa?
¿Por qué estoy tan nerviosa?
—¿Q-qué... —carraspee, controlándome.— ¿qué haces aquí?
—En una fiesta, ¿no? —su sonrisa no se perdía en ningún momento, cuando extendió su mano para apartar los mechones delanteros de mi cabello detrás de mi oreja, yo me volví a apartar.
Una extraña sensación de escalofríos me estaba consumiendo sin poder decir algo más al respecto. Lisa y Alan habían dejado de existir en mi vista, sonrojada y alterada por su presencia, empecé a salir de la sala sin mirar atrás.
Soy un nudo desastroso.
—¿Emma?
El choque de emociones que estoy sintiendo me está llevando más allá de donde estoy.
Necesito volver a casa.
No puedo mirar a Jack a los ojos sabiendo que detrás de él se encontraba el castaño que estaba robándose varios besos míos.
Aferrándome a mis rodillas al dejar de correr, mire el reloj en mi muñeca, presionando mis labios en una fina línea apretada.
¡¿Qué demonios estoy haciendo?!
El sonido de mi celular me trajo de vuelta a la realidad.
—¿Chase? —atendí la llamada mirando el cielo buscando un poco de calma.— ¿qué sucede?
—Lisa me acaba de comentar que saliste huyendo de la fiesta. ¿Dónde estás? Voy a llevarte a casa.
—Vas a interrogarme, ¿verdad?
—Debería, pero por más curiosidad que sienta, sé que si te sientes lista puedes comentarme después. Ahora tenemos que preocuparnos únicamente por llegar a casa.
—Chase...
—¿Em?
—Eres lo mejor. —sonreí más relajada apoyándome contra el poste de luz en la calle, sujetándome el cabello. — estoy en este lugar. —le envío la dirección en tiempo real, tomándome mi tiempo para mirar a mis alrededores con calma.
—Em, quiero que sepas algo, tienes que respirar profundo y no tener miedo a meter la pata. Si la metes, aprendes para la próxima vez que te ocurra una situación similar.
—Chas. No es meter la pata, es todo lo que se me está acumulando y...
—Está bien. —me interrumpió cuando sentí como el estrés volvía a mi cuerpo—. No tienes que explicarme, respira profundo, ¿si? No pienses más en el tema.
—Bien...
Me sentí aliviada de que me detuviera al hablar, algo en mí se retenía a aceptar que de verdad estaba huyendo, que todo el escándalo en mi cabeza era producto de mi propia imaginación y estaba enloqueciendo.
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Mi última opción
Teen FictionAviso; Esta historia está en corrección por esa razón puede que consigas algunos errores ortográficos y así, por ser la primera historia que escribí. • Emma Vega, era una chica que no podía se...