4

1.6K 263 198
                                    

Tomó aire y se sostuvo el vientre, entrar al sexto mes implicaba falsas contracciones, mareos repentinos, cansancio y el sangrado de su nariz. Su vientre era más grande que ella -o eso le decía Cori- y ahora debía estar en cama todo el tiempo por órdenes del doctor. Nada que hacer.

Luka pasaba tiempo con ella en silencio, leía mientras ella dormía, veían películas o solo dormía a su lado mientras ella tejía. Ellos eran esa clase de amigos, dándose compañía sin necesidad de las palabras...le gustaba su relación pero justo ahora moría de la curiosidad.

Tenía un par de días que había encontrado a Luka y a Astrid dormidos en el sofá, abrazados, como esas parejas que llevan años juntos y lo sabes solo viéndolos. Quería saber que había pasado para que ellos terminarán en esa situación y por cómo veía al alfa, dando vueltas en la habitación como si buscara las palabras para contarle, era claro que que quería estar con ella.

—Suéltalo de una vez, le harás un hoyo al suelo—se rió sin levantar la mirada de su tejido, le había tomado gusto a eso.

—No sé cómo...empezar, fue demasiada información y me cuesta pensarla...ella dijo que no es mi culpa, todos lo siguen diciendo pero hasta yo me enfadé conmigo porque sé que yo lo cause.

—Ahora creo que exageras, quieres decirme de una vez?

Luka se pasó una mano por la frente y comenzó a contarle de forma simple para que no se alterara, no quería que le hiciera daño. Sarah termino llorando, era inevitable, pero le consolaba que hubiera reaccionado mejor que ella, de alguna manera.

La omega tomó su frasco de medicinas y se lo arrojó a Luka golpeando su cabeza, el mayor de quejó y se sobo la zona afectada.

—Como puedes pensar que es tu culpa?! Acaso tú los mandaste?

—No...no, pero...

—No seas idiota! Jamás podrías hacer algo tan horrible como eso.

—Sarah, cálmate—le pidió recogiendo el frasco para acercarse a ella. —Te hará daño si te alteras más y el bebe lo resentirá también.

Se cubrió el rostro y siguió llorando, tratando de calmarse, su esposo la abrazo y dio palmaditas en su espalda.

—Por eso no quería decirte nada, te alteras mucho...

Ella negó y tomó aire entre hipidos, sollozando como una niña.

—Se que no es mi culpa directamente, pero contribuí...lo hicieron en mi nombre...literalmente, lo tiene grabado en la espalda.

—No es algo fácil de perdonar, pero parece que ella lo hizo...

—Por que lo dices?

—Estarías peor, nos habrías sacado de aquí antes de que yo pudiera darme cuenta.

—Buen punto—suspiro y recargo la barbilla en su cabeza.

—Que harás ahora?—preguntó cuando finalmente logró calmarse y se separó de él.

Luka se encogió de hombros y se quejó cuando ella volvió a golpearlo, está vez con la almohada.

—Deberías estar con ella, tratando de recuperar el tiempo perdido!

—Sarah no puedo dejarte sola.

—Calla—golpeó su brazo con la almohada y frunció el ceño. —Estoy bien aquí, no me duele nada y tampoco me hace falta nada ahora, tampoco estoy tan mala como para no poder ir a conseguir algo de comer a la cocina.

—Ah, olvidaba que eres autosuficiente—dijo con una sonrisa de lado.

—Deberías cortejarla—pellizco sus mejillas, con una sonrisa.

IncompletoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora