Shizuo se hizo paso por el apartamento, dejo la pequeña bolsa de papel sobre mesa de la cocina. Después de que la amable beta del restaurante le diera el pequeño presente, Kasuka y el se habían despedido, Kasuka declarando que el día del nacimiento de su sobrino quería estar presente para acompañarlo y conocerlo/conocerla, y obviamente Shizuo prometiéndole a su hermano avisarle con anticipación.
Se podría decir que se sentía más tranquilo. Ya no tenía algún secreto con Kasuka, y era algo que en verdad lo alegraba.
Pero de igual manera algo le extrañaba, Izaya no se encontraba en la sala o al menos sentado en su pequeña oficina al frente del ordenador como normalmente lo encontraba cuando salía. Las luces estaban apagadas, la cocina sin ningún traste sucio y el comedor bien ordenado; pareciera que no se encontrara allí—Algo casi imposible ya que el pelinegro había declarado que no saldría así como así hasta que diera a luz—. Lo habitual era que el omega lo esperara en la sala con la escusa de que tenía sus habituales antojos—los cuales habían cesado pero de igual manera los padecía— y quejándose su rápida llegada—aunque el mismo como el alfa que era y gracias al lazo que compartían, estaba consciente que solo decía aquello para disimular que en realidad lo había extrañado—.
Como causa del destino todas sus respuestas fueron contestadas.
Era un aroma un poco perceptible, pero igual con una esencia fuerte y atrayente. Su cuerpo comenzó a calentarse, su moño parecía alguna clase de soga alrededor de su cuello que no lo dejaba respirar con normalidad y su traje de barman, un estorboso sauna portátil.
Su cuerpo subía de temperatura, su respiración se hacía más forzosa, su vista se nublaba; y sus oídos solo le prestaban atención a las calladas y apacibles peticiones del omega de ser atendido por su alfa.
En su camino hasta la habitación que compartía con el pelinegro, se deshizo del estorboso moño, tirándolo Dios sabe dónde. Al hacerse paso a la pieza, sus ojos inmediatamente contemplaron la más placentera imagen de su omega tocándose así mismo, mordiendo sus rosáceos labios para callar los entrecortados gemidos que escapaban de su garganta conjuntamente con el nombre del rubio; su mano derecha le daba una merecida atención al miembro erecto del omega, mientras, que su mano izquierda se paseaba con finura por los pequeños botones de carne que se encontraban expuestos.
Un gruñido surgió de su garganta, anunciándole así al omega de que su alfa estaba al tanto de la situación.
Izaya dirigió su vidriosa mirada hacia Shizuo, su cuerpo tirito al darse sentir la lasciva mirada del alfa, la cual recorría sin pudor por todo su cuerpo. Detuvo los movimientos de su mano.
Cualquiera pensaría que el pelinegro se cubriría y dejaría el acto hasta ahí, o simplemente mandaría al demonio a Shizuo, pero no lo hizo. Abrió sus brazos, dándole el absoluto permiso al alfa para que lo poseyera. Y obviamente este no se negó, con un rápido movimiento se quito sus zapatos, y en un abrir y cerrar de ojos ya estaba junto al necesitado omega.
Busco con apuro los labios del pelinegro; uniéndolos con los suyos para comenzar una desesperada coreografía dominante, transmitiendo los profundos deseos de poseer y ser poseído de ambos.
Sus manos recorrieron toda la figura del pelinegro, paseando sus manos por los costados de su vientre, hasta llegar a la parte interna de sus muslos, tomo estos separándolos considerablemente dando así un espacio libre para restregar ambas erecciones.
Izaya se separo del beso, arqueando su espalda y soltando un jadeo al sentir como el duro miembro de Shizuo se restregaba con el suyo, dando paso a un pequeño cosquilleo en la parte baja de su vientre.
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Te necesito [Shizaya|Omegaverse]
Fanfiction∞No soy muy buena con las descripciones que digamos, pero haré lo mejor posible∞ *** Izaya esta cansado de todos los estereotipos de los omegas, cansado de siempre...