— ¡Shizu-chan~! —Los orbes ámbar del rubio se abrieron lentamente al escuchar la voz de Izaya a lo lejos, parpadeo un par de veces espantando cualquier pizca de sueño en su interior.
—Oye, Shizu-chan. ¿Vas a despertar o deberé hacerlo yo mismo?—Al girar su rostro contemplo la hermosa imagen de su omega, con una gran sonrisa plasmada en su rostro, mirándolo tranquilamente mientras con sus dedos acariciaba sus hebras doradas—las cuales se encontraban enredadas por ser las primeras horas de la mañana—.
Iba a contestar, pero para su sorpresa había sido interrumpido por los suaves y finos labios del pelinegro, los cuales se posaron sobre los suyos en un casto beso. Su rostro debía estar lleno desconcierto, ya que Izaya al verlo se carcajeo.
¿Y cómo no estarlo? Izaya muy raras veces lo trataba de una manera tan intima, siempre era él quien comenzaba las muestras de cariño.
—Estas raro Shizu-chan— junto su frente con la de Shizuo—No tienes fiebre... siempre he tenido razón, eres una bestia tonta Shizu-chan~
Shizuo quiso protestar, pero el llanto de lo que suponía era un bebe, se hizo escuchar.
—El deber me llama—susurro un poco desganado Izaya, levantándose de la cama dejando al alfa enredado en las sabanas. Y ahí fue cuando Shizuo se dio cuenta... el vientre abultado de Izaya ya no se encontraba, ahora estaba totalmente plano como antes, y no era necesario tener un IQ muy elevado para saber que aquel llanto era de un bebe. Su bebe.
Se levanto lo más rápido que pudo, causando que uno de los típicos mareos repentinos por moverse de una manera tan brusca apareciera; no le importo. No le importo casi caerse de lleno al piso, no le importo golpearse el dedo pequeño del pie con una de las esquinas de la cama, no le importo nada.
Entro lentamente a la habitación, decorada con diversas cosas de bebé. Peluches de variados colores y tamaños, juguetes acomodados pulcramente esperando ser usados, una mecedora en la esquina de la habitación al lado de una pequeña biblioteca repleta con cuentos infantiles y por ultimo un pequeño móvil decorado con animales —por lo que parecían ser de granja— sobre una hermosa cuna de madera, que llamaba demasiada la atención al entrar.
Izaya se encontraba al frente de la cuna de madera, volteo su cabeza mirando al rubio haciéndole con una de sus manos una seña para que se acercara junto a él.
—Mira como duerme, Shizu-chan—Bromeo el omega, en sus brazos descansaba apaciblemente su cachorro, se encontraba cubierto con una manta. No podía verlo muy bien, pero estaba seguro que era su hijo; lo percibía por el dulce y agradable olor que emanaba... era uno muy parecido que al de Izaya—pensé que tendría el mismo mal genio que tu pero parece que se tranquiliza con facilidad...
El pelinegro se arrimo un poco al rubio, este lo tomo por su cintura acercándolo lo más posible a su cuerpo. Le encantaba aquel sentimiento, de sentirse lleno, en paz consigo mismo, feliz; un revoltijo de sensaciones que lo hacían sentirse dichoso y con una sonrisa imborrable en su rostro.
¿Así se sentía construir tu propia familia?
Todo se iba distorsionando poco a poco, la imagen de Izaya y de su cachorro se hicieron borrosas. Un dulce aroma hizo su aparición, sin pena busco con su nariz aquel muy conocido aroma, hasta que su cara quedara enterrada en el suave cuello de un adormilado omega.
Sus manos hicieron un recorrido por las largas y suaves piernas del informante hasta su abultado vientre, comenzó a acariciarlo esperando que como todas las mañanas el pequeño ser que se encontraba reguardado en el vientre de su omega empezara a moverse.
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Te necesito [Shizaya|Omegaverse]
Fanfiction∞No soy muy buena con las descripciones que digamos, pero haré lo mejor posible∞ *** Izaya esta cansado de todos los estereotipos de los omegas, cansado de siempre...