Prisioneros del dolor

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En este episodio decidí recoger ideas resumidas de los grandes libros del Ingeniero Carlos Cuauhtémoc Sánchez "Volar sobre el pantano", "Ser feliz es la meta" y  "El feo"

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En este episodio decidí recoger ideas resumidas de los grandes libros del Ingeniero Carlos Cuauhtémoc Sánchez "Volar sobre el pantano", "Ser feliz es la meta" y  "El feo". Grandes libros de cabecera. Todos los derechos reservados. No pretendo plagiar, simplemente resumir lo que he aprendido todos estos años gracias a estos libros tan bellos. Decidí poner música triste como ambiente para primera parte de la historia y el soundtrack de Hans Zimmer "El rey león" para cuando Severus recibe la tercera carta. ¡Que lo disfruten! 

Llegué justo a tiempo antes de que el banquete terminara, por suerte nadie notó mi ausencia. Decidí comer algo para no levantar sospechas de mi "evidente comportamiento de hace rato". Tras varias empanadas de calabaza y un vaso de jugo de calabaza, me excusé pretextando trabajo por calificar y me retiré de ahí a pasos gigantes. Pude alcanzar a oír y ver a Scorpius quejándose amargamente de su lengua mientras Albus Severus reía diciéndole que había ganado la apuesta y promesa era promesa. Scorpius hizo un enorme puchero pero luego enderezó la postura y de repente comenzó a bailar la tarantela frente a toda la mesa de Slytherin que rió a más no poder y pronto las otras casas los acompañaban en sus risas frívolas, puede alcanzar a oír a James Sirius Potter decirle a un compañero a su derecha:

-¡No sabía que las serpientes pudieran bailar!-

Yo no tenía tiempo para tonterías como esas...mi corazón se sentía pesado y lleno de ira, rencor y tanto dolor, no solo por lo que me había sucedido hace un rato con James Sirius, sino lo que había ocurrido una noche como esta hace 32 años...Cuándo llegué a mi despacho no pude más y lloré como nunca lo había hecho...no sé cuanto tiempo estuve así. 

Luego noté un extraño brillo dorado que venía de mi escritorio...mis lágrimas se detuvieron como un río frente a presa hidráulica muggle, me limpié el rostro lo mejor que pude y me acerqué para ver que causaba ese brillo. Pronto me di cuenta de que "otra carta misteriosa" me había llegado. No tenía ganas de "peleas filosóficas" ahora, no estaba de humor...la verdad...nunca estaba de buen humor. Decidí abrirla mientras decía: 

-Entre más rápido la abra, más saldré de ésta tontería-

Severus

¡¿Que pasó en el Gran Comedor?! Te creí más prudente...el que James Sirius te insultara de esa forma (y la cual no apruebo, créeme) no te daba derecho a alzarlo así. 

Estaba furioso y tomando la pluma de halcón le escribí:

¡¿Y con que derecho juzgas mis acciones?! ¡¿Quién te nombro mi juez o verdugo para decirme lo que debo o no debo hacer?!

¿Severus? ¿Quieres decirme algo? Por tu respuesta parece que tienes muchas cosas que soltar. Adelante...No te juzgaré...Escríbelo...

Me sorprendí tanto...normalmente esperaba un reclamo o un regaño como lo hacía Albus Dumbledore...pero en lugar de eso, quién quiera que fuese el autor de estas cartas me motivaba a desahogarme...¿Y si no era lo que parecía? Me arriesgué:

Severus Snape y la magia astral (Lecciones de vida 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora