Capítulo 9

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Era mediodía del día siguiente cuando Legolas recuperó la consciencia. Abandonó el olvido sin sueños y se metió de lleno en una nueva pesadilla. El príncipe se dio cuenta de que estaba en el suelo, con las extremidades extendidas y atadas a varias estacas. Estaba desnudo hasta la cintura y el sol le daba de lleno. Entrando en pánico, se retorció intentando liberarse, pero sin resultado.

Miró a su alrededor y vio a los pueblerinos a su alrededor, observando su cuerpo vulnerable con fascinación. Legolas no pudo evitar sentirse humillado.

"¡Soltadme! –gritó-. ¡Exijo que me soltéis!"

Entonces Bregus apareció en su campo de visión.

"Tsk, tsk. Qué demandante –el hombre lo miraba con aires de superioridad-. Eres un asesino que está a punto de ser castigado por su crimen. No tienes derecho a pedir la libertad."

"¡Al menos tengo derecho a un juicio!"

"Este no es el lugar de tu gente, elfo. Un juicio no hará ninguna diferencia. Seguirías siendo culpable –entonces Bregus se giró hacia los demás-. ¡Este elfo mató a mi hermano! Así que tenemos que enseñarle una lección –hizo una pausa para aumentar el drama-. ¡Será lapidado hasta la muerte!"

Legolas abrió los ojos como platos mientras los hombres empezaban a murmurar. ¿Lapidado hasta la muerte? ¿Está loco este hombre?

"¡Bregus, no puedes hacer eso!" –gritó Legolas, intentando liberarse una vez más.

"¡Oh, claro que puedo! Soy el jefe de este pueblo. ¡Mi palabra es la ley! –Bregus le ordenó a la gente que cogiera toda piedra que encontraran mientras él daba vueltas alrededor del elfo indefenso. Luego se puso en cuclillas cerca de la cabeza de Legolas y agarró un mechón de su pelo-. Vengaré hoy la muerte de mi hermano. ¡Te enviaré con él para que pueda divertirse con cada trozo de ti! –entonces sacó algo de su bolsillo y se lo enseñó-. ¿Reconoces esto?"

Legolas vio la piedra brillante sujeta a una cadena de plata. No recordaba qué significaba para él, pero sabía que era muy importante. Una parte de su alma.

"¡Devuélvemela!"

Bregus se rio.

"Vas a morir, elfo. No la necesitarás. ¡Será una magnífica joya para mi esposa!"

Tras enderezarse, Bregus se enfrentó a la multitud. Algunos estaban bastante emocionados, al ver con retorcido placer al ser etéreo herido e indefenso, pero otros parecían inseguros. Odiaban a Bregus, pero desobedecer sus órdenes podría causarles problemas más tarde. Todos esperaban su señal para mandar al elfo a su tumba...

El gran tigre blanco estaba agazapado tras unos arbustos, escaneando con la mirada la zona que tenía delante

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El gran tigre blanco estaba agazapado tras unos arbustos, escaneando con la mirada la zona que tenía delante. Sus agudos ojos observaban a la multitud de humanos, pero otra cosa despertó sus sentidos. Estaba cerca de su objetivo...

Tigre, TigreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora