Sin límites. [MINKEY]

5

Capítulo 5.

POV. Kibum

Estaba en el auto del chófer, me encontraba con la cabeza apoyada en la ventana tratando de recalcular todo lo que había pasado. Minho había ido a mi colegio. Minho había conocido mi colegio. Minho me había venido a ver y me había traído comida. Hasta me había visto besándome con Jonghyun y no se había equivocado en nada cuando me dijo que lo estaba haciendo para desahogarme porque sí, lo estaba haciendo para desahogarme ya que las imágenes del beso de la noche pasada, los toqueteos y las caricias no dejaban de invadir mi mente.

-¿Kibum? ¿Te has dormido? –preguntó mi chofer y enseguida abrí mis ojos, mierda, mi imaginación no me dejaba de pasar factura. –Está tu esposo en casa por lo que veo.

-Ay no me digas. –eché mi cabeza hacia el asiento de nuevo.

-Vamos, mientras menos demoremos más rápido va a pasar todo. –solo asentí y bajamos del auto, él se puso detrás mio como un método de defensa y enseguida pasamos a casa.

-¡Oh hijo hasta que al fin llegas! ¡Saluda, vístete y baja a cenar! –me dijo mi madre con su tono falso de siempre, suspiré y enseguida pasé a saludar a la familia Choi, sentí un leve temblor cuando miré a Minho y noté que no sacaba su mirada de mí. Primero saludé a sus padres que se encontraban sentados en el living al igual que todos, saludé a Jinki y por último vi como Minho se paraba del sillón para saludarme, me dio un sonoro beso en la mejilla y yo cerré mis ojos, nos separamos y sin decir nada me di vuelta y comencé a caminar hacia mi habitación. Subí las escaleras y entré a mi habitación, me quité el uniforme y comencé a vestirme de forma decente según mis padres.

Una vez listo, me miré por última vez en el espejo y me decidí por bajar de una vez de mi habitación.

Al bajar, la empleada de la casa se me acercó y me dijo levemente que todos estaban en el comedor, le agradecí y directamente pasé al comedor. Apenas me aparecí sentí la mirada de Minho sobre mí, mierda yo ya no puedo más así, siento que hay cada vez más tensión entre nosotros, pero a la misma vez siento que no se entiende porque están pasando las cosas que están pasando entre nosotros, incluyo los besos y las caricias subidas de tono.

-Bummie, hijo siéntate al lado de Minho. –Ay pero que genios mis padres, como si no supiera donde sentarme cuando el único lugar vacío era el de al lado de Minho, ¿Son idiotas o qué? Solo asentí y me senté al lado de Minho.

Los empleados comenzaron a servir la comida en cada uno de nuestros platos y yo no podía hablar, solo escuchaba la conversación de nuestros padres que no paraban de hablar de negocios. Que tortura.

-Kibum, ¿Pasó algo en el colegio? Te noto muy callado. –preguntó mi padre, genial, ni comer me dejaban en esta casa y más encima trataban de interesarse por lo que me pasaba en el colegio.

-No, no me pasó nad...

-Seguro que sigue sintiéndose intimidado por mi presencia. –dijo Minho y enseguida lo quedé mirando. No podía ser tan descarado el muy imbécil.

-Oh, no Minho, no es por eso, conocemos a Kibum. –puse mis ojos en blanco suspirando, claro... me conocían de sobra. –Bueno Kibum, si no quieres contarnos está bien, nosotros cambiaremos de tema. –habló de nuevo mi madre. –Saben muy bien que tendrá que haber comportamientos afectivos entre ustedes ¿no? No le vamos a pedir la gran cosa, pero por lo menos en el casamiento se deben dar el beso que corresponde. –yo asentí al igual que Minho. Mi cuerpo tembló al sentir como Minho con su mano comenzaba a acariciar mi pierna hasta apretar mi muslo, agarré su mano como un reflejo y lo miré sorprendido, él sonrió de medio lado y juro que odié tanto ese momento, tenía ganas de matarlo, literal. Obligué a que él sacara la mano de mi muslo, pero él hizo una leve presión, apreté más su mano y lo alejé a la fuerza. Él seguía con su sonrisita y yo no podía más del desquicio, ¿Qué quería de mí? ¿Quería volverme loco? Porque realmente lo estaba consiguiendo.