Sin límites. [MINKEY]

8

Capítulo 8.

-Jonghyun... tanto tiempo.

-¿S-Se conocen? ¿Ustedes se conocen? -preguntó Kibum nervioso y un poco alterado por la casualidad.

-¿Cómo olvidar al gran imbécil que arruinó mi vida por completo? -dijo con veneno Jonghyun, Kibum enseguida miró a Minho y pudo notar que este tenía la mandíbula apretada. -Porque eso fue lo que básicamente hiciste desde que te conocí Choi Minho, has arruinado mi vida. -Minho hizo el amague de querer pegarle pero Kibum enseguida los separó.

-Ten cuidado con lo que dices. -dijo Minho con un gran nudo en la garganta.

-¿Cuidado de qué? Despreocúpate, me vale verga mi vida. Tú mismo te has encargado de destruir mi sueño. ¿Qué pasa, Choi? Casi me quedo sin una pierna por tu culpa, ¿Ahora quieres quitarme la otra?

-¿Q-Qué? No entiendo nada. -dijo Kibum con preocupación mirándolos y estando atento de que no se fueran a los golpes de nuevo.

-No tienes por qué entender nada, Kibum. -habló de nuevo Jonghyun. -Lo único que tienes que entender es que te casaras con un maldito hijo de puta. -fueron las últimas palabras de Jonghyun para después darse vuelta e irse, dejando solos a Kibum y Minho.

-¿De qué mierda habla? ¿Qué sueño? ¿Qué pasó entre ustedes? ¿Qué pierna? -preguntó Kibum con desesperación.

-Demasiadas preguntas y demasiadas explicaciones, no estoy para esto ahora. -Kibum suspiró y prefirió dejarlo así, no pedir explicaciones por más que se muriera de ganas de preguntar y saber qué era lo que estaba pasando. -¿Vamos a un club? No quiero que te vayas aun y tampoco quiero irme.

-¿Cómo es posible que puedas cambiar de tema tan rápido? -Minho no respondió y solo desvió su mirada haciendo que Kibum suspirara. -Está bien, vamos. -con lo recién dicho pudo hacer que por fin Minho volviera a sonreír.

-Iremos a uno que queda aquí a dos cuadras, ¿Te parece?

-Me da vergüenza Minho... ir así, con esta pinta de que recién salgo del gimnasio.

-No importa, ya te dije, te ves malditamente provocador con todo lo que te pongas. -Kibum sonrió poniendo sus ojos en blanco y desprevenidamente Minho agarró su mano uniéndola con la suya y entrelazando sus dedos, ambos sonrieron mirándose y comenzaron a caminar.

Al llegar, entraron al club y fueron escuchando como la música traspasaba sus oídos, viendo como la gente se refregaba con otros mientras bailaban.

Jinki sorpresivamente apareció en el club y los saludó.

-¿Qué haces aquí? -Minho preguntó intrigado al verlo.

-Me han llamado para reemplazar a un amigo en su turno, así que hoy llegaré tarde a casa, me tengo que quedar hasta que esto termine. -explicó Jinki.

-Igual, tan mal no te veo, además, has dormido hoy así que seguro estás con todas las pilas.

-Exacto hermano, así estoy.

-¿Puedo trabajar de barman solo un rato? -preguntó Minho haciendo que Jinki abriera mucho más grandes sus ojos.

-¿Q-Qué? ¿Tú?

-Sí, necesito atender a una personita en especial. -Minho miró a Kibum y este sonrió negando divertido.

-Ah... Ahora entiendo, quieren jugar al barman y el cliente, está bien, los dejaré. -dijo Jinki haciendo que los otros dos rieran y se encaminaran a la barra del club.