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Disclaimer: Desde las profundidades siniestras de nuestra mente, hemos vuelto con esta pasión prohibida, rompiendo con las parejas establecidas y desafiando los estándares de la sociedad mágica. Los personajes le pertenecen a J.K. Rowling.  

*·º·*·º·*

Draco caminaba sin rumbo fijo con la mente pérdida en los peligrosos planes que debía llevar acabo para terminar con la vida de Dumbledore. De repente se dio cuenta de que la pequeña Comadreja venía caminando hacia él, por un momento pensó en ignorarla pues no debía perder su tiempo en molestarla, pero una parte de él gritaba por un poco de diversión.

—Pero miren si es la cabeza de zanahoria con sus túnicas de segunda mago... ahora entiendo porque huele así —señaló con su clásica mueca de repulsión, arrugando ligeramente su nariz.

Ginny levantó su mirada cargada de odio. —Pero miren si es el hurón...—soltó torciendo su boca, mirando alrededor de Draco—, ¿dónde están tus gorilas? Oh si, por poco lo olvido: nadie se quiere juntar contigo ahora que saben lo que tu padre es...

Draco apretó su mandíbula con fuerza, sus ojos se volvieron dos pozos de oscuridad. —Mi padre se comporta como un verdadero mago sangre pura —dijo en su defensa, sus palabras parecían estar llenas de orgullo, no dejando ver sus verdaderas emociones—, no como tu estúpido padre obsesionado con los muggles —añadió de mala talante, acercándose a ella—. Cuando el Señor Oscuro este en lo alto, los primeros en caer serán los traidores de sangre como tú y tus despreciables amigos...

Ginny no se amedrento, le hizo frente estirándose a todo lo que su altura le daba, pero aún así él le sacaba un par de centímetros.

—Eso jamás sucederá —profirió confiada—, yo puedo tener la cara en alto porque se que mi padre es un mago honrado, no como el tuyo que se esta pudriendo en Azkaban —dijo apuñalándolo con su dedo índice sobre su costosa túnica—. Al menos yo tengo amigos que son buenas personas, tú ni siquiera con eso cuentas...eres tan despreciable como tu papi... ahora apártate.

Buscó empujarlo pero él detuvo su intento, tomándola de los brazos, zarandeándola. — Jamás te atrevas a volver a mencionar a mi padre, maldita Comadreja...

—¿Qué rayos haces? ¡Suéltame! —Forcejearon hasta que Ginny terminó con la espalda contra la pared y con él frente a ella, acorralándola.

—¿Ahora tienes miedo? —preguntó con malicia, casi era como si estuviera oliendo su temor— Mucho mejor, no sabes con quién te estas metiendo.

—¿Temerte yo? Por favor —resopló con sarcasmo, buscando atiendas su varita—, si sólo eres un niño mimado que llora por su papi...

—Y tú eres una pobretona, lambe botas del Cara-rajada —insultó hablándole tan cerca que Ginny podía sentir su aliento sobre su rostro.

—Eres despreciable —¿Dónde diablos estaba su varita que no la encontraba? Malfoy se había ganado a pulso que le lanzara un mocomurciélago.

Él dejó escapar una risa que estaba lejos de ser la carcajada maligna que ella esperaba, había sido todo lo contrario, lo cual había sido sumamente choqueante.

Se quedó observándolo, percatándose que estaba tan cerca que sus cuerpos se rozaban sin censura. ¿Cómo rayos habían terminado así? Fue entonces que enserio comenzó a ponerse nerviosa, esto no estaba nada bien.

Draco pareció también percatarse de ello, pues su nariz se había inundado del aroma de flores silvestres que provenía de ella, principalmente de su cuello y la zona de su escote. No pudo evitar que sus ojos se clavaran en aquel lugar, su piel parecía tan cremosa y estaba salpicada de pequeñas pecas.

InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora