Cortos

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Desamparado me hallo, únicamente a la merced de las ánimas de mi pasado, recordando me todos mi errores, mis fallos, mis inseguridades,... Es tan hondo este agujero que no sé como no me he dado cuenta antes de él, ahora entiendo porque siempre me han tachado de ingenuo, soy más que un pusilánime que cree en sueños imposibles, que lo único que quiere es seguir adelante a pesar de todas las dificultades. ¿Ya solo por eso soy idiota? ¿No soy realista por creer en los finales felices? Me reía en la cara de aquellos que me lo decían, pero desde hace unos días noto el enorme vacío en mi corazón que ese agujero está haciendo mella en mí y he llegado a creer que tienen razón...

Cada falsa esperanza, cada desilusión, cada decepción, cada pérdida, cada desconfianza, cada amor no correspondido, todas y cada una de ellas han hecho estragos sobre mi mente, culpando me de mis equivocaciones y lamentando me de no poder solucionar las cosas. Odio la impotencia. Sobre todas las cosas de este mundo es lo que más daño me ha hecho, la incapacidad de hacer nada aún sabiéndolo, es la sensación más amarga y atroz de todas las cosas que he sentido nunca.

"Por mucho que luches no vas a sacar nada", " deja lo, ya no tiene solución" o "da igual lo que hagas el resultado será él mismo" son expresiones que a lo largo de mi vida he escuchado para que dejara de luchar, pero simplemente no puedo... ¡No puedo! Soy incapaz de dejar las cosas a medias, seré masoquista por saber que sufriré pero prefiero eso a tener el resto de mis días él remordimiento de no haber lo intentado, no puedo...

Cada influencia positiva que recibo la agarro con tal fuerza que me desvivo por no perder la, como si de una estrella se hallase en mis manos en medio de un universo absolutamente oscuro, esa lucecita de esperanza es la mínima que necesito para seguir, aunque en mi interior este podrido y apaleado, ese rayito de luz es capaz de que todos los días me levante por la mañana pensando en que las cosas no siempre irán mal.

No quiero defraudar a nadie... Tengo miedo, miedo a la soledad, a que si alguna vez decepciono a alguien me deje de lado como hizo mi padre en su momento o el que creía que era mi mejor amigo...

No quiero repetir la misma historia, no otra vez, notar como una persona tan importante para mí me quita el habla, me ignora, como si nunca hubiese existido... Yo aunque lo ignore siempre se quedara grabado en mi memoria estos hechos, y sigo avanzando con miedo, me tambaleo en una cuerda floja emocional que no sé si tiene o no final cuya profundidad de caída es tan abismal como el número de defectos e inseguridades que me veo. Ser humano implica tener miedo, pero tener miedo no quiere decir que siempre nos comportemos como humanos...

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Esta historia no se si la continuaré o no, por el momento me gusta como ha quedado por ahora y así se queda.