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Capítulo 7.


Kibum abrió sus ojos y pudo ver como Minho dormía, se sintió el más afortunado del mundo al poder ver una escena tan tierna y hermosa como la de él durmiendo, con su respiración lenta y relajada. A decir verdad le impresionaba el hecho de que aunque el moreno se encontrara durmiendo apretaba su cintura como si no quisiera que se alejara.

Sin poder resistirse comenzó a arrastrar sus dedos al tan varonil rostro, comenzó a acariciar cada una de sus facciones tan únicas, mirándolo fijo, adorando el hecho de que él se levantó más temprano, más temprano que Minho y poder disfrutar de ese momento tan tranquilo y pacífico.


-¿Bummie? ¿Se puede pasar? –enseguida dejó de acariciar el rostro de Minho medio levantándose de la cama al escuchar la voz de su madre.

-S-Sí. –esperó a que su madre pasara y rió despacio al ver su rostro de sorpresa al ver a Minho durmiendo.

-Ki...Kibum, ¿No lo has envenenado, verdad? –Kibum rió más fuerte sin poder evitarlo.

-Ay madre, como lo voy a envenenar. Nos quedamos dormidos.

-¡¿DORMIDOS?! Bummie, osea que... ¿No han elegido nada del catálogo?

-Si madre, ya hemos elegido, eso ya está terminado.

-Ay que alivio. –Kibum sonrió notando como la respiración de su madre volvía a la normalidad. –Bajen a cenar, hijo.

-¿Osea que a mí me toca despertarlo?

-Y obviamente. –Kibum hizo un puchero de disgusto ya que era malísimo despertando a las personas, al menos que fueran como Taemin y podía darse el lujo de pegarle almohadazos.

-Está bien. –Kibum vio a su madre salir de su habitación y suspiró, ¿Cómo haría para despertar a Minho?


-Despreocúpate, tu risa despertó a medio vecindario. –Kibum se asustó al escuchar la voz de Minho detrás de él y enseguida lo miró agarrándose el pecho por el gran susto que le había hecho pasar. -¿Te asusté? –rió Minho sentándose en la cama.

-No idiota, solo te parece. –sonrió Kibum.

-Tú me despertaste, eso es mucho peor. –Minho se acercó a Kibum y lo agarró de las muñecas poniéndose encima de su cuerpo haciéndolos caer en la cama nuevamente.

-¿Y qué harás? ¿Me castigaras? –preguntó pícaramente Kibum, sabiendo que estaba jugando con fuego. –Minho sonrió de lado y bajó al rostro de Kibum y lo besó, Kibum le correspondió apretando su espalda a la vez que enroscaba sus piernas a la cadera del otro. Ambos disfrutaban la manera en que estaban apretados, besándose, mordiéndose fuerte en ocasiones.

-Juro que terminarás por volverme loco, no puedo contigo. –dijo Minho, agitado.

-¿Y te crees que yo sí puedo? Es lo mismo para mí.

-¿Es que te vuelvo loco? Te aseguro que tú me tienes más loco a mí que yo a ti.

-¿Quieres callarte? –rió Kibum besándolo, podría quedarse por siempre bajo el cuerpo de Minho, besándolo, sintiendo sus caricias con doble intención, sintiendo el calor sofocante recorrer cada rincón de su cuerpo. –Quédate a cenar. –susurró en la boca del moreno.

-Tenía intenciones de irme, pero ya que me lo pides...

-Por dios... no te hagas rogar, sabes que quiero que te quedes. –Minho sonrió y bajó de nuevo al rostro de Kibum besando su mejilla.

Sin límites. [MINKEY]Where stories live. Discover now