24 [FINAL]

452 38 12
                                    


Capítulo 24. [FINAL]


Llegamos a la habitación y Minho sostuvo con más fuerza mis muslos, haciendo que yo me aferrara aún más a su cuello con mis brazos. Me apretó a la puerta y gemí leve de la sorpresa al sentir el golpe contra mi espalda, no dejábamos de besarnos, por más que nuestras bocas y respiraciones suplicaran libertad no podíamos separarnos.

-No parece como si te estuviera obligando, en lo absoluto... parece encantarte.

-Cállate idiota. –respondí a su jugueteo y Minho rió gravemente lamiendo el lóbulo de mi oreja. –Uhmm. –sentía que con el mínimo toque podría ser capaz de venirme, sí, así de necesitado estaba, necesitado de Minho, necesitaba que me bese, que me tocara, que me hiciera el amor de una vez.

Minho al parecer se dio cuenta de mi desesperación por él porque enseguida me alzó con más fuerza, apretando mi culo en el camino haciéndome gemir en su boca como tanto sabía que le gustaba. Nos fue guiando a la cama y ese fue mi fin, nos sacamos los zapatos y las medias, él se desabrochó el cinto y bajó sus pantalones, subiéndose encima mio a lo que no perdí oportunidad de tocarlo como tanto quería y había estado esperando. Saqué su corbata y desabotoné su camisa con urgencia, quería sentir su piel contra la mía ya, Minho al ver que tiré su camisa por algún lado de la habitación comenzó a subir mi sweater, haciéndolo pasar por cada brazo hasta hacerlo perder por algún lado e hizo algo que me hizo perder la cabeza, algo que era mi debilidad... comenzó a besar mi cuello.

-Mmh, dios. –gemí en su pleno oído y él sonrió, el maldito sabía que lo estaba disfrutando. De un momento a otro me obligó a recostarme del todo a la cama, agarrando mis dos muñecas y poniéndolas por encima de mi cabeza.

-Quédate así, no te das idea lo cuanto que me pone el verte así de indefenso. –iba a protestar, golpearlo o algo, pero enseguida atacó mi tetilla izquierda haciéndome arquear la espalda de puro placer.

-¡Mhhh! –gemí fuerte, arqueándome aún más al ver como pasaba de una a la otra, mordiéndomelas hasta dejarlas rojas, fue bajando a mis costillas de una forma demasiado lenta, me estaba torturando el muy imbécil, mordió justo ahí antes que terminara del todo mi costilla derecha haciéndome arquear aún más en la cama y gemir levemente, el muy maldito sabía lo tan sensible que era mi piel. Bajó mucho más, esta vez a mi ombligo, lamiéndolo lentamente haciendo que yo alzara mis caderas como una forma de gritarle que necesitaba mucha más atención que esa.

-Tranquilo, todo con paciencia. –sí será estúpido, ya no aguantaba más con lo que me hacía sentir con su lengua y más encima me pedía paciencia.

-Ya sabes donde puedes meterte tu pacien...¡Oh! –grité porque el muy idiota había simulado una embestida con su miembro por encima de mi pantalón. Él rió y desabotonó mi pantalón ajustado, bajándolo y deslizándolo por mis blancas piernas, llevándose con él también mi bóxer.

-¿Qué hablamos de tener esa ropa interior tan apretada y provocativa, Kim? –susurró en mi oído, haciéndome morder mi labio inferior, su voz grave en estos momentos no era lo mejor.

-Sé que te encanta. –dije agitadamente.

-Y no te equivocas, pero... ¿Sabes lo que más me encanta? –preguntó a la vez que se sacaba el bóxer que aun llevaba.

-¿Mmh? –pregunté ido, él abrió mis piernas acercándose más a mi cuerpo, bajando su mano derecha a mi entrada a la vez que acariciaba descaradamente mis muslos.

-Que solo yo puedo verla y quitártela. –dijo descaradamente, yo reí para después pasar a gemir y arquear mi espalda cuando sentí un primer dedo suyo invadirme. –Dios... amor, que apretado que estás.

Sin límites. [MINKEY]Where stories live. Discover now